Fin a las bolsas de los súper: ¿Un verdadero cuento chino?

«La contaminación del medio ambiente y en días de lluvias obstrucción de los desagues, es la falsa pantalla ecológica que utilizaron los supemercadistas para convencer a los respectivos cuerpos deliberantes de muchas ciudades para que sancionen ordenanzas prohibiendo las bolsas de polietileno; en realidad no quieren más afrontar el costo de comprarlas para regalarlas», resumió un dirigente comercial de otro rubro.

En Sana Fe, la ordenanza comprende a las bolsas de tipo camiseta confeccionadas en polietileno, polipropileno o cualquier polímero artificial no biodegradable, quedando expresamente excluidas de la prohibición las bolsas utilizadas para el envasado de alimentos.

En el mismo sentido, la norma aclara que «los comercios podrán ofrecer para el acarreo de mercaderías bolsas biodegradables, que cumplimenten con las normas Iram Nº 13.610 y Nº 29.421», en su reemplazo.

Según opina un fabricantes de bolsas de polietileno con respecto de las bolsas de polímeros vegetales, «es mentira que sean ecológicas» porque «lo único que hay de polímero vegetal es el almidón, después esta la de la caña pero es mentira porque es el mismo polímero del etileno». Y agrega: «el polímero de almidón con la humedad se desintegra, si pones una gaseosa fresca, que transpira, a los tres metros la bolsa desaparece; eso se utiliza para las bolsitas de las pastillas de los inodoros».

El industrial señala que el «oxibiodegradable también es una mentira porque se transforma en arenilla», y sostiene que «la única realidad es educar a la gente para que no tire la bolsa y se recicle»

Según fabricantes del rubro, la bolsa camiseta (como se denomina a la que entregan en los supermercados) no llega al uno por ciento de todo lo que es de plástico en el comercio, ¿y el otro 99 % no hace daño?», se preguntan.

Y es verdad, existen infinidad de elementos descartables como: envases, pañuelos, pañales, instrumental médico, envoltorios, servilletas, manteles, cubiertos, toallas, vasos, lapiceras, electrónica, botellas, latas, frascos, etc., destinados desde el vamos a la basura.

Otro fabricante de bolsas de polietileno ilustra: «yo dejé de fabricar bolsas camiseta y empecé a fabricar bolsas de consorcios; la bolsa camiseta tiene 10 micrones y la bolsa de consorcio tiene 50 micrones, o sea que yo voy a vender más quilos y vamos a contaminar mas», deduce.

El ecologista Ricardo Mascheroni sostiene que «es una absoluta mentira que más de 182 millones de bolsitas sean arrojadas a las calles. Alegremente se largan cantidades sin sustento ni estudios al respecto, entiendo que se deberían indicar cuáles son las fuentes que avalan los mismos y quiénes los realizaron». Mascheroni insiste en que «la necesidad de disminuir los residuos, no es serio ni sincero, que se quiera disfrazar este cambio como verde y mientras tanto se permite que tetra brik, latas de aluminio y tantos otros envases innecesarios y caros, sigan circulando libremente para alegría de los industriales que se desentienden de ellos y trasladan el problema y el costo a los consumidores».

Dice Mascheroni que «la Directiva Marco de Residuos Europea estableció una moratoria para la supresión definitiva de las bolsas, por cuanto hoy por hoy, carecen de un sustituto más eficaz y al alcance de todos.
Parecería que las toneladas de papel desparramadas por las calles en campañas publicitarias o los envases descartables no obstruyen las cañerías».

Finalmente, el lector mas distraído, pero para nada tonto, se pregunta: ¿y en todos los lugares donde entregan la mercadería en bolsas de polietileno (negocios de barrios, ferias, puestos de verdura, negocios de ropa, electrodométicos, etc.) que harán?.