Una nena y su madre murieron en un violento choque en Granadero Baigorria

En un viejo Fiat Spazio viajaban cinco adultos y dos niños. Otro nene y una joven sufrieron serias lesiones y están internados en estado crítico

El estado que presentaba el pequeño auto estacionado frente a la comisaría 24º de Granadero Baigorria daba muestras ayer de la magnitud del impacto y era el indicio de que en su interior había ocurrido una tragedia. Horas antes, el Fiat Spazio, en el que circulaban nada menos que siete personas, se había estrellado contra una columna que sostenía un portón en San Martín 351 de esa ciudad, en el ingreso a una casa y depósito de un negocio de motonáutica ubicado muy cerca del lugar. La consecuencia de semejante choque fue la muerte de una niña de cuatro años y su mamá, de 20, mientras que otras dos personas, entre ellas también un niño, sufrieron heridas severas.

El siniestro ocurrió ayer, a las 3.30 de la madrugada. El Fiat Spazio patente UYU 777 volvía de algún lugar del Cordón que se extiende al norte del límite con Rosario. Aparentemente, los siete ocupantes que iban en su interior, cinco adultos jóvenes y dos niños, venían de una fiesta.

Por hechos que se desconocen la conductora del automóvil perdió el control, no se sabe si fue por una mala maniobra involuntaria o si hubo otro vehículo comprometido, aunque esto último habría sido descartado por un testigo. Lo cierto es que el Fiat se subió a alta velocidad a la vereda oeste del carril norte-sur de la avenida, pegó un llantazo en un desnivel del suelo, viró, y se estrelló de frente contra la columna, con tal violencia que por la misma inercia la parte de atrás se fue hacia adelante sobre el costado izquierdo y lo dobló literalmente.

Aparte de la conductora, de 22 años, iban en la parte delantera del pequeño vehículo Naibi Monsalve, de 20 años, y la pequeña Evelyn Bula, de cuatro, quien sería su hija y sobrina de la conductora. Mamá e hija perdieron la vida como consecuencia del impacto, según hicieron saber fuertes policiales y judiciales.

En la parte trasera iban tres adultos jóvenes y un menor, Tiziano M., también de cuatro años, quien por las lesiones sufridas tuvo que ser derivado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, de Rosario, donde fue intervenido quirúrgicamente tras sufrir politraumatismos graves. Desde ese nosocomio, indicaron que el niño fue operado por neurocirujanos y traumatólogos, presentaba múltiples fracturas en sus dos piernas y un brazo, además de contusiones pulmonares. «La cirugía fue satisfactoria, está en terapia intensiva y el cuadro es crítico pero estable, por lo que hay que esperar cómo evoluciona en las próximas horas», manifestaron los facultativos.

Los tres adultos que iban en la parte trasera eran Vanesa C., de 22 años; Camila C., de 21, y Angel M., de 19, quienes sufrieron traumatismos leves y se encontraban ayer fuera de peligro en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. El joven, que sufrió la fractura del fémur derecho, declaró y aportó datos para la investigación. De su testimonio se desprende que no participó otro vehículo en la mecánica del siniestro, pero el joven desconoce cuál pudo ser el origen de la maniobra que ocasionó el hecho. Hay medidas en curso, planimetría, relevamiento de cámaras para dilucidar la mecánica del siniestro, en cuya investigación interviene el fiscal de la Unidad de Homicidios Culposos Donato Trotta.

La conductora, Agustina Bula, de 22 años, debió ser llevada al hospital de Baigorria, al presentar traumatismo encéfalo-craneano, traumatismo de tórax y el abdomen comprometido, además de fractura de pelvis. Desde ese centro asistencial, informaron que la paciente «salió de quirófano compensada, tenía una fractura de pelvis y un estallido de vejiga, pero está evolucionando estable en terapia intensiva, con pronóstico reservado».

El auto

El estado en que quedó el automóvil daba muestra de la violencia del impacto. El Fiat Spazio color beige tenía el costado izquierdo totalmente hundido, el asiento del conductor, ladeado hacia fuera y el del acompañante, desencajado de su eje. La rueda delantera izquierda dejaba ver el llantazo que sufrió al subirse a la vereda, y el techo estaba hundido del lado del conductor.

«Es gente del barrio Luz y Fuerza, la familia está destrozada», contó a LaCapital un vecino que, dijo, vive «enfrente» de donde residían las víctimas, un complejo de monoblocks que se levanta pasando la Circunvalación.

«El padre le había comprado a la chica el autito para poder llevar a los nenes a la escuela, por una cuestión de seguridad, mire lo que pasó», dijo. Estaba parado frente al lugar del siniestro, donde portón había sido arrancado de cuajo y la columna que lo sostenía estaba semitumbada. Sobre la vereda, se veían las marcas de los neumáticos que derraparon cuando el vehículo se precipitó contra el frente de la propiedad.(La Capital)