Carta de Cristina por el Día Internacional del Trabajo

27 de abril de 2011

Hoy hace exactamente seis meses que partió definitivamente hacia la historia, por esas licencias que se toma el calendario, hoy se cumplen ocho años de la elección del 27 de abril al que llegó para plantar banderas.

Ese día en el que faltaba ir a una segunda vuelta, ambos tuvimos la certeza de que nuestro tiempo, el de los argentinos, finalmente habría llegado y ya no hubo pausa ni descanso; había que poner otra vez de pie a la patria, a una patria que había sido humillada y saqueada, traicionada una y otra vez. Una patria a la que se le habían provocado demasiadas heridas infinitas, pérdidas e incontables tragedias.

Allí fue que se lanzó a la tarea sin medir costos ni personales ni políticos y sin importarle agravios insultos o calumnias, como era él como fue siempre: a todo o nada, como si supiera que no tenía demasiado tiempo.

Mirándolo bien, uno se da cuenta que no hubiera sido posible hacerlo de otro modo, de qué forma se podía haber encarado la negociación de una deuda que estrangulaba a la economía y la nación que sumía en la miseria a millones de argentinos, de que otra manera se podía haber rechazado el Alca en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata. Alguien puede imaginar lo que sería hoy argentina y América del Sur si aquel sistema económico se hubiera impuesto. Podría yo acaso como Presidenta haber puesto los cuadros del Che, Rosas en Casa Rosada si él no hubiera descolgado primero el cuadro de Videla del Colegio Militar.

La historia compañeros se cuenta sola, solo hay que saber mirarla. Hoy los trabajadores se movilizan para recordar el primero de mayo en un país absolutamente diferente, inimaginable para todos ocho años atrás. Un país que ha vuelto a ser nación, pueblo y patria. Un país que ha retribuido derechos; un país que ha construido nuevas igualdades; un país que sigue incluyendo, reparando tantas décadas de inequidad e injusticia; un país que necesita seguir creciendo, produciendo, trabajando.

Quiero pedirles a todos en nombre de él y de todos aquellos a los que todavía la patria no ha podido llegar que cuidemos lo logrado y redoblemos el esfuerzo porque mientras haya un solo pobre, la tarea que él empezó estará inconclusa.

Los abrazo a todos muy fuerte, feliz día para todos los trabajadores.

Cristina Fernández de Kirchner