Perotti-Lifschitz: Ley de Necesidad y Coronavirus

La crisis por el coronavirus (COVID-19) se infiltró – como el propio virus – en la mega crisis política-institucional sobre la Ley de Necesidad Pública, a esta altura personalizada entre el actual y ex mandatario complejizando aun más el difícil entramado.

El Gobernador Perotti le agregó un quizás razonable, pero evitable tal el cariz de las cosas, argumento al pedido de sanción de la Ley de Necesidad Pública, diciendo que con esos recursos se podría atender mejor la coyuntura sanitaria para mitigar los efectos de la pandemia. Ya existe un caso positivo en la Provincia.
Más tarde, el Gobernador decidió convocar a expertos en la materia, entre ellos a los ex – ministros de Salud del socialismo Miguel A. Capiello y Andrea Uboldi. El propio Lifschitz ponderó la actitud de Perotti mediante un twit.
A todo esto, la Diputada Amalia Granata le pidió al titular del interbloque del FPCyS Pablo Farías que evalúe suspender las sesiones, al menos por una semana, por el contagio viral y hasta contar con directivas nacionales, obteniendo una respuesta negativa por parte del ex Ministro de Lifschitz. Granata aduce, por ejemplo, que las reuniones plenarias de comisiones por el tema de la Ley de Necesidad, aglutinará mucha gente en espacios reducidos.
Los senadores radicales acaban de darle la razón a Granata, pidiendo suspender el dictado de clases “en todas las escuelas de enseñanza públicos y privados a partir del próximo día lunes 16”.
Salvo que desde Nación bajen expresas directivas en contrario, para este jueves está prevista la sesión que debería aprobar, de una buena vez, un texto acordado entre oficialismo y oposición de Ley de Necesidad Pública. Consensuado no solo entre los diputados peronistas y el frentistas (¿y el resto de las bancadas?), sino también entre éstos y los senadores de ambos sectores. Lo que se dice una verdadera odisea.
A esta altura, nadie que no tenga dotes de videncia podría asegurar que irá a pasar – coronavirus mediante – con la todopoderosa Ley de Necesidad. Desde esta columna insistimos: solo un Pacto de la Moncloa entre Perotti y Lifschitz podría terminar con lo que ya se ha transformado en un sainete. Pero ello no ocurrirá.


¿Qué debería contener la Ley para satisfacer a Tirios y Troyanos?


Básicamente un texto que compatibilice la media sanción de los senadores peronistas y el dictamen de minoría de los senadores radicales, adoptado luego por los diputados del FPCyS. A los cuales el diputado Rubén Giustiniani les agregó su propia iniciativa de Ley.
La media sanción avalada por el gobierno y sancionada por los Senadores peronistas, cuyo expediente es el que se modificará – o no – en Diputados, contempla pedidos de endeudamientos por unos 39 mil millones de pesos para atender acreencias dejadas por los antecesores, desequilibrios financieros varios y atención a municipios y comunas; gastos corrientes y programas específicos en distintas áreas (salud, desarrollo social, etc.) El dictamen de minoría de los senadores radicales, adoptado luego por los diputados del FPCyS, redujo el financiamiento a 22 mil millones de pesos. Con cambios sustantivos, por ejemplo para comunas y municipios, y en varios apartados.
Pero no todo es plata. El otro punto neurálgico es el relacionado con las famosas “delegaciones de facultades” hacia el Poder Ejecutivo, que si bien el senador peronista – “perottista” Alcides Calvo insiste en que fueron prácticamente eliminadas por ellos mismos, desde la oposición advierten que siguen “peligrosamente” presentes, como por ejemplo las modificaciones presupuestarias, tercerización gestión operativa del API, firmar convenios sin pasar por legislatura, y lo más inquietante: la renegociación de contrataciones.
En este sentido, los diputados radicales ingresaron un proyecto de ley para que el Gobernador derogue el decreto 0135/2020 que, según interpretan los radicales establece un procedimiento hiperburocrático para consolidar la deuda. “Altamente sospechoso”, descifran en términos políticos.
Tienen hasta el jueves mismo los 69 senadores y diputados para ordenar los textos de iluminados escribas que le den forma al que pareciera ser el Libro Sagrado que orientará el devenir – y porque no bienestar – de la Provincia.
Siempre y cuando en el medio el diablo no meta la cola con alguna que otra manifestación inconveniente; o los protocolos por el coronavirus frenen todo.

Un sondeo de opinión que avala nuestra preocupación

Epilogábamos nuestra columna de hace dos semanas advirtiendo sobre un soterrado clamor social que la clase política y dirigente no está viendo venir. Con excepción de la Iglesia Católica, anotábamos.
Una encuesta llevada a cabo a mediados de febrero último en Rosario, Santa Fe, Reconquista, Esperanza, Sastre y Venado Tuerto lleva a la conclusión de que le economía – y no la inseguridad como pareciera – acapara el mayor nivel de preocupación de la sociedad. El Poder Judicial exhibe el mayor porcentaje de rechazo de los encuestados (75%), seguido por el Poder Legislativo (57%).
El otro dato preocupante del sondeo siguen siendo las pocas expectativas que tienen la opinión pública sobre los gobiernos, los órganos legislativos y la justicia, sobre el conjunto de las instituciones en general. “Las clases dirigentes – concluye el informe- aparecen incapacitadas para percibir conflictos que subyacen en la sociedad, porque no son visibles”.
Por lo que se observa, las idas y vueltas por la Ley de Necesidad no resultan inocuas para la valoración de gestión de Omar Perotti, quien cuenta con una imagen positiva de casi 45 puntos porcentuales, idéntica imagen negativa y regular; y un dato interesante: muchos todavía no se animan a dar una respuesta concreta sobre la gestión provincial.
El Presidente Alberto Fernández posee una imagen positiva de 50 puntos; mientras que al actual intendente de la ciudad de Rosario, Pablo Javkin la opinión pública en su ciudad lo califica con una imagen de 54 puntos porcentuales positivos. El santafesino Emilio Jatón ronda los 50 puntos porcentuales positivos.