El plan que Guzmán le presentó a Fernández para pagarle al FMI

Incluye dos aspectos clave para su aceptación. Primero, que el inicio de los pagos está previsto para 2026 y podría renegociarse. Y segundo, se aceptaría plan económico local, con el compromiso de llegar al equilibrio fiscal en tres ejercicios.

Martín Guzmán le presentó a Alberto Fernández una propuesta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a 10 años con dos capítulos que podrían convertir a la eventual Carta de Intención con el organismo, como políticamente aceptables para todo el oficialismo. El primero es que los plazos para comenzar el pago de intereses y liquidaciones están previstos para 2026. Pero pueden ser renegociados y renovados, más allá de los 10 años del Facilidades Extendidas que se acuerde. Incluso podrían pagarse ese año y los sucesivos, unos u$s2.000 millones para ir reduciendo el capital de deuda. El segundo capítulo, es que el programa que se acordaría con el FMI no implicaría ajustes fiscales obligatorios y se aceptarían desde Washington las recetas económicas elaboradas internamente. El compromiso local es que en tres ejercicios el país llegará al equilibrio fiscal.

El Presidente y su ministro de Economía estudiaron el sábado por la mañana en Olivos lo ocurrido en Washington durante toda la semana anterior y determinaron que la propuesta que Guzmán discutió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva y los responsables del caso argentino, Julie Kozac y Luis Cubeddu, es potencialmente positiva. El Jefe de Estado dio la orden de avanzar. Lo que incluirá una misión difícil para el ministro. Convencer al ala política del oficialismo, especialmente al kirchnerismo.

Lo que el ministro trajo de Washington implica que los compromisos que se acuerden con el organismo financiero internacional a liquidar en el futuro podrán no ser ejecutados con reservas o el saldo de la balanza comercial sino con el propio refinanciamiento del FMI. Y para que esto ocurra, lo único que tendrá que hacer el país es cumplir las pautas que se negocien para cerrar el Facilidades Extendidas que se renegocia desde la semana pasada. Guzmán tiene un argumento clave. En esta oportunidad, el organismo que maneja Georgieva acepta visiones heterodoxas por primera vez en su historia. Al menos en la relación con el país. Guzmán asegura que el hecho que desde el FMI se haya reconocido, por ejemplo, que la inflación en el país es un “fenómeno multicausal” y no una cuestión meramente monetaria, es un logro histórico que debe reconocerse. Y que implicará que en el futuro las metas que se discutan no incluyan ajustes fiscales extremos del tipo “déficit cero” con emisión monetaria mínima sino que se aceptarían políticas expansivas del tipo keynesianas para buscar la salida de la crisis argentina.

La explicación del ministro de Economía parece simple. De firmarse este año durante el segundo semestre un Facilidades Extendidas del tipo clásico (10 años con un plazo de 4,5 años para el inicio de los pagos); Argentina debería comenzar a liquidar sus compromisos en el primer semestre de 2026; y capital, en el segundo. Esto implicaría que el primer desembolso serio tendría que concretarse entre septiembre y diciembre de ese año. Teniendo en cuenta que la actual gestión de Alberto Fernández culmina en diciembre de 2023, será el próximo gobierno quién deba tener en cuenta estos pagos. Pero tres años después de haber asumido, y en un tiempo político diferente al que hoy transcurre en la gestión Alberto Fernández. Esto es, sin las expectativas de una elección legislativa de medio término y a un año de terminar la próxima presidencia. Según la visión de Guzmán, con tiempo suficiente para demostrarle al FMI que el plan que presentó la semana pasada en Washington da resultado y que con una visión heterodoxa de la economía es posible ordenar las cuentas primero y hacer crecer sólidamente la macro después. Las paulatinas misiones del FMI lo irían comprobando en las fiscalizaciones periódicas; las que se prometen más que discretas y sólo de observación. Lo más importante llegaría para comienzos de 2026. Llegado el momento de comenzar a pagar.

¿Cómo se harán las liquidaciones?. El equipo de Martín Guzmán confía que para 2025 Argentina ya haya salido de su crónica crisis fiscal y comercial, y generara la suficiente confianza ante el organismo para que el FMI refinancie el Facilidades Extendidas en plazos similares a los eventualmente firmados este año. Aquí se incluiría una novedad. Argentina podría liquidar cada año desde 2026 unos u$s2.000/3.000 millones de capital para ir reduciendo el monto adeudado, y coincidiendo con lo propuesto por el Instituto Patria. El capital terminaría de liquidarse en plazos de entre 15 y 20 años, el tiempo que tiene Máximo Kirchner en la cabeza. Bien comunicado, sería una manera de cumplir tanto con lo que busca Guzmán como con lo que reclama el Instituto Patria. Para este centro, la condición de aceptación es que dentro del acuerdo se indique que de cumplirse lo firmado, habrá una renegociación de los vencimientos de 2026. Se incluiría también un artículo que indique que si el FMI modifica su estatuto en cuanto a los tiempos y condiciones de los Facilidades Extendidas, en esa renegociación del 2025/2026 se incluyan también para el país.

El kirchnerismo espera escuchar los argumentos del ministro para saber por qué desde el FMI no se discute el plan que desde el Patria se tiene pensado con el organismo: un acuerdo flexible, a más de 10 años, en el que Argentina no pague más de u$s2.000 millones anuales. Y donde, en lo posible, el FMI acepte públicamente ser el responsable de gran parte de la crisis actual del país; al firmar un stand by con Mauricio Macri que se sabía no se podría cumplir y que sólo se justificó en la intención de hacer una aporte importante para la reelección del entonces candidato oficialista. Guzmán se tiene fé. El ministro se encontrará con todos los interlocutores interesados, incluyendo Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner (con quién ayer hubo un contacto en el Congreso con Sergio Massa como anfitrión) y todos los economistas y políticos de importancia del Instituto Patria o similar, para explicar su posición y estrategia; a sus ojos, más que sólida.

El ministro se comprometerá ante el FMI a que en un plazo de dos o tres ejercicios fiscales (contando a partir de 2022), el país llegará a un equilibrio fiscal. Esta meta, sabe Guzmán, es inevitable para llegar a un Facilidades Extendidas. Lo novedoso de lo negociado por el ministro en Washington ante Kristalina Georgieva en persona es que esa meta se logrará en los términos macro que indique el país y no a las reglas clásicas del organismo. Esto incluye la nominación de la inflación como fenómeno multicausal, de la intención de un nivel de un superávit comercial importante y la condicionalidad de un crecimiento de la economía para cumplir los compromisos. Y sin reclamos del FMI de ajustes fiscales, laborales, monetarios o financieros. Según Guzmán, este cambio de posición del Fondo es histórico y debería valorarse desde el Patria como tal.