Asumió el nuevo ministro de Seguridad de Santa Fe, Rubén Rimoldi

El gobernador Omar Perotti nombró a un excomisario

Omar Perotti le tomó el juramento a su nuevo ministro de Seguridad, el ex comisario general Rubén Rimoldi, en un acto en la Casa Gris al que no asistió el antecesor en el cargo, Jorge Lagna. Su primera directiva al ingresante fue escueta: “Pocas palabras y acción”, con lo cual quedó claro que hable menos y haga más, lo que también podría interpretarse como una crítica al renunciante.

Tras el acto, Perotti dedicó su primera conferencia de prensa a defender a Rimoldi, quien ya operaba en el gabinete como colaborador del ministro de Gestión Pública Marcos Corach. Lo defendió por un paso en la política, cuando fue precandidato a concejal en las primarias del Frente Progresista en Casilda y sacó 600 votos. “No me pongo a mirar si tiene pertenencia política de tal o de cual”. Y planteó que ser comisario no era un disvalor para llegar a ministro del ramo. “Está bien que un productor pueda ser ministro de la Producción o una médica ministra de Salud, pero cuando hablamos de Seguridad parece que no es lo mismo”, se ofendió Perotti. Rimoldi es defensor a ultranza de la Policía santafesina, a la que llamó “nuestra fuerza armada provincial”.

El acto en el Salón Blanco fue breve. Ya en su discurso de dos minutos, Perotti dijo que comenzaba una “nueva etapa” en la que prometió “más equipamiento, movilidad y tecnología” para la Policía, ratificó que la inseguridad en Rosario y en Santa Fe es “un serio problema estructural que tiene la provincia” y adelantó lo que espera a Rimoldi. “Mucho trabajo y pocas palabras”. El gobernador destacó el “esfuerzo realizado” por Lagna, pero demandó una “acción concreta en el territorio. Restablecer la fuerte presencia y la reacción” policial. Quedó claro que hablaba de Rosario. En primera fila, escuchaban Corach y el fiscal de Estado Rubén Weder, entre los pocos del gabinete.

Después, en una ronda de prensa, Perotti consideró la gestión de Lagna como “etapa cerrada”. Hubo una “sucesión de hechos” en Rosario, como llamó a las pintadas “Plomo y humo, el negocio de matar” que aparecieron en edificios públicos y tomó la decisión política de “generar cambios”. “Ustedes saben que no nos tiembla la mano en el momento de hacer cambios y en las circunstancias en tener que hacerlos”. El objetivo es “mejorar, encontrar mejores respuestas y avanzar”.

Lagna “ha puesto lo mejor de sí, eso no lo ponemos en duda y lo agradecemos”, señaló Perotti. “Pero tiene que comenzar otra etapa” que requiere “mucho equipamiento y tecnología”, pero también “acuerdos” políticos para “construir la seguridad que necesitamos para enfrentar un problema estructural de tanta gravedad”.