Un Newell’s sin ideas cayó ante Boca en la Bombonera

La Lepra perdió con el Xeneize por la penúltima fecha de la Liga Profesional. Los de Heinze mostraron una pálida imagen en la Bombonera.

Newell’s Old Boys cayó 2 a 1 con Boca en La Bombonera (por la penúltima fecha de la Liga Profesional), con goles de Barco y Medina para los de Almirón y de Recalde para los de Heinze.

A lo largo del encuentro, Newell’s sufrió la falta de generación de juego. De hecho, prácticamente no llegó al arco rival, con excepción de dos tiros desde fuera del área en cada uno de los tiempos. El equipo de Heinze se mostró con un ritmo lento y predecible, como en la mayoría de los partidos de la era Heinze en este campeonato. Incluso, en gran parte del partido, los jugadores, sobre todo del mediocampo no sabían qué hacer con la pelota, y generalmente terminaban jugando para atrás. Esto hizo que Boca tuviera controlado el partido en casi los 90 minutos.

El partido arrancó con ambos equipos buscando hacerse dueño de las acciones a partir de un manejo prolijo de balón. En la primera llegada, el Xeneize abrió el marcador. A los 20, tras una pelota parada, Barco desbordó por izquierda y lanzó un fuerte zurdazo que venció la resistencia de Hoyos.

Newell’s no hacía pie. Cada jugador rojinegro era encimado por sus rivales, construir juego se hacía difícil.

La Lepra fue contenida por el mediocampo xeneize. Tal es así que la única situación de gol fue sobre el final del epílogo inicial, con un remate de Ferreira de media distancia que García desvió al córner con las dos manos.

Ya en el segundo tiempo, Newell’s entró dormido y a los 16 segundos de esa etapa Boca puso el 2-0. Tras una buena jugada colectiva y con asistencia de Barco -la figura del partido- Medina puso de cabeza el segundo para el Xeneixe.

Finalmente, en el minuto 46 del segundo tiempo, Recalde descontó para la Lepra con un tiro de media distancia, que ingresó abajo a un palo de García, el arquero boquense.

Durante el segundo tiempo Newell’s tuvo la pelota, pero sin ideas y sin saber qué hacer con la mismo. Por eso el balón no le llegaba a los delanteros y la Lepra no inquietó a los de Almirón, que controlaron cómodamente el trámite del encuentro.