Historia conocida: Newell’s fue más, pero no lo pudo plasmar en el resultado

De tan anunciada y repetida, la historia empieza a aburrir. Es que los partidos pasan y las situaciones se reiteran, parecen un calco de los anteriores partidos. Se suceden los cambios de nombres y de esquema, pero los síntomas siguen siendo los mismos: Newell’s es más que el rival en el trámite, tiene buenos pasajes de fútbol, pero no lo puede plasmar en la red rival y como consecuencia de eso termina dejando en el camino puntos que cada vez le duelen más, porque no sólo sigue bajando en la tabla de posiciones, sino que cada vez se acerca peligrosamente a la zona baja de los promedios, más allá de que hoy logró mantener la ventaja de 8 puntos con su rival, que hoy está en zona de Promoción.

Lo concreto es que Newell’s fue el claro dominador en el primer tiempo, donde impuso una notable supremacía en el juego, a partir del buen trabajo de los del medio, donde Mateo y Pérez recuperaban, Pérez colaboraba, y Tonso -el más claro en esa etapa- y Figueroa generaban juego por las bandas, para aprovechar la movilidad en ataque de Falcone y Urruti.

De esa manera tuvo varias situaciones claras en los pies de Urruti, Falcone y Tonso, pero entre la propia impericia de sus jugadores y la pared que levantó delante del arco, el arquero azulgrana Champagne, hicieron que no pudiera plasmar en el arco rival la superioridad que tuvo en el juego.

El complemento entregó una imagen más pareja, porque a los pibes de Newell’s les costó mantener el ritmo, y porque San Lorenzo, que dejó una pobrísima expresión en la primera parte, salió un poco del letargo en el segundo y a punto estuvo de amargar al rojinegro.

Primero avisó Salgueiro y luego lo tuvo Gigliotti en dos ocasiones, en la segunda tocó por arriba de Peratta y el balón se fue apenas, cuando la Lepra jugada con dos menos -Vergini lo estaban curando y Pérez se estaba cambiando la camiseta fuera de la cancha- y el fondo se durmió.

Una vez que cambió el aire, Newell’s volvió a disputarle el medio y el partido se hizo más vibrante, con pasajes en que el trámite se hizo de ida y vuelta, pese a la temperatura sofocante.

Y ahí lo tuvo otra vez el rojinegro. Primero Vergini, que no llegó, tras un cabezazo en el primer palo; después en en un cabezazo de Urruti, que Champagne mandó de manera brillante al córner: y en un remate del Kichu Díaz, que se fue por poco arriba del travesaño.

En definitiva, la historia fue un calco de los últimos partidos, con Newell’s siendo más que su rival y teniendo las mejores chances, pero como tantas otras veces, le faltó medio para el peso y lo terminó pagando con un empate que termina siendo un duro castigo para la Lepra y un premio demasiado grande para un San Lorenzo que paseó por Rosario una imagen de equipo deprimido, timorato y tibio. (La Capital)