Histórico: Central Córdoba dio el batacazo y eliminó a un inexpresivo Central

El Tate Lescano -la figura del encuentro-, a los 40» del complemento, y Martín Salinas, de penal, a los 40′, marcaron los goles del charrúa que se dio un gusto grande, al dejar en el camino a un abúlico y apático equipo canalla, que marcó el empate transitorio a través de Coniglio.

La excursión de Central a Chaco fue un mazazo. No sólo por el hecho de haber quedado eliminado de la Copa Argentina, sino por el hecho de haber perdido ante un rival como Central Córdoba (2 a 1), que está en una categoría inferior. Pero paradójicamente, esa supuesta diferencia de categoría y de jerarquía nunca quedó expuesta en la cancha, donde los charrúas no sólo jugaron de igual a igual sino que por momentos, como en algunos pasajes del segundo tiempo, se animó y le generó peligro ante un canalla inexpresivo y que sólo tuvo actitud para remontar el resultado, pero que después pareció conformarse con eso.

Es que el canalla, el que más obligaciones tenía de los dos, al margen de jugar con un equipo alternativo, paseó una apatía alarmante en el primer tiempo y una operancia preocupante en el complemento.

De hecho, si algo tenía de útil para Russo este partido era ver en acción a jugadores que habitualmente no tienen la chance de mostrarse en el primer equipo. Pero la mayoría de ellos, dejó pasar la oportunidad para mostrarse, le dio la razón al técnico y mostró, con absoluta crudeza, el porqué del lugar que ocupan en el plantel.

Sólo mostró algún atisbo de reacción, tras el gol del Tate Lescano, cuando entre Becker y Carrizo desequilibraron por las puntas. De esa manera llegó el gol de Central, cuando Gagliardi tiró el centro desde la derecha y el pibe Coniglio, en el segundo palo, ganó en el salto y sentenció a Poropat.

Después de eso, pareció que los canallas no querían más, que con eso estaban hechos, y de a poco Córdoba empezó a generarle peligro, hasta que en el final el Tate Lescano -la figura del partido- ganó otra vez por el borde derecho del área, le tiró un caño a Casteglione, quien le cometió falta. Penal y roja.

Martín Salinas le rompió el arco al debutante Pezzutti para que el charrúa se quede con un triunfo que desde el juego fue merecido, no sólo por lo que hizo para quedarse con el partido, sino, sobre todo, por lo que no hizo Central, que fue un equipo apático, abúlico, sin ideas y sin actitud. Un equipo que nunca exhibió en la cancha la supuesta diferencia de jerarquía que hay con el Charrúa, que milita en una categoría inferior.

Una derrota lacerante para Central, aunque en el camino a su objetivo principal, el ascenso, se haya sacado de encima a un torneo que en esta temporada le significa una carga. Para los charrúas, que milita en la primera B, una alegría enorme que le podría servir de plataforma de lanzamiento para levantar y escapar de la zona crítica de los promedios en que se encuentra. (La Capital)