Grassi recusó a los jueces y calificó de «inaceptable» su condena

El sacerdote, condenado a 15 años de prisión aseguró que buscará demostrar su inocencia en los delitos en los que se le halló culpable.

El sacerdote Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores y a quien la Cámara de Casación Bonaerense le confirmó la detención por haber violado las reglas de libertad vigilada, calificó a su condena como de «inaceptable».

En las últimas horas, el cura se comunicó con el Obispado de Morón para aclarar que «seguirá con las acciones legales tendientes a demostrar su inocencia».

«El Obispado de Morón toma conocimiento del resultado del proceso judicial, mediante el cual la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires ratifica lo actuado por los jueces inferiores. El padre Julio César Grassi es nuevamente absuelto en quince casos y condenado en dos», se indicó en un comunicado de prensa.

La Diócesis a la que pertenece Grassi informó: «Luego de este revés judicial, el padre Grassi se comunicó con este Obispado, manifestando que seguirá con las acciones legales tendientes a demostrar su inocencia, ya que considera que los hechos que motivan su condena son inaceptables».

El cura apunta a evitar una inminente detención confirmada por la Casación este jueves a raíz de que el sacerdote violó con las reglas de conducta por su libertad vigilada, al referirse en público de las víctimas del abuso sexual por el cual se lo acusa.

Por su parte, «Gabriel», uno de los denunciantes que acusó al padre Julio César Grassi de abuso señaló: «Él sigue libre y yo, preso en la vida».

«Me costó mucho poder ponerle palabras al horror. Sufrí y sigo sufriendo por lo que me hizo el cura Grassi en el lugar en que creí y sentí que iba a recibir amparo», escribió una de las víctimas del abuso sexual por el cual se acusa al sacerdote, en una carta que publicó este domingo un matutino porteño.

Hoy, de 30 años de edad, el hombre reveló: «Fue una liberación poder decirlo. Pero nunca imaginé, más de diez años después, todo lo que se me vino encima y que aún no logro procesar».

«No pido mucho. Sólo un poco de respeto y algo de paz. Justicia», dijo.

En el final de la carta escribió: «Desde 2002 sólo hablé ante la Justicia. Hoy elijo esta forma para que los jueces y los involucrados, por lo menos, consideren mi sufrimiento que nunca termina ante la impunidad de quien intentó e intenta, cada día, destrozar mi vida».

Este lunes, el Tribunal Oral Nº1 de Morón recibirá a las partes del caso, en una audiencia pública.

Fuente: NA