¿Estamos ante una nueva carrera armamentista?

El conflicto bélico es un desperdicio que extrañamente está atrapado en ciclos, en apariencia difíciles de romper.
En ese marco, la Agencia Central de Inteligencia –CIA- que fue creada en 1947, habría detectado que una empresa, presuntamente extranjera, estaría en forma clandestina instalando estaciones de monitoreo en territorio norteamericano para optimizar la precisión de armas rusas.

A pesar del hermetismo que rodea esa operación, trascendió que diplomáticos rusos a los que se les habría requerido explicaciones, argumentaron que dichas instalaciones sirven para optimizar el sistema de GPS de su red de satélites, a los fines de dejar de depender de la asistencia tecnológica estadounidense.

Esas mismas versiones hacen referencia a que Rusia ya colocó una estación similar en Brasil y estaría haciendo gestiones para hacer lo propio en España y Australia, así como en Indonesia.

A todo esto, para librar la guerra en Yemen, Arabia Saudita utilizó aviones de combate F-15, mientras que los aviadores de los Emiratos Árabes Unidos vuelan F-16, en las que –como ya adelantamos en otra columna-, se pueden cargar bombas neutrónicas para descargarlas en Yemen y Siria.

Los emires estarían tratando de cerrar un acuerdo con General Atomic para comprar drones Predator destinados a misiones de espionaje.

En resumen: Los contratistas estadounidenses del área de defensa buscan sin descanso hacer negocios con gobiernos extranjeros que no cuentan con suficiente presupuesto, pero que no quieren quedar afuera de la carrera armamentista, debido a que el esquema de alianzas se replantea permanentemente.

Los aliados árabes que combaten al Estado Islámico (EI) –según señalan congresistas de EE.UU.-, estarían a punto de adquirir miles de misiles, bombas y armamento de fabricación estadounidense debido a que sus arsenales se están agotando.

Esto es así, vale decirlo, en razón de que Estados Unidos impuso restricciones sobre los tipos de armas que pueden vender las firmas de defensa yanquis a las naciones árabes, con el objetivo que Israel conserve alguna ventaja militar, ya que el presidente Obama firmó con los israelíes una alianza para frenar el avance iranio.

Arabia Saudita gastó más de 80 mil millones de dólares en armas en 2014, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, mientras que los Emiratos gastaron casi 23 mil millones de la misma moneda –más del triple de lo que gastaron en 2006-, en tanto que Qatar firmó un acuerdo con EE.UU. por 11 mil millones de la moneda referida.
Qatar prefirió comprar helicópteros de ataque Apache y sistemas de defensa Patriot y Javelin y es muy posible que, en breve lapso, adquiera aviones F15, ya que sus Mirage franceses están “avejentados”.

Con este panorama está claro que las guerras en Medio Oriente no tienen miras de concluir a la brevedad y, nos dicen, Estados Unidos todavía no usó a pleno el F-35, considerado la última joya del arsenal futuro de Estados Unidos, valuado por los especialistas como el más caro del mundo con capacidad furtiva y que ya ha sido comercializado para aliados europeos.

Mientras tanto, países árabes estarían utilizando una base aérea en Jordania para atacar el EI en Siria, mientras –en paralelo- los Emiratos y Egipto, por separado, han lanzado aviones sobre Libia, los que bombardean bases sunitas.

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Del otro lado de la calle, no es ya un secreto que Rusia está proveyendo armamento a Irán junto a un sistema de defensa aérea que, por el momento, no podría frenar el accionar del F-35.

El ISIS busca radicar bases en Afganistán, Argelia, Egipto y Libia y a febrero de este año ya pisaron suelo iranio alrededor de 31.500 combatientes, según lo hizo público el director de la Agencia de Inteligencia de Defensa Vicent Stewart.
Por su parte, Josh Earwest, secretario de prensa de la Casa Blanca refirió que la influencia de ISIS es conocida en los estados norafricanos.

A todo esto, en Libia tres grupos declararon su apoyo a ISIS. Ello ocurrió en las regiones de Cirenaica –este-; Fezán (sur); y Tripolitania (este). Existe la preocupación que, en el tiempo, esas zonas se conviertan en bases del EI con el tiempo, ya que el este de Libia se utiliza como un campo de entrenamiento.

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Oriente Medio , sin duda, es la región con mayor desorden y con una clara tendencia a la balcanización, fundamentalmente en las regiones de Yemen, Siria, Irak y Líbano, debido a que se acrecienta las fragmentación en diversas áreas por la acción disolvente del EI.

La conquista del ISIS de amplias zonas de la provincia de Ambar y sus permanentes ataques a Bagdad, sumado a acciones criminales demenciales y la persecución sanguinaria de minorías étnicas, dieron lugar a una rápida modificación en la posición estadounidense, en razón que el régimen iraní, debido a sus intereses económicos, con plausible apoyo al régimen sirio, ha servido para prolongar la lucha, sumada la cooperación iraní con extremistas chiitas en Irak.

Todo este accionar ha propiciado una carrera armamentista que puede derivar en destrucción incontrolada y esto sin hacer mención al espionaje global, a la guerra bacteriológica y la espacial, de las que ya nos hemos ocupado en otras columnas.

Durante siglos la especie humana deploró la violencia y adoptó medidas para contener sus peores estallidos. Sin embargo siempre la aceptó como algo inherente al mundo natural.

Al parecer, la cuestión estribó en hallar el modo de utilizar o contener dicha tendencia de acuerdo a nuestras necesidades.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com