Denuncian que es muy difícil encontrar gendarmes en las calles rosarinas

Colectiveros, taxistas, canillitas y hasta recolectores de residuos coinciden en señalar que no resulta fácil encontrarlos en los barrios. No se informó cuantos efectivos federales vinieron a Rosario.

Por Silvina Dezorzi / La Capital

«Poco», «muy poco» o «nada» no son en este caso las respuestas de quien deshoja una margarita, sino las que da la mayoría de los trabajadores que recorren las calles de la ciudad ante la pregunta de si ven gendarmes. La percepción, por fragmentaria y subjetiva que sea, entra a tallar ante la falta de información fidedigna sobre la cantidad de efectivos nacionales que el gobierno de Mauricio Macri envió finalmente a Rosario y Santa Fe.

Algunos creen que los escasos patrullajes y puntos de control que hay están, en realidad, a cargo de los gendarmes que siempre permanecieron en Rosario en el Destacamento Móvil Nº 2, cuyo número también es un misterio. Y todo eso, en el contexto de que a la provincia de Buenos Aires se le acaban de destinar, allí sí con cifras, 6.200 agentes federales.

Entre números siempre presuntos que fueron y vinieron desde que el Ministerio de Seguridad nacional anunció que auxiliaría con más fuerzas federales a la crítica situación de Rosario, se barajó de todo.

Inicialmente, desde el gobierno provincial dijeron que «propondrían» a la ministra Patricia Bullrich el envío de unos 1.500 agentes. Después, el jefe de gabinete, Marcos Peña, dijo en la Cámara de Diputados que podrían llegar a 3.100.

Más tarde, versiones pesimistas post-desembarco refirieron que el personal no pasaba de 220: dos patrullas para los barrios Tablada y Santa Lucía, más una unidad montada en el parque Independencia, todo en 16 camionetas y tres caballos.

Alineado con el mandato de Bullrich, el propio jefe del operativo de seguridad conjunto en Santa Fe, el comandante Claudio Brilloni, se negó a revelar «cifras exactas» para no alertar, dijo, al mundo del delito. Sin embargo, sostuvo que los efectivos eran «los suficientes como para llevar adelante operativos flexibles, dinámicos y sorpresivos», en destinos como Villa Banana, Tablada, La Bombacha, Villa Urquiza y rutas 34 y 11.

Pero los ciudadanos no parecen dar demasiado crédito a que haya tanto refuerzo. Y, de hecho, anteayer el propio gobernador Miguel Lifschitz insistió ante el presidente Macri sobre la necesidad de que se sienta esa presencia en la ciudad. Todo, frente al único número que quedó en firme tras el anuncio oficial de que en la provincia de Buenos Aires desembarcarían 6.200 efectivos federales.

TESTIGOS

Entre tanto bandazo numérico e inverosímiles argumentos para justificar la inexactitud, la percepción de quienes recorren las calles de la ciudad, sobre todo por trabajo, se gana mérito como fuente periodística.

Los choferes de colectivos urbanos fueron los primeros. «¿Usted ve a Gendarmería en el recorrido?», fue la pregunta del diario La Capital. Las respuestas fueron diversas, pero una predominó: «poco».

Las líneas consultadas fueron la 140, 116, 125, 133, 101, 127, 140, 128 Negro y Rojo, 110, 146 Negro y Rojo, 112, 121, 122 Rojo y 133.

«Nada, en ningún lado», dijeron, por ejemplo, los choferes de un 127, 122, 146 y 112. Otro conductor, de un 140, dijo haber visto efectivos en Las Flores y Tío Rolo. Varios mencionaron haberse topado «alguna que otra» patrulla en Circunvalación (esquina con Eva Perón y con 27 de Febrero), algo frente a Villa Banana, Ayacucho y Ayolas, Grandoli y Seguí. El conductor de un 133, mencionó que hubo «algo» en Tablada.

Entre los taxistas, también hubo matices. «¿Sabés qué creemos nosotros? Que los pocos gendarmes que se ven son los que siempre estuvieron en Rosario, que van de una punta a la otra. Si hasta les conocemos las chatas…», especuló Jorge, un tachero que esperaba pasajeros en una esquina céntrica.

En el coche de atrás, Raúl dijo «ir y venir» todo el tiempo del centro a Presidente Perón al 6000 y no haber visto «ni uno».

Para otro de sus colegas, en cambio, lo que hace que parezcan menos es que «esta vez trabajan de otra manera: no estáticos, sino en barrios clave». Y dijo haberse topado con controles en avenida del Rosario y acceso Sur, zonas norte y oeste, y sobre Circunvalación.

La mayoría de los consultados sí reconoció que están presentes en el parque Independencia, un punto de fuerte visibilidad.

«Pero en barrio Toba no apareció ni uno», se quejó Julia, una mujer de la comunidad qom que a la espera del colectivo quiso dar su opinión.

Los canillitas, otros que se reparten por toda la geografía urbana, también mostraron diferencias. Para Fito Ingaramo, dueño del quiosco de Necochea y Pellegrini, «desde que anunciaron la llegada de Gendarmería no vimos nada».

Más matizado, el prosecretario general del gremio, Nelson Radicich, sostuvo que aunque en el centro (donde tiene su quiosco) no los ve, sabe que se vienen realizando operativos en «zonas periféricas». Eso sí, admitió, «no en la cantidad de la otra vez». (Silvina Dezorzi / La Capital)