Preocupación por la escalada de incendios a autos en la calle

Ayer le prendieron fuego a un Dodge 1500 que tenía un tubo de GNC en barrio Tiro Suizo. El estallido hizo volar partes hasta unos 100 metros

Por Aníbal Fucaraccio / La Capital

«Fue como una bomba. Si pasaba una hora y media más tarde, cuando los chicos salen para sus escuelas, hubiera sido una tragedia. No tengo dudas». Así, un vecino de Juan María Gutiérrez y pasaje Del Campo definió la tensa situación que atravesaron pasadas las cinco de la mañana de ayer, en pleno barrio Tiro Suizo.

El incendio, y posterior explosión de un Dodge 1500 provocó rotura de vidrios, daños materiales y cortes de servicios en toda la cuadra, y generó un sacudón que conmocionó a los habitantes de la zona.

El picaporte de la vivienda más cercana y el paragolpes del auto incinerado, que volaron hasta la otra cuadra, evidenciaron la vehemencia del estallido.

Ese incendio se inscribió en la agitada jornada de ayer en la que se registraron otros tres casos similares (ver aparte) de incendios de autos en el sector sudoeste de la ciudad.

Del Dodge 1500 que estaba estacionado hace semanas, en Juan María Gutiérrez al 1400 sólo quedaron hierros consumidos por las llamas, como retorcidos testigos de un ataque demencial en el inicio del día. Habían pasado sólo un par de minutos de las cinco de la mañana y, según sospechan los vecinos, un joven conocido del barrio fue el responsable del arranque del fuego sobre este automóvil.

Las llamas comenzaron ganar tamaño en la calle y, en un primer momento, los vecinos pensaron que se trataba del volquete que se utiliza para la basura.

Al asomarse, los dueños de las casas más cercanas vieron que el fuego provenía de un vehículo y llamaron rápidamente a la Policía y los Bomberos.

El Dodge 1500 era de un vecino de la cuadra y tenía colocado un tubo de GNC. Y el temor de los habitantes de esa zona se convirtió en angustia extrema. Porque se produjo una explosión estruendosa que generó daños en los alrededores. Pedazos importantes de hierro volaron por el aire y rompieron vidrios, puertas y ventanas, de los domicilios más cercanos.

Los Bomberos Zapadores, que tardaron 20 minutos en arribar, pudieron controlar el episodio. Fue un momento de mucha tensión, por lo que algunas familias de la cuadra decidieron no llevar a sus hijos a la escuela, para recuperarse de ese inquietante trance que atravesaron.

Según el relato de vecinos estos hechos se repiten. De hecho, hay otro auto quemado en la esquina, a sólo 20 metros, de la mano de los pares. «Ese fue hace menos de un mes», apuntaron. Asimismo, confiaron que hay datos de posibles sospechosos de estos episodios. «Son de la zona», precisaron.

Cerca de la plaza

Paradójicamente, a sólo una cuadra de donde se produjo este incendio intencional sobre un vehículo que estaba estacionado, se ubica una plaza en la que hinchas de Newell’s y Central disputan clásicos como válidos y representativos ejemplos de convivencia en las previas de cada partido oficial entre leprosos y canallas.

Un noble gesto futbolístico que habitualmente es retratado por este diario y por los principales medios de comunicación de la ciudad.

Esa acción, protagonizada por la inmensa mayoría de ese populosa barriada de zona sur de la ciudad, contrasta con la del joven que provocó la explosión en la madrugada de ayer. Por fortuna no hubo heridos.(Aníbal Fucaraccio / La Capital)