El juicio a Los Monos llega a su último día de testimonios

Así lo anunció el tribunal que juzga a 25 personas acusadas de conformar una asociación ilícita y cinco crímenes. La semana que viene serán los alegatos.

La de hoy será la última ronda de testigos en el juicio oral y público que, desde noviembre pasado, se sigue contra la banda de Los Monos. Los policías y peritos que trabajaron en los momentos posteriores al triple crimen de Francia y Acevedo, hecho que se ventila desde el lunes y por el cual «Monchi» Cantero está acusado como instigador, declararon ayer en la penúltima jornada y contaron las tareas que les tocó cumplir cuando llegaron a la escena del hecho. También declararon los médicos que estuvieron a cargo de las autopsias de las tres víctimas fatales: Eduardo Marcelo Alomar, Nahuel César y Norma César.

Se prevé que la de hoy sea la última audiencia del juicio que tiene a 25 personas (12 civiles y 13 agentes de fuerzas de seguridad) sentadas en el banquillo de los acusados. Desde noviembre hasta hoy se habrán ventilado cuatro causas: una por asociación ilícita y otras tres por homicidios. El de Lourdes Canteros, el de Diego Demarre, y el triple crimen de Eduardo Marcelo Alomar, Nahuel César y Norma César.

Hoy se espera que los jueces Ismael Manfrín, Marisol Usandizaga y María Isabel Más Varela, fijen fecha para la exposición de los alegatos de clausura de las partes que, por la complejidad, se estima que se extiendan entre martes y jueves de la semana próxima.

Triple crimen

La de ayer fue la penúltima jornada del debate, y por la sala de audiencias circularon policías y peritos que trabajaron en la escena del triple crimen ocurrido el 28 de mayo de 2013 a las 17.15 en el cruce de avenida Francia y Acevedo, cuando la Nissan Frontier que manejaba Marcelo Alomar se detuvo frente a un semáforo y fue emboscada por cuatro personas en dos motos que abrieron fuego hasta vaciar los cargadores.

La lluvia de disparos sobre el coche determinó el fatal resultado: Alomar y Nahuel César, que iba en el asiento trasero, murieron en el acto de cinco disparos cada uno. A Norma César una bala le destrozó la séptima vértebra cervical y murió cinco meses después del ataque.

En el mismo auto también iban el esposo de Norma, César Hernández, a quien un tiro le rozó el cráneo y dos niños que salieron ilesos.

Para la Fiscalía, el ataque se enmarca dentro de una serie de venganzas planificadas por el clan de barrio Las Flores después de que su líder, Claudio «Pájaro» Cantero fuera asesinado dos días antes en la puerta del boliche Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez.

El primer «vuelto» por esa muerte fue Diego Demarre, asesinado el 27 de mayo cuando volvía a su casa desde Tribunales, adonde había ido a prestar declaración por el crimen del «Pájaro». Demarre era el dueño del local bailable. Para los fiscales, su asesinato (ventilado en el juicio la semana pasada) fue ideado por «Monchi» al igual que el triple crimen.

Pero en el caso de los César y Alomar, para los investigadores el ataque pudo ser un error: la persona que era mencionada como el sicario del «Pájaro» era Milton Damario, pero la venganza fue contra la familia César y el que finalmente fue enjuiciado y absuelto fue Damario.

Por el triple crimen no fueron determinados los autores materiales. Sólo están acusados «Monchi» como instigador y Mariano «Gordo» Salomón como encubridor.

Testigos y peritos

Sin embargo, los testigos de ayer se orientaron a reconstruir las tareas de policías y peritos que estuvieron en la escena tras el ataque. Así, por la sala de audiencias pasó Jorgelina N., médica forense de la Brigada de Homicidios encargada de constatar las lesiones de las víctimas fatales y de describir todo lo referente a la escena del crimen en el acta de levantamiento de los cadáveres. La forense explicó que cuando llegó al lugar del ataque el cuerpo de Alomar estaba en el piso y el de Nahuel César en el asiento trasero. Norma César ya había sido trasladada al Heca.

También declaró Cristian M. un empleado del Comando Radioeléctrico que al momento del atentado esperaba el colectivo junto a su hijita. El uniformado, que no estaba de servicio, oyó entre 6 y 7 detonaciones y vio a dos personas en moto huyendo del lugar. «Puse en resguardo a mi hija y comuniqué lo que había sucedido», dijo.

En tanto, Julio E., que prestaba servicios en Balística de la Policía de Investigaciones, dio cuenta de que los impactos que presentaba la Nissan en la que viajaban las víctimas: uno en la luneta trasera, siete en el lateral izquierdo (el lado del conductor) y 11 en la parte frontal.

Luego declararon los médicos del Instituto Médico Legal que estuvieron a cargo de las autopsias de las tres víctimas. Raúl R. trabajó sobre los cuerpos de Alomar y de Nahuel César y detalló anatómicamente cuáles habían sido los balazos que les quitaron la vida al instante.

Por su parte, Sergio V. que realizó la necropsia de Norma César, quien falleció cinco meses después del ataque, dijo que la mujer murió a causa de una complicación en una herida de bala en la séptima vértebra. Dijo también que presentaba marcas de traqueotomía y escoriaciones típicas de las personas que pierden la movilidad y deben permanecer inmóviles en una cama. Es que Norma quedó cuadripléjica tras el atentado. (La Capital)