Tras horas de tensión, Lula da Silva se entregó a la Justicia

El ex presidente de Brasil salió del edificio en el Sindicato de Metalúrgicos minutos antes de las 19. Lo hizo caminando. Antes, los propios militantes le habían impedido que se entregara. Una caravana de autos oficiales lo llevó al aeropuerto. Hubo manifestaciones en varias ciudades

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva logró salir este sábado a la noche del Sindicato de Metalúrgicos, en las afueras de San Pablo, se entregó y se alejó en una caravana de autos oficiales rumbo a la cárcel en Curitiba.

El ex mandatario y hasta ahora máximo favorito en las próximas elecciones presidenciales dejó el edificio de Sao Bernardo do Campo minutos antes de las 19, en medio de escenas de tensión y forcejeos por el bloqueo de los militantes del Partido de los Trabajadores que rechazaban que se entregue a la Justicia.

Lula era llevado a Curitiva para cumplir su condena de 12 años y un mes por cargos de corrupción y lavado de dinero. El propio líder del PT adelantó su decisión por la mañana, cuando habló ante miles de sus seguidores: «Voy a cumplir el mandato de prisión y todos ustedes serán Lula».

Seguidores y críticos de Da Silva se repartieron las calles de las principales ciudades de Brasil para expresar su respaldo al ex mandatario, en un caso, y celebrar su entrada en prisión, en el otro, en la jornada de mayor tensión desde que se inició el proceso al líder metalúrgico.

Las manifestaciones para festejar la prisión o para exigir su pronta libertad, aunque no fueron multitudinarias, se dieron en Brasilia, San Pablo, Río de Janeiro, Curitiba y Fortaleza, entre otras ciudades.

Detractores y partidarios de Lula también se encontraron frente a la sede de la Policía Federal en San Pablo, a donde el expresidente fue llevado inmediatamente después de su detención para los respectivos exámenes médicos.

La policía tuvo que separar los grupos tanto en San Pablo como en Curitiba porque se llegaron a registrar algunas agresiones y enfrentamientos en medio de la polarización que vive el país.

«Los voy a enfrentar mirándolos a los ojos»

Al mediodía, Lula se despidió de su gente. «Me dicen que vaya a la embajada de Bolivia, de Uruguay. No tengo edad para eso. Los voy a enfrentar mirándolos a los ojos. Cuanto mas días me tengan preso, mas Lulas van a nacer en este país», arengó el ex mandatario.

«Yo soñé que era posible gobernar incluyendo a millones de pobres. Que un metalúrgico sin título llevara a los negros a la universidad. Yo soñé. Si ese es mi crimen, seguiré siendo un criminal», continuó. (Rosario 3)