Remises truchos: Habría 4.500 en Rosario

Es el número que estima la cámara del sector, mientras en 2015 eran 3 mil. Hay sólo 7 agencias legales y más de 150 clandestinas

El deterioro económico que afecta al país y al bolsillo de los ciudadanos están teniendo su correlato en múltiples sectores, en especial los relacionados a servicios que no son de primerísima necesidad, como denunciaron en las últimas semanas referentes de la gastronomía y los albergues transitorios.

En Rosario, uno de los más afectados es el servicio público de taxis y remises, cuyos integrantes ven cómo su estructura de costos se ensancha cada vez más, mientras no pueden trasladar todo el peso a las tarifas porque los usuarios se están bajando de las unidades, de la mano de un reacomodamiento de las economías domésticas y de las prioridades en el gasto.

Pero paralelamente, el engrosamiento de la mano de obra desocupada está generando un fenómeno que también perjudica a los titulares y choferes del servicio registrado. Se trata de un fuerte incremento de personas que, por necesidad de ampliar los recursos que entran al hogar o por pérdida de la fuente laboral, se suben a un auto para manejar un remise «trucho».

Explosión

Así lo afirma Alfredo Gordo, presidente de la Cámara de Remises de Rosario. «En 2002, cuando se crea el servicio público de remises, había 500 ilegales. Luego fue creciendo el número, y algunos años después se fue estabilizando. Pero con la crisis, en los últimos 3 años calculamos que pasaron de 3.000 a 4.500», explicó el representante. Desde Catiltar, entidad que nuclea a los titulares de taxis, arrojan una cifra similar: «El número que manejamos es de unos 4 mil», aseveró el tesorero José Iantosca hace días en una entrevista con La Ocho.

Para Gordo, la situación «tiene que ver con la desocupación». «Siempre que hay crisis económica aparece gente que se pone a manejar un ilegal porque no le queda otra. Ahora, tampoco se ponen a ver que a nosotros nos dejan sin trabajo y estamos desapareciendo», se quejó.

En tanto, en el mismo período la gente no paró de bajarse de los legales, cuya actividad cayó «un 50%». Los registrados que circulan por las calles de Rosario «eran 519 según el registro de Servicios Públicos y ahora son 250, tuvieron que devolver las chapas porque se fundieron», dijo el titular de la Cámara.

El remisero señaló que la proyección que hacen es basada en la cantidad de agencias existentes, que agrupan a casi la totalidad de choferes. Las que tienen todos los papeles son sólo 7. Las ilegales llegan a más de 150, muchas ubicadas en localidades del Gran Rosario. «Algunas tienen hasta 150 coches en la calle», detalló. Incluso, afirmó el titular de la Cámara, «hay empresas legales en las que al mismo tiempo trabajan autos clandestinos».

Costos

Según el dirigente, esto sucede porque «está el mito de que los taxis y remises legales no entran a ciertas zonas y de que los truchos son mucho más baratos». Al respecto, indicó que «la tarifa es sólo 20 por ciento más baja porque no pagan nada», en referencia a impuestos, seguro, recambio de móviles, revisación técnica y cargas sociales de los choferes: «El riesgo es máximo. Nuestro seguro para el pasajero es de hasta 18 millones de pesos, el de los coches ilegales es cero».

Sin embargo, Gordo aseguró que «en realidad esto existe porque le soluciona un problema a la Municipalidad, los colectivos no llegan a todos los barrios a toda hora, o deja lejos a la gente en contextos de inseguridad» (ver aparte). E incluso relató que hay lugares donde organizaciones de remises truchos, «como en el barrio del Padre Ignacio o el Casino», ya no los dejan entrar y los intimidad si lo hacen.

Además, agregó que los coches ilegales «no sólo son utilizados por gente de zonas humildes. En los barrios privados de las afueras de la ciudad, como los de Funes y Roldán, también los llaman», lamentó. El referente completó que «además de los coches ilegales, también están los legales de ciudades vecinas que vienen a trabajar acá, aunque no pueden, y nos sacan viajes. Solo tienen permitido transportar a personas desde o hacia sus ciudades de origen, pero no lo respetan».

En este marco el futuro es, para Gordo, apocalíptico sin un cambio socioeconómico. «Hay cada vez más coches ilegales y el número va a seguir creciendo. En Buenos Aires ya implementaron las Trafic sin asientos que levantan gente desde los barrios al centro como un colectivo, esto va a llegar acá», aseguró. De hecho, el secuestro de estos autos de alquiler clandestino se disparó fuertemente en los últimos años, cimentando esta teoría. Todo indica que si la economía no mejora, solo quedará para los choferes cruzar los dedos. (La Capital)