Las posibles devastadoras consecuencias de un enfrentamiento entre EEUU y Turquía

Está más que claro que las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Turquía ya no serán lo que fueron y una forma de terminar con sus peleas en el campo diplomático es la de rescatar la relación con acuerdos que soporten cualquier tipo de ruptura.

Si ello no ocurriera las consecuencias serán devastadoras para las dos partes.

Para Norteamérica implicaría graves problemas en el terreno de los intereses estratégicos, mientras que Turquía sufriría insoslayables pérdidas económicas.

Abogados que defienden los intereses turcos habrían presentado cargos contra oficiales yanquis que cumplen funciones en la base aérea Incirlik. Las acusaciones hacen referencia a los vínculos de los imputados con grupos terroristas. Piden los acusadores interrogar a los militares presuntamente implicados.

Por su parte, el Estado norteamericano no deja de hacer notar el deterioro de los derechos humanos en Turquía y la cooperación de su gobierno –de manera encubierta-, con las cúpulas de Rusia e Irán respecto de cuestiones que tienen que ver con la guerra Siria.

Precisamente los rusos gestionan vender a Turquía misiles S-400 de fabricación soviética que la Organización del Atlántico Norte considera incompatibles con los sistemas de defensa aliados.

Recep Erdogan, el líder de los turcos está que trina por el apoyo del Pentágono a la milicia kurda que lucha contra el Estado Islámico en el norte de Siria y amenazó a las tropas estadounidenses si EE.UU bloqueaba a militares turcos en el noroeste de Siria, conocida como “El triángulo de Hasaka”.

La economía de Turquía se considera perjudicada, además, por la cancelación, por parte del presidente norteamericano Donald Trump, del acuerdo nuclear con Irán, ya que las importaciones de petróleo de los turcos provienen de Irán.

Analistas de la política que accedieron a informes filtrados del Pentágono señalaron que Trump estaba dispuesto a permitir que Hakan Atila, ex ejecutivo de Halkbank, de propiedad estatal, condenado por violar sanciones de Irán, cumpliera el resto de su encarcelamiento en una cárcel de Turquía. El acuerdo fue anulado cuando este último país solicitó un resarcimiento millonario a favor del Halkbank y la cancelación de cualquier investigación futura.

Está claro que Turquía sufre una intensa división política y el declive de la lira es un indicativo de esa situación sufriente. La fractura de la relación con Trump está al borde de poner a prueba las relaciones de Turquía con la Unión Europea, lo que produce terror en inversores turcos.

Lo que salva, en gran parte, de la caída económica a Turquía es que dicho país sirve aún como puente con el mundo musulmán.

Gobiernos calificados recientemente como emergentes como el de Argentina están temblando debido a las devaluaciones y a razones internas. Los números también afectan al real brasileño, el peso mexicano, el colombiano o el chileno. Más allá de esas fronteras la amenaza crece hacia la rupia india, el rublo ruso o el rand sudafricano, según afirman colegas del orbe que siguen, como el que esto escribe, la política internacional.

Turquía socio estratégico

El gobierno turco es un socio estratégico central de la defensa occidental y es una porción fundamental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, fuerza a la que le aporta 411.000 efectivos militares. Es en el territorio turco donde se asienta el cuartel principal del comando de tierra de la OTAN y es el asiento del Ala 10 de la fuerza aérea norteamericana y de la 39 con 5.000 hombres desplegados en el territorio.

Quizás la única explicación posible para entender la mala relación entre EE.UU y Turquía, a pesar de lo apuntado se centre en que los turcos han venido mostrando un juego independiente en la región al aliarse con Irán y con Rusia y la ferocidad del presidente Erdogan contra la minoría kurda, un pueblo aliado de Norteamérica que colabora en operaciones conjuntas a desarrollar en Siria y aporta a la construcción de dos bases militares en cercanías de Manby y en el noroeste del país árabe, más precisamente en la ladea de Ain Dadat, controladas por milicias kurdo-sirias de las denominadas Unidades de Protección Popular que Ankara considera terroristas.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com