Conicet macrista: Rechazaron a 54 investigadores rosarinos

Solo 13 postulantes de Rosario ingresaron a la Carrera de Investigador Científico, apenas el 19% de todas las solicitudes. La sangría a nivel nacional fue de 2.145 investigadores. Por el cuello de botella, son cada vez más los científicos rechazados para hacer ciencia en el país.

Por Andrés Actis / Rosario Plus

Los investigadores rosarinos que forman parte del Conicet anticiparon a fines del año pasado que el 2019 iba a ser de supervivencia. El feroz ajuste que sufre la ciencia argentina volvió a quedar al desnudo en estos días tras conocerse los resultados de la Convocatoria 2018 para el ingreso a la Carrera de Investigador Científico (CIC).

La lista confirmó lo que se viene denunciando desde el 2016 a esta parte: son cada vez más los científicos de excelencia que quedan fuera del sistema. A nivel nacional, los rechazados fueron 2.145, una cifra altísima respecto a años anteriores. Solo 450 investigadores –el 17,3%– tendrán financiación estatal para investigar en el país. 

En Rosario, fueron 54 los investigadores rechazados. Un selecto grupo de 13 logró ingresar a Carrera. La mayoría de los relegados recibieron excelentes evaluaciones. Son científicos con estudios de doctorando o posdoctorando, becarios o ex becarios con proyectos de investigación avanzados en distintas áreas: ciencias exactas, biológicas, médicas, físicas y sociales, entre otras. En estos años, fueron a congresos, dieron charlas, profundizaron sus campos de estudio y publicaron papers en revistas nacionales e internacionales.

«El porcentaje en Rosario nos da 19%, similar al número a nivel nacional. Es el más bajo de los últimos años debido a que se vienen acumulando las postulaciones, investigadores que no entraron en 2016 y 2017 y vuelven a intentarlo», explicó Martín Leonard, un joven ingeniero de 33 años que desde tres  trabaja en el Instituto de Física como becario.

Ante este escenario, la «fuga de cerebros» ya es una realidad. «Empezamos a ver casos cercanos de investigadores, jóvenes en su mayoría, que están por irse o que están buscando para continuar con sus estudios en el exterior», detalló Leonard. La migración también es una posibilidad latente entre quienes están trabajando hoy en el Conicet. 

Los 450 investigadores que sí fueron aceptados cobrarán menos de 40 mil pesos (850 dólares), la mitad de lo que cobran los científicos de la región y hasta siete veces menos de lo que se percibe en América del Norte, Europa y Asia. «Los sueldos, con la devaluación y la inflación, quedaron muy bajos. Esta es otra cara del ajuste de la que se habla poco», agregó el becario rosarino.

El ajuste en contexto

Para poder comprender estos números es necesario revisar la historia de la ciencia en los últimos años. El «Plan Argentina Innovadora 2020», presentado en 2013, preveía un crecimiento anual del 10% de los ingresos de científicos al Conicet, con el objetivo de que Argentina pudiera acercarse a los estándares internacionales respecto de la cantidad de científicos por habitante. 

Este año ingresarán a la carrera de investigador 450 personas cuando deberían haberlo hecho 1,366. En paralelo, a este fenómeno se sumó otra variable más: durante el último tiempo el Estado estimuló la formación de estudiantes en posgrados a partir de la creación de becas. Desde 2012 hasta la actualidad 8.461 culminaron su doctorado; individuos que, como puede advertirse, hoy no tienen espacio.

De las 900 vacantes que se ofertaban en 2015, en 2017 ese número bajó a 600. Pero el año pasado la convocatoria se redujo a 450, es decir, la mitad en comparación con hace cuatro años. En lugar de crecer, tal como estipulaba el plan que firmó el propio Lino Barañao –funcionario que continúo al frente de la Ciencia con la llegada de Cambiemos al poder– las vacantes decrecieron de forma significativa 

Durante el mandato de Mauricio Macri, la planta de investigadores del Conicet creció a una tasa anual de entre el 2,5% y 4,0% frente al 10% objetivo previsto en el plan que había diseñado Barañao en el gobierno anterior.

“El número de vacantes ya se conocía (450), pero lo que resulta muy decepcionante es saber el número de postulantes. Se deja afuera a mucha gente muy bien capacitada cuando tampoco hay tantas alternativas; la pequeña y la mediana industria están en bancarrota”, reflexionó Alberto Kornblihtt, doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador superior del Conicet.

Miguel Leone, delegado de la Red Federal de Afectados por el ajuste sobre el Conicet, lamentó el «exilio forzado». “Nos vamos al exterior con un dolor en el alma porque queremos trabajar en Argentina pero no es posible. Sin embargo, no solo se alienta el exilio a otros países sino también se produce lo que llamamos exilio interno: los científicos se terminan dedicando a otras tareas que no guardan ninguna relación con aquellas para las cuales se prepararon. Algo similar a lo que sucedía en otra época nefasta, el 2001”, subrayó. (Rosario Plus)