Faurie no quiere discutir el acuerdo con la Unión Europea este año en el Congreso

Se lo reconoció a legisladores oficialistas en Cancillería, junto al ministro de Producción Dante Sica. La oposición le exige que ambos expliquen qué firmaron en el G20 de Osaka.

Jorge Faurie decidió no debatir el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea este año, para evitar un choque con la oposición que se unió para exigirle visitar al Congreso junto al ministro de Producción Dante Sica.

Como adelantó LPO, el canciller recibió a diputados y senadores de Cambiemos en el palacio San Martín, detalló los aspectos principales del tratado, los respaldos de los diferentes sectores de la producción pero no les confirmó fecha para dar explicaciones ante sus colegas de otras fuerzas políticas.

Se excusó en la demora que habrá para traducir el texto final a todos los idiomas, que este miércoles algunos legisladores en contacto con las principales embajadas calculaban en no más de dos meses.

Para Faurie fue la excusa ideal para patear su visita al Congreso hasta el recambio de diciembre, si es que Mauricio Macri es reelecto y él continúa como jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores.

De todos modos, ni aún en esas condiciones podrá garantizar una mayoría en el recinto y no será fácil alcanzarla sin romper la grieta con el kirchnerismo, que monoplizó las listas legislativas.

Ante sus legisladores, los funcionarios aportaron un par de datos para acercar posiciones en los pasillos o en los micrófonos. El principal fue que el 90% de los acuerdos arancelarios figuraban en un preacuerdo de 2010, trabajado por funcionarios de Néstor y Cristina Kirchner, pero nunca cerrado en las oficinas de Bruselas.

«El acuerdo se logró con el empuje de Macri, pero fue trabajado durante 20 años por todos los gobiernos. Es insostenible en términos políticos rechazarlo», se confiaron Faurie y Sica, ambos con pasado peronista.

Confirmaron que habrá rondas de consultas privadas con sindicalistas y cámaras empresariales que participaron de la negociación. «La industria tuvo buena receptividad, porque aceptamos casi todos sus planteos previos», aseguró Faurie.

Y reiteró que es «histórico» que como parte del acuerdo Europa demore una década la desgravación de aranceles para su industria y acepte comprar sin impuestos los bienes primarios del Mercosur desde el primer día de entrada en vigencia.

El desafío para Cambiemos será contener la presión opositoras por acceder a detalles de lo firmado o la aparición de algún sector que pueda sentirse perjudicado e inicie un lobby desfavorable. Para evitarlo, lo mejor para el Gobierno es que la Cámara de Diputados cerrada. Hasta el año que viene.