Nuevos ordenamientos en la política santafesina

Demasiados cafés se toman por estas horas para fantasear escenarios improbables. Gente que ante los “ojos de la gente” debería estar más preocupada por la explosiva situación del país, dibujan en servilletas de papel extravagantes bocetos de futuros escenarios políticos más propios de política ficción que de realidades objetivas.
Naturalmente que todo es legítimo en el genuino juego del poder. Pero algunos se pasan de rosca con tanta imaginación. En política, los tiempos son los que fijan las circunstancias, las oportunidades. Forzarlos es ir contra el orden natural; y se corre el riesgo de abortos.

¿Peligra la presidencia de la Cámara de Diputados para Miguel Lifschitz?

“Puro humo” deslizó un confidente del Gobernador Miguel Lifschitz, ante las solapadas operaciones para impedir que presida la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre; “Miguel tiene los 28 diputados del FPCyS firmes y hay por lo menos entre cuatro y seis adicionales”, afirmó la misma fuente. ¿Los “adicionales” serían los diputados de Amalia Granata, con quién el Gobernador mantuvo una conversación en Capital Federal?. Por estas horas, la Diputada electa pro vida tiene que lidiar con miembros de su propia tropa quienes, con no poca osadía, le estarían discutiendo el poder interno.
Otro exponente del socialismo sugirió que esas supuestas maniobras no son más que “versiones e intentos sin posibilidades reales, ya que para que sucedan deberían haber conversos, y además sería muy difícil de explicar para adentro y para afuera”. En la misma línea de pensamiento el titular del PDP Gabriel Real, cree que son fintas de quienes quieren posicionarse para conseguir ventajas políticas. No más.
De todos modos desde un sector del radicalismo, cuyo liderazgo comenzó a regañarse en pos de un “nuevo orden interno”, acicatean al Gobernador electo para que, con su escasísima tropa de siete legisladores que no sabe si le responderán, impulse la titularidad de la Cámara de Diputados para un radical, (ni siquiera para un peronista). ¿Sería tanta la tirria que Perotti sentiría por el socialismo para semejante desmesura?.

¿También la reforma constitucional?

Si estos devaneos relatados subyacen con legisladores que aún no asumieron, más caricaturesco resultaría imaginar que la actual composición de Diputados pudiera darle luz verde a la trunca intentona de reforma Constitucional impulsada por Miguel Lifschitz, cuyo texto está varado en la Comisión de Educación de Diputados. Para que ello pudiera ocurrir, el FPCyS tendría que estar dispuesto a darle la reelección a Omar Perotti. ¿Con qué finalidad?.

Efectos del cambio de ciclo

Regresando al futuro legislativo, no es menos cierto que por estas horas se urden no pocas tramoyas políticas de todo tipo. Como hace tiempo no ocurre, las maquinaciones más febriles y atrevidas están a la orden del día.
La composición de la futura Cámara de Diputados, ante el cambio de color político provincial, es una verdadera “hoguera de las vanidades”. A las comentadas disidencias internas que presenta el bloque de Amalia Granata, se le sumaria lo que podría ocurrir en Cambiemos, toda vez que la multisectorial de mujeres, concejales de Rosario, Santa Fe y todas las diputadas acometerán para que, respetando el cupo femenino, la actual diputada de FE Cecira Arcando ocupe la banca que el D´Hont le negó (quedó en sexto lugar e ingresarán cinco), toda vez que ese bloque tendrá cuatro varones y una sola mujer: María Ximena Sola.
En el radicalismo si el resultado de las generales nacionales del macrismo resultare adverso, los dos diputados electos – y reelectos – por Cambiemos Alejandro Boscarol y Julián Galdeano estarían pensando seriamente en formar parte de un nuevo bloque radical junto a los 11 que estarán en el FPCyS.
En senadores, Felipe Michlig había anticipado que a partir del 10 de diciembre los 7 radicales electos –la mayoría reelectos – formarían un solo bloque bajo la denominación UCR. Habría que ver si Lisandro Enrico, Germán Giacomino y Hugo Rasetto piensan lo mismo.

Perotti con el cuchillo hasta el hueso.

Poco y nada se sabe de nombres del futuro gabinete de Omar Perotti, más allá de las interesadas especulaciones que se escuchan en los mentideros políticos, y de las cuales no nos hacemos eco.
Lo que escuchamos es que habría consenso para entrar con cirugía mayor en la policía. Sin piedad, porque el manual indica que si no se hace al principio cuando la gente les va a bancar los efectos colaterales de las resistencias, se pierden el tren. En resumen, la idea sería romper fuerte con una “corporación” –la policial – toda vez que desde el ´83 nadie lo hizo, dejando que la policía que dejó el proceso se mantuviera como “corporación”, conviviendo con el poder político como tal.
José María Vernet lo salía significar: La policía antes del proceso era otra cosa. El policía era otra cosa y la policía otra institución. Los militares la «militarizaron» y le dieron poder para muchas cosas. Ahí nació la “corporación policial”. Corporación significa muchas cosas, pero la forma más representativa es la pretensión que le plantea al poder político: «vos elegí el jefe, que para abajo nos manejamos entre nosotros”.

¿También en la EPE?

El otro estamento donde Perotti “metería mano” sería en la EPE. Se habla de una intervención para despejar intereses (gremio, cooperativas y otros sectores políticos) con un grupo entrenado de técnicos para encontrar elementos que legitimen la intervención.
Por ejemplo (y mas allá de que Verónica Geese prometió terminar con ese tema antes de irse) las conexiones clandestinas en edificios de Rosario; las contrataciones de obras y servicios a las cooperativas privadas que – supuestamente – manejan los dirigentes de luz y fuerza, junto a otra rarezas detectadas por la gente de Perotti.
La idea sería venderle a la sociedad que se irá contra esa otra corporación, toda vez que José Corral ya hizo el trabajo “de ablande” durante todo este tiempo. “Eso sí – reflexionaba un experimentado político – tenés que estar dispuesto a bancarte un “verano pesado”.

Números y política

Nada más preocupan a Miguel Lifschitz y Omar Perotti que el devenir económico del país y su fuerte impacto provincial. Por las dudas voceros – oficiosos – de Omar Perotti, como el diputado – reelecto – Leandro “Quico” Busatto advierten: «el gobierno que viene tendrá muchas dificultades para cumplir con la cláusula gatillo. Vamos a pagar la deuda que tomó Lifschitz cuatro veces más”.
Por su parte, el coordinador de la transición, Rubén Michlig, también remarcó que «la planta de personal en la gestión socialista creció un 26 por ciento (entre empleados permanentes y temporarios) y en la gobernación de Miguel Lifschitz aumentó en 1.400 cargos, a los que se sumaron 1.572 contratados».
Las declaraciones de los referentes del perottismo contrastaron con lo que había afirmado el propio Lifschitz días atrás al señalar que «en cuatro años de gobierno no se aumentó la planta. Somos el único gobierno provincial que a lo largo de 35 años no modificó la planta permanente. Tenemos más de 700 cargos vacantes que no vamos a cubrir», había afirmado el gobernador.
Sin embargo, los datos con los que cuenta Michlig no señalan lo mismo: «durante el proceso de la gestión socialista hubo tres leyes de pase de contratados a planta, con un promedio de 3.000 personas en cada una de ellas, más otra ley específica para el personal de salud», destacó el ex Ministro Coordinador de Jorge Obeid.
Dimes y diretes del nuevo ordenamiento en la política santafesina.