Mendoza: Cambiemos retuvo la Gobernación y Macri se ilusiona con un balotaje

Con un resultado que mejora su performance previa de las PASO, Rodolfo Suárez se impuso al peronismo y se convirtió en el nuevo gobernador mendocino.

Más que una alegría, lo que le dio Mendoza a Mauricio Macri fue una tregua en su larga saga de reveses políticos. La contundente victoria de Rodolfo Suárez sobre Anabel Fernández Sagasti en los comicios para la gobernación mendocina supone una inyección anímica para la base militante del macrismo.

La convocatoria multitudinaria que había tenido el día anterior el primer acto en la gira presidencial bajo la consigna del «sí, se puede» completa un fin de semana de aire fresco para un macrismo alicaído.

Ahora, esta victoria permite a la coalición oficialista tratar de sacar provecho político para «nacionalizar» el resultado y sacar conclusiones en el sentido de que una remontada respecto de las PASO es posible.

El oficialismo mendocino, con su casi 50% de votos, mejoró en 7 puntos porcentuales su porcentaje de las primarias. Con lo cual, se abre el debate para los encuestadores y analistas: ¿cómo debe leerse el resultado electoral? ¿Se trata de una mejora del macrismo que puede alentar al Presidente a mejorar el 37% que había obtenido en agosto en tierras mendocinas? ¿O, por el contrario, puede leerse como la confirmación de que en las elecciones «en serio» el ganador de las PASO siempre amplía su ventaja?

Dispuestos a no dejar pasar la oportunidad, los dirigentes macristas se aferraron a la primera de las opciones, y no dejaron espacio para otra interpretación que no fuera la del inicio de una recuperación del gobierno a nivel nacional.

«Acá vino Cristina, Alberto y estamos viendo los resultados. Mendoza es una provincia con suficiente institucionalidad e historia para marcar algunos rumbos. Les aseguro que en todo el país están esperando este resultado. Hay una derrota estrepitosa del kirchnerismo en Mendoza, esto es así y no acepta en otra lectura», afirmó Marcelino Iglesias, intendente de Guaymallén, uno de los más eufóricos de la jornada.

A esa hora, el propio Macri ya había enviado públicamente sus saludos por las redes sociales y dejaba el anuncio de una próxima visita.

En filas oficialistas, no sólo se festejaba el hecho de haber retenido una de las provincias más importantes del país, que junto a Corrientes, Jujuy y la Capital Federal se cuentan en el núcleo duro del macrismo –ya nadie cree en el milagro de retener Buenos Aires-, sino que también se celebra esta elección como una derrota personal de Alberto Fernández.

La sonada visita del candidato del Frente de Todos a la provincia, en la cual se reunió con los gobernadores peronistas –escándalo de avión tucumano incluido- dejó en claro el esfuerzo de Fernández por nacionalizar la elección mendocina. Se buscaba «contagiar» al peronismo provincial del aura ganadora que desde agosto acompaña a Alberto.

Sin embargo, el revés fue superior al previsto, para solaz de los macristas.

Claro que, al mismo tiempo, a nadie escapa que el festejo del presidente tiene sus contradicciones. Porque él, a diferencia de Fernández, no pudo poner un pie en Mendoza durante toda la campaña electoral, por pedido expreso de los dirigentes radicales de la provincia, que lo consideraban un factor «piantavotos» más que un apoyo.

De manera que con el mismo argumento con el cual se puede afirmar que Mendoza castigó a Fernández también se podría afirmar que radió de los festejos a Macri.

Por otra parte, es claro que Mendoza, a pesar de su influencia y tamaño relativamente grande, no es suficiente como para extender su protagonismo en la agenda nacional más que unas pocas horas. Entre otros motivos, porque hoy mismo se reanudará la saga de malas noticias para el Gobierno.

El Indec tiene previsto difundir el índice de pobreza e indigencia, ese mismo indicador al que Macri había señalado al inicio de su mandato como el parámetro con el cual aceptaba que fuera evaluado su gestión.

Y las expectativas es que el dato, correspondiente al primer semestre de este año, se ubique en torno del 35%, lo cual lo tornaría en el peor registro de la era macrista y también un empeoramiento respecto de los niveles que se medían a nivel privado durante el gobierno kirchnerista.

Lo cierto es que, de momento, el macrismo logró un respiro y toma impulso para intentar recobrar el centro de la agenda nacional con el anuncio de medidas que alivien la vida de la enojada clase media.

Todo indica que no será fácil recobrar ese protagonismo –al menos, no por motivos positivos- en un entorno que ya trata a Alberto Fernández como virtual presidente electo. Porque mientras Macri celebraba su acto de Barrancas de Belgrano y su victoria mendocina, los inversores, ahorristas y analistas financieros estaban más ocupados en sopesar las consecuencias de dos anuncios de Fernández.

El primero, la supuesta renegociación «a la uruguaya» para lograr un default amigable con el mercado. Y, la segunda, la advertencia sobre una mano dura a nivel impositivo para los sectores de más altos ingresos, algo que ya disparó una ola de consultas con abogados y contadores.

Rodolfo Suárez, nuevo gobernador de Mendoza
Rodolfo Suarez es el gobernador electo de Mendoza. El candidato de Cambia Mendoza se impuso por una importante diferencia de más de 14 puntos. El triunfo fue reconocido por la candidata justicialista Elegí Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, quien admitió que la diferencia «es irremontable».

De esa manera, Alfredo Cornejo logrará uno de sus objetivos políticos: pasarle el poder a otro dirigente del radicalismo.

La diferencia con el Frente Elegí es superior a la de las PASO e incluso Suarez obtiene un triunfo más holgado que el logrado por Cornejo en 2015. El actual mandatario había ganado por 7 puntos. La base de la diferencia está en los votos logrados en el Gran Mendoza, principalmente Guaymallén, Godoy Cruz, Godoy Cruz y Capital. Pero en el oficialismo aseguran que es generalizado. El peronismo logra retener sus bastiones, como Maipú.

Con el 99% de los votos escrutados, la fórmula compuesta por Suárez y el intendente de Junín, Mario Abed, obtuvo el 48,88 % de los votos y dejó en segundo lugar al peronismo que fue respaldado por el 34,97 %.

En tercer lugar quedó el Frente Protectora que postulaba al diputado nacional José Luis Ramón, y en el cuarto puesto, Noelia Barbeito, del Frente de Izquierda.

Uno de los pilares de la elección fue la gran participación del electorado, que alcanzó el 80% del padrón, superando en tres puntos a las Primarias de junio, un dato que seguramente será analizado con detenimiento en el comando de campaña macrista a nivel nacional.

Pero el principal argumento del amplio triunfo tuvo que ver con la separación de las elecciones provinciales de las nacionales.

De hecho, el resultado de este domingo supera los números que Suárez obtuvo en las PASO cuando llegó al 42,9% de los sufragios.

En ese aspecto, se dio en Mendoza (donde no existe la reelección de gobernador) la tendencia que viene reiterándose en el resto de las provincias que ya adelantaron sus comicios: los votantes deciden una cosa a nivel local y otra a nivel nacional.

Si bien los primeros resultados oficiales del escrutinio se esperaban para después de las 21, en el Gobierno y en todo Cambia Mendoza el optimismo crecía minuto a minuto. Desde el cierre de la votación aseguraban que Rodolfo Suárez iba a ganar por al menos 10 puntos de diferencia sobre Anabel Fernández Sagasti, la candidata peronista.

«Acá no nos gusta el populismo, el populismo es malo, es bueno gobernar con austeridad», dijo desde su búnker el candidato del Frente Cambia Mendoza.

«Somos un buen ejemplo para el país porque somos honestos. No solo porque no robamos sino porque decimos la verdad, en la campaña y cuando gobernamos», aseguró.

Y acto seguido, dedicó un párrafo a los próximos comicios: «La elección nacional no está terminada. Pero, sea quien sea el próximo presidente de la Nación, a partir de diciembre tenemos que olvidarnos de la campaña y trabajar para que la gente viva cada día mejor».

Minutos antes, el que tomó la palabra fue el gobernador Alfredo Cornejo quien criticó con dureza a la estrategia de Alberto Fernández y del Frente de Todos, al intentar nacionalizar la campaña. «Acá hubo un error de hacer la tremenda estupidez de venir con todos los gobernadores del PJ a decirle a los mendocinos cómo debían votar. Lamento que se hayan equivocado tan feo», cuestionó.

En referencia al plano nacional, agregó: «Queremos que el 27 de octubre los mendocinos se expresen por esta cultura del trabajo que es contraria a la cultura de los que vinieron a aparatear y nos recordaron lo peor del kirchnerismo». (IProfesional)