Un hombre de La Cámpora dirigirá los destinos de Aerolíneas Argentinas

Por orden de Cristina Kirchner, será nombrado presidente de la compañía aérea de bandera en la cual ya ocupó cargos ejecutivos hasta el 2015.

Además de haberse quedado con las cajas de la Anses y la Afip a partir del 10 de diciembre, La Cámpora retomará el control de Aerolíneas Argentinas (AR). Aunque no será nuevamente Mariano Recalde quien recuperará su cargo como presidente de la compañía aérea de bandera, que mantuvo hasta los últimos días de Cristina Kirchner.

En esta oportunidad, Alberto Fernández optó por otro miembro de la agrupación kirchnerista de menor peso ante la opinión pública, pero que ya ocupó cargos ejecutivos en la empresa precisamente durante la gestión de Recalde.

Se trata de Luis Pablo Ceriani, quien entre el 2009 y el 205, ocupó el puesto de CFO y vicepresidente de Aerolíneas y quien, por recomendación de Cristina Kirchner asumirá ahora como CEO y presidente.

El elegido no tendrá una tarea fácil si se tienen en cuenta algunas definiciones que fue dejando el presidente electo sobre la política aerocomercial que adoptará a partir del 10 de diciembre y el rol que le pretende dar a Aerolíneas durante su mandato al frente de la Casa Rosada.

Una mirada bastante opuesta a la que el gobierno saliente de Mauricio Macri le impregnó al mercado, con la apertura de la competencia a las compañías aéreas low cost y la decisión de reducir los subsidios a la operación de AA como principales banderas de estos cuatro años de administración de Cambiemos.

De este modo, Ceriani le ganó la «carrera» a otros dos posibles candidatos a gestionar la operación de la aerolínea estatal como eran Isella Costantini y Fabián Lombardo.

La primera ya ocupó el máximo sillón de Aerolíneas entre enero del 2016 y diciembre del mismo año cuando fue despedida por orden del propio Macri.
Desde el entorno de Alberto Fernández fue impulsada por ser vista por el propio presidente electo como una «persona valiosa» que le gustaría recuperar para la función pública.

Sin embargo, ni Cristina Kirchner ni los miembros de La Cámpora respaldaron su candidatura por entender que tiene un perfil «demasiado Pro» y por no olvidar su cercanía con el macrismo.

Con respecto a Fabián Lombardo, es el actual representante local de Azul Linhas Aéreas, una aerolínea low cost de origen brasileño que tiene pocos años de operaciones en el mercado aerocomercial argentino.

Pero también fue Chief Commecial Officer (CCO) de Aerolíneas durante seis años, además de haber estado a cargo de varias gerencias como las de Ventas Globales; Revenue Management (Políticas de tarifas, Reservas y Optimización de inventario); de Programación de Vuelos (Planificación de Rutas y Destinos, Incremento o Reducción Capacidad).

En el 2015, cuando Recalde intentó dar pelea electoral para convertirse en Jefe de Gobierno de la Ciiudad de Buenos Aires, ocupó el cargo de presidente en Aerolíneas, aunque de manera provisional siendo además contemporáneo en las tareas gerenciales de Ceriani.

De hecho, junto a Recalde, ambos presentaron a fines de noviembre del 2015, el plan operativo de Aerolíneas para el 2016, a pesar de que eran tiempos en los cuales el gobierno kirchnerista ya conocía su negro futuro electoral con la derrota de su candidato a presidente, Daniel Scioli.

Ceriani, cercano a Kicillof


Mas allá de estos pergaminos, tanto Cristina Kirchner como Alberto Fernández optaron por Ceriani, a quien también lo habría ayudado su cercanía con el gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Trabajaron juntos entre el 2007 y el 2010 como investigador académico cuando el ex ministro de Cristina Kirchner fue subdirector del Centro de Estudios para la Planificación de Desarrollo (Ceplad),un organismo que depende del Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Fue además redactor de columnas periodísticas en el diario El Argentino junto con el diputado Héctor Recalde, padre de Mariano Recalde.

«Me dediqué a la investigación en políticas públicas y trabajé también en la gestión de empresas públicas», dice Ceriani en su Linkedin, a modo de presentación propia.

«En mis años de Aerolíneas lideré y formé parte de un equipo que se dedicó a transformar la compañía de manera permanente. Fue un logro del que estamos orgullosos a pesar de las críticas y los resultados están a la vista» agrega.

En el 2013, Ceriani, quien ya venía ocupando otros cargos en Aerolíneas, fue designado como director titular de la compañía en reemplazo de Juan de Dios Cincunegui, un ex integrante de La Cámpora que fue denunciado por Cristina Kirchner por estar involucrado en un caso de supuesta estafa y defraudación con asociaciones de consumidores y bancos.

En su contra le juega haber sido quien, junto a Mariano Recalde, había firmado con contrato con Sol Líneas Aéreas por el cual le pagaba una suma fija mensual en dólares por 210 horas de vuelo más el costo del combustible.

Se trató de un contrato que cuando Isella Costantini fue nombrada por Mauricio Macri en Aerolíneas rescindió debido a que le hacía perder $1 millón por día para cumplir con este llamado Acuerdo de Cooperación que le aseguraba a la ex empresa rosarina de la familia Angeli una ganancia en dólares del 12% de los costos de explotación.

Era un convenio que incrementaba las pérdidas de AR que por esos años tenía un balance deficitario cercano a los u$s500 millones por año, mientras se hacía cargo de las ganancias de una empresa privada que se encontraba ya al borde de la quiebra antes de suscribir el acuerdo.

Ceriani, en su rol de director Financiero de Aerolíneas fue quien firmó el contrato, con la aprobación de Recalde, entonces presidente de la firma aérea de bandera. Ambos, además adelantaron fondos a sus socios rosarinos por algo más de $125 millones a modo de anticipo.

Más allá de estos antecedentes personales y profesionales, la designación de Ceriani deberá ser aprobada por una asamblea de accionistas de Aerolíneas que las nuevas autoridades nacionales deberán convocar y ponerle fecha.

Antes, el 9 de diciembre próximo por la mañana, se llevará a cabo última asamblea general ordinaria y extraordinaria de la compañía en Av. Rafael Obligado s/n, Terminal N° 4, Piso 5°, Aeroparque Jorge Newbery, de la Capital Federal.

El orden del día plantea varios temas como la consideración de los estados contables especiales y documentación complementaria, correspondientes al período intermedio finalizado el 30 de septiembre.

También se tratarán las renuncias presentadas no sólo por Luis Malvido, quien venía manejando los destinos de Aerolíneas por mandato de Macri y quien ya avisó que no continuará en su cargo más allá del 10 de diciembre. La misma suerte correrán otros directores designados por el Estado y los independientes como son Eduardo Esteban Franck; José María Zuliani y Mariano Pedro Ansaldo.

En ese mismo sentido, deberían designarse las nuevas autoridades. Es decir, a los nuevos directores titulares y suplentes, de los cuales dos deben representar al Estado Nacional; otros dos a los accionistas independientes y dos más a los trabajadores agrupados bajo el Programa de Propiedad Participada (PPP).

Sin embargo, se espera que eso no suceda, se pase a un cuarto intermedio y se convoque a una nueva asamblea extraordinaria para elegir al nuevo directorio y a los reemplazantes de los ejecutivos renunciantes.

Siguiendo la lógica legal, una vez que asuman las nuevas autoridades nacionales y Mario Meoni asuma como titular del Ministerio de Transporte, el gobierno de Alberto Fernández tendrá que nombrar dos representantes para que participen en la asamblea de accionistas de Aerolíneas.

Esto siempre que continúe bajo la órbita de la cartera que en estos años comandó Guillermo Dietrich, ya que es el accionista mayoritario en la compañía en representación del Estado nacional.

Cuando este proceso esté finalizado, los representantes oficiales junto con el resto de los directores nombrarán a la nueva conducción ejecutiva que encabezará Ceriani.

De todos modos, la palabra final sobre quién será el mandamás de Aerolíneas sigue estando bajo el poder de Cristina Kirchner. La vicepresidenta electa tiene a la empresa entre sus «debilidades», como también son los casos de YPF y las relaciones de la Argentina con los acreedores externos.

Asumiendo también que para el Frente de Todos, las obras públicas, la producción y el transporte serán parte fundamental del programa político que ofrecerá Alberto Fernández al resto del mundo.

Cuando Ceriani y su equipo desembarquen en Aerolíneas se encontrarán, según sostienen funcionarios de Cambiemos, con una situación diferente a la que recibió el actual gobierno en el 2015.

La empresa tendrá todos los balances y los estados de situación aprobados y en regla, con datos sobre las operaciones, la situación financiera, contable y de gestión.

También recibirán varios reportes sobre la gestión durante el macrismo como forma de informar sobre el estado de situación que tiene Aerolíneas.

Esta documentación se complementará con un informe sobre los aportes recibidos del Estado Nacional hasta el 30 de noviembre de este año y algunas medidas tomadas en el último balance en relación con la imputación del saldo por revaluación contable, el aumento y reducción de capital dispuestos así como los resultados del período finalizado el 30 de septiembre.

El objetivo es ofrecerle al gobierno entrante una especie de cierre de los números lo más formal posible para evitar lo que hizo La Cámpora en el 2015, cuando ni siquiera se presentaron los balances del 2014 y el 2015 que se debieron reconstruir casi de cero, buscando información sobre las acreencias y las deudas que no tenían respaldo de papeles ni documentación. (IProfesional)