Putín defendería negocios rusos de armamento con espías

El estudio de las intervenciones soviéticas en los territorios bajo su influencia acarrea dos mensajes básicos: La inseguridad y la necesidad de protección a todo nivel.

Y el presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin tiene claro que para su gobierno esos mensajes tienen un carácter vital, ya que se vienen repitiendo desde la II Guerra Mundial de manera permanente y consistente.

Fuera del criterio expuesto, Putin mantiene, de manera paralela, otra lista de prioridades, las que responden a su carácter de poder regional y perfilan su superpotencia, actualmente disminuida si la comparamos con el pasado, por lo que el gobierno soviético se vio en la necesidad de sostener su poderío mediante la utilización sistémica del miedo como arma, a lo que se agrega la utilización del espionaje fuera de sus fronteras.

Una historia de espías

Al parecer, por órdenes de los servicios rusos, Sergei Fedotov –identidad falsa-, presunto jefe de la Unidad 29155 y otros dos agentes de inteligencia se alojaron en el hotel Hill de Sofía, situado en inmediaciones de la oficina de Emilian Grevev, quien comercializaba armas y municiones a Ucrania.

En horas de la noche, uno de ellos forzó el ingresó a un estacionamiento, cubrió con veneno las manijas del auto del empresario y sigilosamente volvió a salir del lugar sin ser advertido.

Tras utilizar el vehículo, Grevev comenzó a sufrir molestias en su ojo derecho, el que se irritó de manera intensa, fundamentalmente su pupila, pero a pesar de ello fue a cenar.

Grevev se reunía habitualmente con sus socios en la terraza del restaurante de lujo Marinela, de Sofía, donde aves y pavos reales se pasean entre los comensales, cuando de pronto comenzó a sufrir alucinaciones en las que se le representaban criaturas aterradoras que lo amenazaban y a vomitar.

El traficante de armas, creyó que se moría, antes de ser socorrido en el lugar, y a pesar de ello terminó internado un mes, resultando también envenenado su hijo, así como un ejecutivo de su empresa, quienes participaron de la comida.

El hijo del traficante debió ser derivado a una terapia intensiva y el gerente del restaurante, Valentín Tahchien también debió ser hospitalizado.

Ya recuperado el vendedor de armas, -a pesar de haber tomado las previsiones del caso-, los espías volvieron a envenenar, tanto a él como a su hijo en su casa de veraneo, a orillas del mar Negro.

Una vez más Grevev sobrevivió y otro tanto hizo su hijo aunque, vale decirlo, la empresa del traficante quedó seriamente deteriorada.

Los intentos de asesinato hicieron que se intensifiquen las investigaciones de la inteligencia búlgara para desbaratar, lo que se entendía como una campaña del Estado ruso para eliminar los enemigos de Vladimir Putin en el extranjero.

The New York Times, logró establecer que la máxima autoridad soviética intentaba librar mediante acciones como la relatada, una guerra asimétrica con Estados Unidos y China, utilizando agentes rusos que se desempeñaron como mercenarios en Siria, Libia y Ucrania, ayudados por hackers que tenían la misión de sembrar la discordia en el seno político de esos países y potenciar la desinformación.

La Unidad 29155

En columnas ya publicadas dimos cuenta de las andanzas de la Unidad 29155, dedicada de lleno a cometer asesinatos y a generar campañas de disrupción política en Europa.

Es a esa Unidad que se le imputó la responsabilidad de la muerte en Gran Bretaña, de Sergei Skripal, un ex espía ruso en el marco de una operación fallida que pretendía provocar un golpe militar en Montenegro, en 2016 y de una campaña para desestabilizar a Moldavia.

Vale apuntar que los organismos de inteligencia de occidente lograron conocer el nombre del comandante de la Unidad y lo identificaron como teniente general Andrei Averyanov e incluso establecieron la ubicación de su cuartel general en Moscú, sobre el que informamos en estas columnas.

Posteriores indagaciones permitieron precisar que los intentos de asesinato de Gebrev fueron una especie de Piedra Rosetta que ayudó a los espías europeos a dar con la Unidad.

La publicación norteamericana a la que hemos hecho referencia logró precisar que la Unidad habría actuado también en España y Francia y, en diciembre de 2019, Alemania, país que expulsó a dos diplomáticos rusos como castigo por el crimen, en Berlín, de un comandante de la resistencia chechena.

Blanco móvil

Así Grevev se habría transformado en un blanco móvil por sus negocios, los que irritaron al Kremlin y por sus ventas de armas a Ucrania, un negocio que antes era patrimonio ruso, así como porque, al parecer, un oligarca soviético pretendía comprar una fábrica de armas y el atacado, con sus operaciones comerciales, frenaba el intento.

Las investigaciones del espionaje búlgaro habrían determinado que el jefe de los espías, antes del primero de los envenenamientos reservó en el hotel Hill una habitación que se hallaba ubicada como vista el estacionamiento subterráneo.

Posteriormente, los fiscales búlgaros lograron imágenes que mostraban a un individuo muy bien vestido que se acercó al Nissan gris de Grevev y del gerente y untó las manijas de los autos con un presento veneno.

Los espías escaparon a Bulgaria, según registros, el 28 de 11 de 2019 mientras la víctima yacía en un nosocomio, según dio a conocer una agencia de noticias internacional.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com