Las filtraciones irrefrenables de los secretos

Está claro que Edward Snowden, soldado, Analista de inteligencia y agente de inteligencia en Viena, es uno de los hombres más buscados a nivel mundial y autor del libro sobre sus memorias en las que cuenta como, en 2013, sacudió al mundo filtrando, entre otros, un programa de espionaje para desestabilizar a los gobiernos que forman parte de la Unasur.

Snowden, vale recordar, accedía a servidores de empresas tecnológicas y leía correos electrónicos privados, a la vez que escuchaba llamadas, introduciéndose en vidas privadas a nivel mundial.

De esa manera, con datos concretos, expuso como Estados Unidos propició golpes, dictaduras, políticas predatorias y la conformación de elites financieras asistidas por mafias encargadas de absorber recursos materiales y humanos a través de las embajadas que “trabajaron sobre los formadores de opinión que son parte del sistema de medios”.

El expresidente Evo Morales en ningún momento presupuso de lo que la agencia USAID era capaz y cuando llegó a darse cuenta la expulsó del suelo boliviano por “injerencia política y conspiración”.

Pocas horas después el ministro Juan Ramón Quintan amplió los pormenores de la decisión: “No se trata de una agencia inocente de cooperación filantrópica de Estados Unidos a Bolivia y el orbe. Sirvió para legitimar las dictaduras entre 1964 y 1982 para promover el neoliberalismo entre 1985 y 2005, además es un factor externo que alimenta la inestabilidad en el país desde 2006”.

Las sospechas

Las sospechas del gobierno boliviano nacieron cuando se materializó , en 2007, un convenio entre el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández y la USAID para llevar adelante “programas sociales” en Bolpedra, Cobija y El Porvenir, con el apoyo logístico del Comando Sur, que utilizó como cobertura la “Iniciativa de Conservación de la Cuenca Amazónica”.

A ello hay que adosarle otro episodio que motivó la expulsión: La activa participación de la agencia estadounidenses vía Wildlife Conservation Society (Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre), en la disputa violenta entre los pobladores de Caranavi y Palos Blancos, por el espacio para la instalación de una planta procesadora de frutas, en enero de 2010, a pocos días de que Evo Morales asumiera su primer mandato dentro del Estado.

La utlización de las fundaciones y ONGs para tercerizar operaciones es una práctica habitual de la USAID.

Hay insistentes versiones sobre que fundaciones extranjeras operan en Argentina y como mecanismo de atracción invitan a premios Nobel y ex presidentes extranjeros críticos de procesos que implican mecanismos que tienen a la emancipación regional que promueven la alineación con políticas promovidas por el Consenso de Washington y que serían financiadas por el Congreso de EE.UU.

Lo que estamos señalando, a vuelo de pájaro, fue revelado, más detalladamente por Wikileaks, que difundió millones de telegramas del Departamento de Estado.

A modo de ejemplo podemos mencionar el que reveló que el ex embajador estadounidense en Venezuela, William Brownfield, hacía mención a como su país alimentó la oposición al gobierno de Venezuela aportando ideas y dólares.

El telegrama, enviado desde la embajada norteamericana de Estados Unidos en Caracas, en noviembre de 2006, detallaba cómo docenas de organizaciones no gubernamentales recibían financiamiento por intermedio de la Oficina de Iniciativas de Transición y de la USAID que habrían actuado como intermediarios, según la revelación de Wikileaks, que dio cuenta de un operativo que incluyó “más de 300 organizaciones de la sociedad civil”, que tenían –presuntamente- programas con objetivos comunitarios y que el embajador blanqueó con los objetivos reales: “La infliltración, la división del chavismo y la protección de los intereses norteamericanos”. A confesión de partes…

A partir de las revelaciones de Snowden, se puso en blanco sobre negro una red de espionaje del gobierno de Barak Obama que se había expandido, vía satélite, por toda América Latina, con intervenciones telefónicas, correos electrónicos y conversaciones on line.

El monitoreo, según trascendió vía Snowden, se realizó a través de programa Prisma y que, me dicen, está a cargo del NSA. Al parecer, los temas más controlados fueron el petróleo y acciones militares en Latinoamérica, energía y drogas en México y un mapeo de los movimientos guerrilleros en Colombia.

Finalmente vale apuntar que en 2013 se reunieron representantes del Mercosur para pedir explicaciones al gobierno de Obama.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com