Deuda externa: Bonistas enviaron tres contraofertas al Gobierno

Los tres grandes grupos acreedores presentaron la contrapropuesta de canje al gobierno argentino, con un detalle de 3 ofertas debido a que los detalles versan sobre tres grupos de bonos que deben ser reestructurados, según confirmó una alta fuente oficial.

“Ya se recibieron tres propuestas”, dijo Ámbito una alta de fuente del Gobierno. Luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, concluyera una conferencia internacional seguramente revisó su mail y se encontró con la novedad de las ofertas de los principales acreedores.

Los principales fondos de inversión que detentan la deuda externa argentina estuvieron trabajando durante los últimos días con el propósito de terminar una contrapropuesta para la refinanciación de los pasivos del país. Hasta el momento, no trascendieron los detalles.

El ministerio de Economía emitió un comunicado horas más tarde confirmaron que recibió tres propuestas y advirtiendo que «están analizando las características de estas propuestas y sus implicancias para el objetivo de restaurar la sostenibilidad de la deuda pública».

La mayor dificultad para armonizar las posturas se presentaba entre los tenedores de los bonos canjeados durante el año 2005, ya que cuentan con cláusulas de emisión más favorables que los títulos emitidos posteriormente. Estos acreedores demandan un mayor rendimiento, planteo que de alguna forma tendrá que ser tenido en cuenta ya que tienen capacidad de bloqueo en cuanto a las mayorías necesarias para lograr un acuerdo.

En consecuencia, es de prever que los bonistas presenten una contrapropuesta que requiera distintos precios para los bonos, es decir habrá algunos que tendrán un valor equivalente a 60 dólares y otros a 50, señaló a Ámbito una fuente en Wall Street. Como se viene adelantando, la expectativa es que lleguen a acordar un requerimiento algo superior a 50 dólares.

Otra cuestión que complica la negociación entre el gobierno y los bonistas es la tasa de interés. “El ministro se concentra en la tasa de interés a pagar como un factor importante y no tanto en el crecimiento y el déficit”.

En el mercado piensan que el presidente Alberto Fernández confía en la palabra de Guzmán, sin embargo, estiman que el primer mandatario tiene una visión más integral del problema que su ministro. “Hay puntos de encuentro razonables entre ambos intereses (gobierno y acreedores), consignan.

Más allá de estas discrepancias internas, fuentes cercanas a los bonistas anticipan que terminarían poniéndose de acuerdo.

“Realmente ahora se está negociando”, argumentan desde el sector de los acreedores. También se especula con que seguramente las contraofertas de los bonistas sería discutida por el gobierno argentino. De esta forma, se interpreta que «es muy difícil que las negociaciones estén cerradas el próximo viernes 22 de mayo, fecha límite impuesta por la Argentina“

El punto es cómo se llega al 22, explican en Wall Street, “si se llega negociando cerca de una acuerdo o pateando el tablero”.

El default eventual del día 22 “no es muy relevante si las partes continúan negociando y lo hacen saber”, señalan.

Por eso, se interpreta que si “no se pateó el tablero” y las partes manifiestan la voluntad de seguir negociando, la postergación no tendría mayores consecuencias para la Argentina.

El problema podría ser si alguien decidiera la “aceleración”, es decir demandar el pago anticipado de los bonos ante un incumplimiento, pero no se cree que nadie apunte a hacer esta jugada en tanto sigan las conversaciones.

Después de todo, un elemento clave a favor de la Argentina es que los tenedores no son fondos buitres, es decir que no apuntan al negocio de litigar sino de obtener el mejor resultado. Dado que los títulos se negociaban a un valor de 30 dólares, un arreglo cercano a los 50 dólares sería un buen negocio.

Como se dijo, es de esperar que el gobierno argentino discuta la contrapropuesta, pero en medios de la Casa Rosada se reitera que la intención del presidente Alberto Fernández es logar un acuerdo, siempre – aclaran – que no comprometa la recuperación del país.

Al respecto, debe tenerse en cuenta que estudios privados calculan que el eventual default del país podría agregar unos 2 puntos al derrumbe del orden de 7% que ya se calcula para el producto bruto argentino en el año como consecuencia de la crisis desatada por el coronavirus.