Gualeguaychú: Busti asegura que si el Gobierno reprime, al otro día habrá 60 mil personas en el puente

Busti manifestó: “El tema es más simple, el corte se diluye si la gente de Gualeguaychú ve que hay un monitoreo real y concreto de la planta de Botnia, es decir, que no se mire con un larga vista a la planta desde el medio del río, sino que un grupo de académicos y de científicos de los dos países vean cómo es el proceso de blanqueo y no solamente hacer un análisis de la obra, sino ver el tema del gasífero, de lo que sale por la chimenea”.

“Si quieren hacer una medida represiva, al otro día se van a encontrar con sesenta mil personas en el puente”, agregó el diputado respecto de las manifestaciones de Randazzo.

Busti aseguró que la eventual represión en contra de los manifestantes, sería un error: “Conociendo la idiosincrasia de Gualeguaychú, en el corte puede haber diez o quince personas, pero cuando sucede algún hecho de ataque hacia el corte, se juntan cincuenta mil o sesenta mil”.

Busti agregó luego de analizar atentamente el fallo de La Haya que: “La sentencia le pide a los dos países cooperación y buena fe”, en tanto que volvió a remarcar: “Yo creo que hay que hacer un monitoreo del agua y de lo que sale por la chimenea”.

De acuerdo a su perspectiva, si el control es llevado correctamente, a los asambleístas se les terminarían los pretextos y en consecuencia el corte perdería sentido.

Por otro lado se refirió a los vecinos autoconvocados en contra del corte, operación que se la adjudicó al kirchnerismo: “En cuanto a los vecinos de Gualeguaychú autoconvocados en contra del corte, me parece que son todas operaciones del kirchnerismo”.

Luego de la reunión entre Cristina y Mujica, Busti recordó que el tema podría haberse solucionado hace mucho tiempo: “Duhalde dijo una gran verdad: al comienzo, cuando todavía no se había construido nada, tendría que haber habido una jugada de la diplomacia presidencial, pero era muy difícil porque Kirchner estaba muy agrandado, tenía más del 80% de imagen positiva y no le atendía el teléfono a nadie. Ese era el momento donde se podría haber planteado seriamente el tema de la relocalización. Se construía 20 o 30 kilómetros más abajo y se terminaba el problema”.