El dólar podría subir 85 por ciento durante el 2021

Cuáles son las causas por la que el billete verde aumentará sobremanera su pecio durante el presente año.

De cumplirse estos niveles máximos esperados de devaluación de la moneda, en el que podría llegar a fin de año hasta los $155,59 en el segmento mayorista, se incrementa la preocupación sobre cómo puede repercutir esto en la inflación y en la economía.

Cabe recordar que hoy el dólar que se opera entre bancos se ubica en torno a los $87, y gran parte de los economistas consultados por iProfesional estima que el Gobierno pueda tomar a esta variable de ajuste como ancla, para contener a los precios hasta fines de octubre, y que luego «acomodará» su valor de golpe.

Es decir, que hasta las elecciones de medio término el billete estadounidense ascienda a la par que la inflación, pero que después de los sufragios pegue un salto considerable.

Para tener en cuenta, se debe considerar que, de acuerdo al relevamiento citado, el consenso de los analistas de bancos de inversión y consultoras es que a fin de diciembre que viene el tipo de cambio será de $128,05.

Esto representaría una suba base para todo el 2021 de 52%, un nivel similar al del 48,9% de inflación previsto para el mismo período.

En tanto, las proyecciones más pesimistas registradas en el FocusEconomics, que pertenecen a la firma local Empiria Consultores, indican que el dólar mayorista tocará los $155,59 en diciembre, es decir, un incremento de 84,90% solamente durante todo este año.

Después, Barclays Capital estima que llegará a los $146, seguido por un grupo variado que sostiene que ascenderá hasta diciembre en una cifra que ronda los $140.

Pronósticos más altos
Respecto a estas estimaciones de que el dólar mayorista podría llegar hasta los $155,59, iProfesional dialogó con la consultora nacional que proyecta esta cotización más elevada y preocupante.

«La justificación de ese pronóstico se sustenta en que las reservas netas son muy bajas, la tasa de interés también es muy baja y la brecha cambiaria es bastante alta. Todo eso genera incentivos para adelantar pagos externos y a postergar cobros», introduce el economista Francisco Gismondi, director de Empiria Consultores y ex director del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Y agrega: «Como el Gobierno no puede dejar que esta situación ocurra, las restricciones cambiarias tienen que aumentar y, por ende, la brecha tenderá a crecer».

Por eso, Gismondi detalla a iProfesional cómo considera que se realizaría desde el BCRA la devaluación: «Como estamos en un año electoral, si no devalúan pronto, hasta después de octubre no van a poder hacerlo, pero aumentarían las presiones sobre el dólar».

Por lo tanto, considera que después de las elecciones el Gobierno va a necesitar descomprimir la situación con una suba del precio del tipo de cambio.

En conclusión, de la devaluación total que espera esta consultora del 80% para 2021, Gismondi proyecta que la mitad de ese porcentaje se canalice por medio de las «mini devaluaciones» diarias que vienen haciendo hasta ahora las autoridades, que llegan al casi 4% mensual.

La otra parte se generaría a través de «un salto entre noviembre y diciembre, donde ahí sí sería con la forma de una devaluación» propiamente dicha.

Entonces, el gran interrogante a despejar será cómo va a manejar el Banco Central el precio del dólar, en un entorno donde escasean las reservas e ingreso de divisas.

Mientras tanto, la inflación alta también le pone presión a la cotización del tipo de cambio. Al igual de lo que sucede con la brecha que existe con las referencias paralelas (blue y contado con liquidación), que ya es del 80%.

«Es posible que en el afán por no mostrar una devaluación del tipo de cambio oficial antes de las elecciones, el Gobierno deje que el dólar oficial se ate un poco con las tasas de interés, corriendo bien por detrás de la inflación. La probabilidad de que haya una devaluación relevante antes de las elecciones bajó bastante en los últimos dos meses», opina Gismondi a iProfesional.

Entonces, dado que no sobran reservas, la única forma de mantenerse bajo este camino de delicado equilibrio hasta fin de octubre, sin una devaluación discreta, sería, a entender de este economista, con más restricciones cambiarias, sobre todo a las importaciones.

«Esto aumentaría la brecha, y las presiones que se generarían con esta situación, incrementaría considerablemente la necesidad de una devaluación para fin de año», sentencia Gismondi.

En síntesis, el economista de Empiria afirma a este medio que habrá un «movimiento de tijeras», es decir, sostiene que la brecha cambiaria aumentará y llegará a 100% desde ahora hasta octubre. Y después bajará «fuerte» con la devaluación que se realice, a un rango del 50% a 60%.

Una de ellas es Eco Go, con un estimado en FocusEconomics de $140,62. «Las previsiones actuales descendieron desde las publicadas a $132 de precio de dólar para fin de año, debido a que, en un año electoral, no veo al Gobierno haciendo un salto discreto del tipo de cambio oficial, ni subiendo tarifas fuertemente, como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario», afirma a iProfesional el economista Federico Furiase, director de Eco Go.

Y considera que el acuerdo con el Fondo Monetario puede quedar en «stand by» para evitar realizar ajustes en medio de un año electoral. Para aplazar esto, Furiase sostiene que el Gobierno «aprovecharía» el ajustado cepo cambiario, el precio de la soja arriba de u$s500 la tonelada, un Banco Central con u$s15.000 millones nominales en bonos soberanos en dólares líquidos (pero que rinden 16%) para vender contra pesos, y cierto capital político.

«En este marco, los desequilibrios macroeconómicos pueden perdurar más tiempo sin importar lo que predice el Excel de los economistas. No veo un shock nominal antes de las elecciones, pero sí se puede complicar la situación por el lado de la brecha», concluye Furiase a iProfesional.

En este caso, este economista opina que la autoridad monetaria tendrá que vender más bonos en dólares contra pesos y cerrar más importaciones, por lo que el traslado de la brecha a la inflación «puede potenciarse».