Las coaliciones deben debatir el rumbo de Argentina

La ausencia de un programa cuyo fin sea terminar con los problemas estructurales es el mayor problema del país. Sin embargo, los dos frentes mayoritarios continúan envueltos en divisiones internas y debates sobre candidaturas.

El problema mayúsculo de Argentina pasa por la ausencia de un programa cuyo objetivo sea terminar con los grandes problemas estructurales que vienen hundiendo los cimientos en forma irremediable, dado que horadan las bases de la producción y el trabajo que el país supo tener. La clave está en que estos programas deben confeccionarse sin afectar a quienes no pueden descender más de lo que ya lo han hecho, los que tocaron fondo. Y se sabe que son muchos argentinos. En algunos casos generaciones que desde el abuelo al nieto están desocupados y dependen de un plan. Generaciones que heredan de sus abuelos más pobreza. Y aunque no siempre se visibilice, generaciones de argentinos que aprenden el trabajo de vender y/o consumir droga, dado que en las mesas de sus hogares se fabrica droga. Aunque no se quiera reconocer o se le baje el volumen a la hora de adjetivar la importancia, Argentina ha reemplazado las chimeneas de humo de sus fábricas por cocinas de drogas.

Estos padeceres no figuran en la mesa de ofertas de la política, ni en la oficialista ni en la opositora. Tal vez por ignorancia, tal vez por complicidad, tal vez porque el nivel de los problemas argentinos crece exponencialmente tanto en tamaño como en gravedad y los dirigentes políticos (con las excepciones del caso), inversamente. Es decir, con liviandad, desconocimiento y algunos casos en complicidad.

Argentina está grave. La sociedad tiene en su saliva gusto a hartazgo. Los cultores de la grieta se afanan en afianzarla.

La coalición de Gobierno ha demostrado hasta aquí una gran porción de impericia e incapacidad para gestionar en tiempos de crisis. Tal vez por el resquebrajamiento de su composición, que provoca el debilitamiento del liderazgo de la vicepresidenta Cristina de Kirchner y del propio Presidente Alberto Fernández, quien ya a esta altura no debe decir que es el Presidente, sino ejercerlo. La coalición de Gobierno aún no ha discutido ni acordado el para dónde. Sólo hay tensiones e intentos de desvanecerlas. A sus integrantes les cuesta entender la vertiginosidad de los cambios que se producen en el mundo y hasta cómo funciona.

En la vereda de enfrente, la coalición que concentra a la oposición no logra trascender sus luchas internas. El Dr. López Murphy, quien tiene una mirada más realista de lo que pasa en el país, que entiende los temas que debieran ser centro del debate y a quien le irrita priorizar candidaturas sobre un programa, no cuenta aún con el peso específico para romper la tendencia de quienes sólo les interesa llegar al poder sin construir una opción electoral en base a proyectos alternativos.

Infobae conversó con el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme, quien admitió que hubo una semana compleja, pero no tanto. Y puso el acento de la complejidad en la falta de claridad. Describió a la situación como una escena con una gran nube que tapa los movimientos de los actores, impidiéndole a la sociedad saber lo que estos pretenden y/o hacen. Es optimista en cuanto a la concreción del acuerdo con el FMI y su aprobación en el Congreso. Cree que el presidente del bloque oficialista, Germán Martínez, tiene una enorme capacidad para ordenar internamente y consensuar con la oposición. Neme adelantó que el acuerdo tendrá el apoyo de los gobernadores, incluso de los opositores: “Ellos saben que la deuda la generó su Gobierno y no van a esquivar esa responsabilidad”. Analizó los desafíos de ambas coaliciones. En el caso de Juntos por el Cambio, cree que hay debates que aún no se han salvado, como cuál es la cohabitación del radicalismo con el macrismo. Neme lo sintetiza cuestionando: “¿Cómo conviven los herederos de Irigoyen, Frondizi, Illia, Balbín y Alfonsín con la Gestapo de Mauricio Macri?”.

En cuanto al Frente de Todos, reconoce que el mismo no dispone de un programa de contenidos básicos y señala a modo de ejemplo aquel del FREJULI. Cree que el verdadero desafío ya no es debatir internamente sobre el FMI, sino sobre “qué porcentaje del PBI se destina a tarifas, qué porcentaje del PBI a inversión, cuánto a inversión productiva, si seguiremos atacando a los empresarios o pensamos que ellos son nuestros aliados a la hora de generar empleo genuino, que si destinamos 2,5 del PBI a subsidiar tarifas no lo hacemos a la producción exportable que tiene alto impacto en nuestras divisas”.

El presidente Alberto Fernández, a su regreso, deberá decidir si sus dos últimos años de Gobierno contendrán o no la definición de un rumbo.

Neme resaltó las capacidades de German Martínez, quien en la semana trascurrida conversó mano a mano con 95 de los 118 diputados de su bloque. Trabajó sobre cuatro ejes: a) no hay margen para romper; b) el adversario es Juntos por el Cambio y no una fracción interna; c) lograr un trabajo hombro a hombro dentro el bloque; y d) generar colchones intermedios con mayor participación federal.

Consultado sobre cómo podría definir su primera semana como presidente del bloque, expresó: “Siento de parte de los compañeros con los que voy conversando un fuerte acompañamiento a las políticas de nuestro presidente Alberto Fernández”. “No doy por perdido ningún voto”, remató ante la pregunta sobre cómo cree que votará Máximo Kirchner en el acuerdo con el FMI. El santafesino tiene la edad del ex jefe de bloque y su compañero Agustín Rossi cuando asumió la misma responsabilidad, pero al decir del propio Rossi “la diferencia es que tiene diecisiete años de experiencia en la Cámara que cuando yo llegué a esa función”.

Martínez conoce al gobernador Omar Perotti desde 1997, es decir, antes de comenzar a trabajar en territorio con Agustín Rossi. Antes de conocerse su designación y en presencia del propio presidente Fernández y de Sergio Massa, llamó al gobernador santafesino, quien le manifestó estar muy contento con su designación.

La designación también fue recibida con beneplácito por los bloques opositores. En el chat de Juntos por el Cambio manifestaron que era una persona educada, sin chicanas.

Martínez reconoció que esta semana, junto al presidente de la Cámara y los presidentes de bloques, se reunirán para diseñar la agenda de los proyectos para tratar en Extraordinarias. Se entusiasma con ellos al sostener que “apuntan a consolidar la recuperación productiva que tanto necesitamos los argentinos”. La agenda marca autopartes, el proyecto del Consejo Agroindustrial Argentino, cannabis medicinal, entre otros.

Finalmente, destaca que es optimista con la aprobación, cuando llegue al recinto, del proyecto del FMI. Cree que, por los tiempos, el mismo será tratado en marzo ya en época de sesiones ordinarias.

La situación de SANCOR

Si bien la empresa SANCOR atañe principalmente a las provincias de Santa Fe y Córdoba, su presencia a nivel nacional e internacional hace que la misma concite interés. Desde hace años, como también hemos reflejado desde esta columna, viene con problemas económicos y financieros. Hace aproximadamente un año un grupo de empresarios junto con el gremio de Atilra, comenzaron a diseñar un plan para salvar los problemas acuciantes de la cooperativa. Se conformó un fideicomiso con los productores denominado Sancor Lácteos y el gremio que representa a los trabajadores. El mismo fue aprobado por los productores. Infobae conversó con José Urtubey, quien es uno de los empresarios que conforma este grupo. “En dos o tres meses estará listo el fideicomiso y saldremos al mercado, primero al interno, para buscar financiamiento e inversiones. Al mismo tiempo estamos en la captación de productores que habían desertado de la entrega diaria a la cooperativa. Si bien la deuda es muy voluminosa, somos optimistas en cuanto a que en seis meses aproximadamente podremos mostrar los primeros resultados de este desafío. Quiero señalar que la participación de Atilra para concretar la recuperación de una empresa ícono en lo nacional y de prestigio internacional, es determinante”, manifestó.

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María Herminia Grande

Periodista. Analista política