El final de Kadhafi

Los rebeldes libios se adentraron el domingo en Trípoli en medio de celebraciones tras lanzar una ofensiva para hacer caer el bastión de Muamar Kadhafi, que prometió resistir a todo precio.

Mientras, el presidente estadounidense Barack Obama luego de haber señalado en la tarde que el régimen de “puño de hierro” de Kadhafi alcanzó su “punto de quiebre”, la Casa Blanca en las últimas horas de la noche emitió un comunicado donde Estados Unidos reconoce al Consejo Nacional de Transición como única autoridad en Libia.

Durante la noche del domingo, los rebeldes llegaron a la Plaza Verde de Trípoli, una plaza simbólica en donde los partidarios del régimen acostumbraban reunirse cuando comenzaron las protestas a mediados de febrero para expresar su fidelidad
al líder.

El canal de televisión británico, Sky News, difundió imágenes de una multitud jubilosa agitando la bandera de antes del golpe de 1969, con los colores rojo, negro y verde, que los rebeldes adoptaron como suya, y bailando al grito de “Alá Akbar” (Dios es grande).

La ofensiva rebelde dejó 1,667 muertos en 24 horas, según el régimen, cifra que no pudo ser confirmada.
Mahmud Jibril, uno de los principales responsables del Consejo Nacional de Transición (CNT, instancia política de los rebeldes), pidió a sus combatientes que se abstuvieran de toda venganza en Trípoli, y les dijo que aún hay “focos de resistencia” de las tropas de Muamar Kadhafi en la capital.

Los rebeldes anunciaron la captura de tres hijos de Kadhafi, Seif El Islam, Saadi y Mohammed, según la cadena de televisión catarí Al Jazeera, aunque solamente se confirmó la captura de Seif El Islam.
Se rindió guardia personal

En tanto, la cadena de televisión Al Jazeera aseguró que la brigada que se encarga de la protección personal de Muamar Kadhafi depuso las armas.

Mientras, el coronel Muamar Kadhafi llamó el domingo por la noche a sus seguidores a “limpiar” la capital de rebeldes, en un mensaje sonoro emitido por la televisión estatal, pero lo que se limpiaban eran sus fotos, que los rebeldes arrancaban y pisoteaban.

Los tripolitanos “deben salir ahora para limpiar la capital”, declaró el coronel Kadhafi en su tercer mensaje sonoro en 24 horas, afirmando que “no hay lugar para los agentes del colonialismo ni en Trípoli ni en Libia”.

La “Operación Sirena”
Los sucesos comenzaron a acelerarse el sábado por la noche en Libia, y varios países occidentales así como la OTAN, estimaron que el régimen de Kadhafi se acerca a su fin, luego de un conflicto de más de seis meses.

La llegada de los rebeldes, la cual en algunos casos fue por mar, fue celebrada en algunas zonas de la capital, según un corresponsal de la AFP.

Delante del Hotel Rixos, que aloja a los periodistas extranjeros y representantes del régimen en Trípoli, los choques bajaron de intensidad el domingo por la noche. Los periodistas, que se pusieron los chalecos antibalas y sus cascos, sacaron sábanas blancas con la inscripción “TV”, para indicar su presencia en el hotel y evitar ser tomados por objetivo.

Se dirigieron luego al subsuelo del edificio, cuando aviones de combate, seguramente de la OTAN, sobrevolaban la capital.

Los rebeldes, que al parecer no encontraron una resistencia importante, se acercaron del centro de la capital, luego de tomar el control de varios barrios, entre ellos Tajura en el suburbio oriental de Trípoli, según testigos.

Los gritos de “Alá Akbar” (Dios es grande) lanzados desde las mezquitas de la capital a modo de aliento a los rebeldes, se escuchaban hasta en el hotel, no muy lejos del centro de la ciudad.

La ‘Operación Sirena’, iniciada el sábado por la noche, “se está realizando en coordinación entre el Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano político de la rebelión) y los soldados rebeldes, alrededor y en Trípoli”, había anunciado el portavoz del CNT, Ahmed Jibril, quien añadió que “la OTAN también está implicada”.

Rebeldes aclamados
Según un periodista de la AFP, los rebeldes procedentes del oeste de Libia entraron al anochecer en Trípoli, donde fueron aclamados por una muchedumbre jubilosa al ritmo de la música. Los civiles corrían junto al convoy de los rebeldes, aunque continuaban los combates contra soldados fieles al régimen.

No fueron los únicos en entrar en la capital según otro portavoz de la rebelión, Abdulá Melitan, quien dijo a la AFP que rebeldes libios llegados por mar desde Misrata, a 200 km al este de Trípoli, se infiltraron en ella y participaban en combates.
En su avance, los rebeldes llegados desde las montañas Nefusa, en el oeste, tomaron el control de un cuartel situado en el “kilómetro 27”, incautándose de armas y de municiones, según un corresponsal de la AFP. Este cuartel era el obstáculo más importante en la ruta de Trípoli.

Los rebeldes liberaron a varias decenas de detenidos de la prisión de Maya, situada no muy lejos del cuartel.

A pesar del éxito aparente de los rebeldes, el portavoz del régimen, Musa Ibarhim, afirmó en una conferencia de prensa que “el régimen sigue siendo fuerte, y miles de voluntarios y soldados están listos para la batalla”, y agregó que 1,667 personas murieron las últimas 24 horas en Trípoli. No fue posible verificar este balance.