La llama militante que vino del sur

Estábamos desahuciados, el peronismo iba camino al desguace, la perforación neoliberal había calado tan hondo en las mentes de los argentinos que ya no había espacio para la solidaridad. Daba lo mismo la justica social que ajuste salarial. Ya nadie atendía la palabra del oportunista político que en nombre de Peron levantaba la voz en edulcorado discurso, mientras que con la mano permitía el hambre y la desocupación, o  invocando la figura de Evita concedía el saqueo de hospitales y la falta de recursos en la salud, por citar un ejemplo.

Y así, bajo el paraguas de la impunidad y la indiferencia nos fuimos acostumbrando, aferrándonos algunos de nosotros al hilo de lucidez que nos quedaba para no perder de vista el horizonte, mas aún evitando ser convencidos por la fotografía pornográfica y  cotidiana: gente revolviendo en la basura, filas de desocupados, urgencia en conseguir un pasaporte para huir a otro país donde forjar un destino menos agresivo, etc , etc. Entonces, como buscando consuelo, y tironeando de la memoria un día nos vimos hurgando en el recuerdo de aquél estado benefactor que una vez tuvimos, con fabricas llenas de obreros produciendo sin parar, de niños cantando y viviendo una infancia de pancitas llenas; considerados por la madrecita de los desamparados como «los únicos privilegiados», remembranzas de un país mejor, donde todo era felicidad. Perón y Evita estaban con el pueblo.

Pero la mala jugada que hace la historia cuando se asocia con la destrucción hizo que tuvieran lugar las bombas del 16 de junio de 1955, dictaduras, proscripciones, la irresponsabilidad y la inoperancia así caímos en el festín neoliberal, encontrándono un día sin obreros camino al trabajo, sin comida en la mesa, sin niños cantando, sin el sueño de una Patria mejor porque un puñado de “vivos” carroñeros insaciables estaban hachando la dignidad.

Pero el frio del sur, que nunca se da por vencido, nos mandó al mejor de todo nosotros, para que con la suma de los valores aprendidos nos devuelva la grandeza de la Nacion.

Nestor Kirchner, atípico, complice, hijo de Puebl,  nada protocolar, con seguridad de estadista venía con una misión : levantar las banderas que nos legara Perón.

El aire fresco se percibía, porque de inmediato se puso en marcha la reconstrucción de la cultura política, diluida tras las lucecitas de colores de los 90′ cual espejitos colonizantes.

El hombre que venía del sur, empecinado en devolver al pueblo los valores peronistas, impuso el Estado al servicio del pueblo y no lo contrario, al tiempo que  subordinó la economía al servicio de la política dando de ese modo un giro real a la ambición desmedida de unos pocos que son siempre los beneficiados a costa del hambre de la gente.

Nos reconcilió con la historia tirando por la borda las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los aberrantes indultos. era tiempo de ponerle nombre a las cosas: asesino al que en nombre del estado desapareció, robo y mató; y víctima= a las 30.000 razones que esperaban un haz de justicia que la historia les había negado. Claro que todo esto fue acompañado por un acto de coraje y relevancia: la renovación de  los miembros de la Corte Suprema.

Poco a poco se fue poniendo en movimiento el sujeto político y social que estaba adormecido. Esa dinámica cambió el escenario  y los piquetes de las rutas: el grito de los desocupados que llenaban las plazas en marchas populares.

NK impulsó también la reconstrucción de vínculos de hermandad con países vecinos  y nos enorgulleció siendo Secretario de la reciente UNASUR. Disparó contra la usura y cumplió con los acreedores internacionales por una deuda contraída por  algunos “distraídos”.

Pasaron muchas cosas… grandes  cambios necesariamente esperados. Se establecía una fuerza distinta, donde casi  inconscientemente volvíamos a ser argentinos, estábamos recuperando el peronismo, nacía el tiempo K.

Después vino Cristina, pero eso es otra historia…. , o mejor dicho continuidad de la misma (da para un capítulo aparte) .

Lo cierto es que Nestor  fue nuestro Presidente que Octubre lo hizo eterno,

El que  nos recordó  el peronismo y la política como herramienta de cambio,

El  que  siempre estuvo cerca de la gente para devolverle la dignidad;  .

El que prefirió ser el compañero militante al burocrata

Por eso y mucho más, la historia le guardará un capítulo especial, su fuego vivirá por siempre en nuestros corazones, pero a casi un año de la partida no estábamos preparados para perderlo.

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Claudia Cristales

Concejala de la localidad de Cavanagh (Córdoba)

Un comentario sobre “La llama militante que vino del sur

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    el 27 octubre, 2011 a las 14:33
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    Muy buena Caludia!!!!! abrazo desde brasil

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