Una versión sobre sobornos en la sesión del impuestazo

Se trató de mensajes de texto que cruzó en el recinto José Ottavis, jefe de la Cámpora, con diputados de su espacio. Allí se hablaba de “150 mil por cabeza” ofrecidos “a los diputados” de la oposición.

Otra vez, las versiones sobre la compra de votos sobrevuelan la sanción de una ley clave. Esta vez, ocurrió en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires donde Daniel Scioli logró ayer que se aprobara el proyecto de reforma impositiva, luego de semanas de tironeos con la oposición que se negaba a darle quórum. Al mediodía, el gobernador firmó el decreto preparado por la Casa Rosada para imponer el revalúo de las tierras rurales. Con esa condición, comenzó la sesión en La Plata.

En el hemiciclo, un fotógrafo de Clarín pudo captar la imagen del celular de José Ottavis, vicepresidente de la Cámara y uno de los líderes de La Cámpora. El diputado chateaba con su compañeros de bancada Miguel Funes y Rocío Giaccone, también camporistas.

Según lo que se alcanza a leer, en ese intercambio de mensajes, Giacconne lo alerta: “ 150 mil x cabeza ofrecen a los diputados de la opo según palabras de Valeria Arata. Se está corriendo eso …”.

Ottavis le responde: “Bueno chicos. No contemos más cosas y cuidado …”.

Ottavis y Giaccone trabajaron juntos en el comando del Fondo de Capital Social (FONCAP) hasta diciembre pasado, cuando asumieron como diputados provinciales. Giaconne, al igual que la radical Arata, es oriunda de Junín.

La semana pasada, en un intento por defender su accionar en el Senado provincial, el vicegobernador Gabriel Mariotto había dicho que, hasta su llegada, las leyes se acordaban “en oscuras oficinas, con valijas que iban y venían”.

Aquella frase se incrustó como un dardo en la piel de los peronistas bonaerenses que trasiegan hace años los pasillos del parlamento provincial. “Yo no vi revolear valijas en el Senado”, lo cruzó Cristina Fioramonti de Kunkel, la jefa del bloque del FPV en el Senado. “Si tiene pruebas, por qué no fue y las dijo. ¿Por qué nos empiojó la situación?”, bramó el jefe de la bancada oficialista en Diputados y hombre de Amado Boudou, Juan de Jesús, que adjudicaba a aquella declaración parte de la culpa de que se cayera la sesión hace dos semanas: cualquier diputado opositor que diera quórum, quedaba bajo sospecha.

Pero ayer, diez diputados del PRO-Peronismo y nueve del Frente Amplio Progresista se sumaron a los del FPV y Nuevo Encuentro hasta llegar a 61 y poder dar comienzo a la sesión en la que se sancionó la ley que beneficiará a las arcas provinciales y nacionales. Arata y el resto de los radicales no dieron quórum y luego bajaron al recinto a votar en contra. Pero el fantasma de la compra de votos quedó documentado en el celular de Ottavis.