El confeso asesino de Kennedy y los lazos de la mafia

Para explicar –una vez más- el homicidio de John  F. Kennedy en Estados Unidos, se publicó recientemente  un libro de Brian Latell, quien se presenta como un analista de inteligencia de la CIA que  aporta información clasificada sobre lo ocurrido en Dallas el 22 de noviembre  de 1963, en función de la hipótesis  que sindica la supuesta complicidad de Cuba.

El New York Times, el 28 de noviembre de 1993  publicó que “un oficial de seguridad cubano afirmó, en un documental transmitido por televisión, que el asesinato de Kennedy  era parte de una conspiración de gran alcance y que al presidente le dispararon dos contrarrevolucionarios cubanos y tres gangsters”.

El mismo medio de comunicación mencionó  al documental dirigido por Marco Antonio Cury, en el que el general cubano Fabián Escalante Font afirma que las investigaciones de su gobierno  demostraron que el homicidio fue la resultante de una conspiración  nacional. “Los disparos fueron cuatro a cinco y de varias posiciones”.

Para Escalante Font Lee Harvey Oswald -1939/1963 –fue un confidente de los servicios secretos  norteamericanos y que formó parte del grupo que tuvo a su cargo el magnicidio.

En el documental titulado “Cita con la muerte” –tiene el mismo nombre de una famosa serie de espionaje televisiva- de origen alemán un agente de la Central de Inteligencia Americana, Wilfred Huismann, acusó del homicidio a Fidel Castro y agregó que el propio Escalante  tuvo a su cargo la responsabilidad de transmitir las instrucciones, según el testimonio de un sujeto cubano ex agente de que desertó en la década del 60.

Escalante agregó, además, que el libro “Los secretos de Castro”, escrito por Latell fue financiado por la mafia cubana de Miami y que trabajó como oficial de inteligencia en las bases militares de  la Florida. Apunta  que Latell jamás fue jefe de la oficina de análisis de la CIA para Latinoamérica y que el libro forma parte de una campaña para desacreditar a Cuba y a Fidel, al cumplirse el 50º aniversario de la muerte de Kennedy.

El general cubano  responsabiliza de la muerte “a la CIA por desviar la caravana presidencial para que pasara por al librería de donde dicen Oswald disparó”. El desvío no estaba programado -según Escalante- y se hizo para disminuir la velocidad del auto presidencial, lo que posibilitó los disparos fatales”.

Lo que no alcanzó suficiente notoriedad periodística, es que James Earl Files, se declaró autor de los disparos que, desde un montículo de pasto, ubicado en la plaza Dealey, de Dallas, efectuó contra Kennedy, quedando como único responsable  del crimen, teniendo en cuenta que Lee Harvey Oswald negó hasta el momento de su asesinato haber cometido el magnicidio.

Files nació  en la periferia de Oakman, en el estado de Alabama, el 24 de enero de 1942, donde hizo lo propio su hermana, en 1936. El auto-imputado criminal utilizó el nombre Sutton hasta 1963, año en que junto a su familia se mudó a Melrose Park, Illinois, donde alcanzó su juventud  entre pares italianos.

La policía local lo tenía marcado como un delincuente que se destacaba por conducir motos y autos que reparaba. A los 17 años ingresó en la 82º División Aerotransportada, siendo enviado a Laos en el marco de la Operación  Estrella Blanca[1], donde se desempeñó, presuntamente, como espía.

Resultó ser uno de los primeros agentes encubiertos de Estados Unidos en Laos, antes que el país del Norte enviara tropas de combate en 1959.

Files declaró que sus registros de servicio militar fueron borrados por la  CIA, y que esta es la razón por la que la Oficina Federal de Investigaciones –FBI y agencias privadas de investigación- no ha podido encontrar  rastros de sus registros militares.

En 1995, sin embargo, John C. Grady, el historiador oficial de la 82º División Aerotransportada y el 5050 Regimiento de Infantería de Paracaidistas, afirma haber localizado archivos del Ejército de los EE.UU. con el número de serie y número de reclamación a la Administración de Veteranos «inactivas» en un archivo de las oficinas regionales del Estado de  Virginia, a través de una computadora de Virginia en San Louis .

Después de 18 meses de búsqueda, Grady verificó por medio de  los archivos, que Files había entrado en el Ejército de los EE.UU. en 1959 y específicamente en la 82º División Aerotransportada, antes de ser enviado a Laos el 10 de julio de 1959.

A principios de 1996, Grady comprobó el registro de servicio de Files de nuevo. No se encontraron registros, y todos los archivos con el nombre de «James E.» fueron marcados con el código «no dispone de más información».

Retrospectivamente  los registros militares tienen que ser clasificados y su tiempo de servicio debió ser corregido. Sólo se conservaban todas las promociones militares obtenidas. Cuando estas discrepancias se hubieran corregido los registros modificados se pondrían a disposición del interesado . Lamentablemente esto afecta a casi todos los oficiales que participaron en el asesinato de Kennedy , al servicio de  Jack M. Oliphant.

Según el propio Files en momentos en que se estaba por conformarle   una corte marcial en Maryland por matar a dos de sus hombres para continuar como encubierto en Laos, fue rescatado por el agente de la CIA David Atlee Phillips, a través del cual habría conocido a Oswald, ya que el agente de inteligencia era el controlador de Oswald.

Phillips habría entregado a Files el fusil prototipo Remington XP- 100 «Fireball» que se utilizaría para efectuar el disparo mortal a Kennedy.

En una entrevista de 1994 Files cuenta cómo se involucró en la delincuencia organizada: » Me gustaban las carreras de coches y conducía en una pista local y Charles  Nicoletti  admiraba mi forma de conducir porque me había visto en varias ocasiones y había pedido una vez si podría conducir para él una noche. Yo lo llevé a una prueba y llevó su coche que nos acaba de recoger, un Ford nuevo y estuvo bastante satisfecho con mi conducción y desde entonces trabajé como conductor asignado a él y conduje (autos) varias veces para él en diferentes puestos de trabajo que él me ordenó.

Files fue elegido para conducir para Nicoletti a finales de 1961 o principios de 1962 y, finalmente, se convirtió en el «favorito» de Nicoletti. Asimismo, afirma haber realizado varios «trabajitos» para él antes del asesinato del presidente impresionando a Nicoletti en varias ocasiones por sus capacidades con las armas de fuego.

Afirma que la mafia tenía vehículos personalizados con  características interiores especiales, como doblar hacia abajo los asientos traseros desmontables y paneles en la puerta lateral, que se utilizaban para ocultar armas.

Según el sitio de Wim Dankbaar, varios testigos han informado haber visto a Files y Charles Nicoletti juntos: Allí se indica que “El asesino de la mafia Lenny Patrick  testificó que James Files se asoció con los mafiosos  de Chicago y Charles Nicoletti.

Un ex agente de la  CIA  y oficial de inteligencia del Ejército que estaba estacionado en la Florida en 1963 también identificó a James E. Files como implicada con la sede de la CIA en Miami, a principios del decenio de 1960.

A través de una larga entrevista, grabada en 2003, Files dio cuenta de la cadena de acontecimientos que ocurrieron en el asesinato de John F. Kennedy:

Una tarde en la primavera de 1963, Files estaba manipulando una máquina de juegos de azar, cuando se le acercó Nicoletti y dijo que iban a ir a conducir. Durante el viaje, Nicoletti reveló un plan para asesinar al Presidente Kennedy. El plan era una colaboración entre la CIA y el jefe de la mafia  de Chicago Sam Giancana, y este había delegado el trabajo en Nicoletti.

En los meses previos al asesinato, varios lugares fueron considerados, entre ellos Chicago. En última instancia, Dallas, Texas, fue  elegido como la ubicación del suceso.

En este punto, Files no era considerado como uno de los tiradores en el asesinato. Fue asignado sólo como un ayudante a Nicoletti para el estudio de la ubicación y manejo de las armas. Una semana antes del homicidio. Files viajó a Dallas y alojándose en el Lamplighter Motel de Mesquite, donde telefoneó a Nicoletti, así como a David Atlee Phillips.

Afirma que a la mañana siguiente Lee Harvey Oswald  apareció en el hotel. Durante los próximos cinco días, Files y Oswald pasaron dicho tiempo juntos.  Files afirma que Oswald y él se fueron a un campo vacío para poner a prueba las armas de fuego y calibrar el alcance que iban a ser utilizados contra el Presidente Kennedy.

Oswald fue recogiendo las vainas que Files disparaba. Asimismo, afirma que Oswald y él nunca hablaron del asesinato durante todo el tiempo que permanecieron juntos.

Dos días antes del asesinato,Nicoletti llegó a Dallas y le dijo a Files que Johnny Roselli había volado como parte de un equipo de emergencia de la CIA, pero dijo que no participaría en el asesinato de todos modos. Seguidamente pidió a Files, ya que Johnny Roselli ya no sería el otro asesino, si le gustaría ser tirador de respaldo , a lo que Files asintió. Files así se convirtió en el otro pistolero.

Cuando a Files se le ofreció ser el tirador de respaldo, se le dieron las siguientes directrices específicas de parte de Nicoletti: El no dispararía a menos que fuera absolutamente necesario. Él no heriría -ni menos asesinaría- a Jacqueline Kennedy.

Se necesitaba un disparo directo a la cabeza, y se abriría fuego graneado si éste no se obtenía. A raíz de estas directrices, Files optó por utilizar un prototipo de fusil de 1962 de cerrojo, el  «bola de fuego» que le consiguió el agente  de la CIA.

El lugar que escogió para cubrir era la infame loma cubierta de hierba. Afirma que él llevaba una chaqueta «reversible» para verse como un trabajador ferroviario, y que mantuvo su arma, así como la munición especial en una pequeña maleta.

Files afirma que él había cargado el fusil con munición especial llena con mercurio y sellada con cera, y esperó en el patio de ferrocarril por el Presidente Kennedy.

Cuando Kennedy entró en su ángulo de tiro, él afirma que lo  tenía en el campo visual de su ojo derecho cuando empezó a bajar por Elm St. Fue allí que se iniciaron  los disparos, que comenzó a contar con los golpes . Cuando se dio cuenta que el disparo en la cabeza no se había logrado entendió que debía disparar y que su disparo fue la bala mortal que tuvo  JFK.

Posteriormente, las armas fueron embaladas en la maleta, dejándola apoyada en la valla y se alejó. Afirma que él caminó a un lugar de encuentro planeado -un garaje-, donde Charles Nicoletti y Johnny Roselli lo esperaban. Files condujo a una gasolinera para cambiar de coche, y condujo de nuevo a Chicago.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com