Alternativa de Boasso para el manejo de bolsas plásticas

En nuestro Concejo Municipal existen propuestas legislativas para prohibir las bolsas de plástico, es por eso que el Concejal Jorge Boasso presentó como alternativa la creación de la ECO-TASA o TASA ECOLÓGICA. La misma grava a los comercios que entreguen este tipo de bolsitas a sus clientes.

Los comercios que no las utilicen, no estarán alcanzados por la tasa, y quienes, a pesar de utilizarlas, las combinen con bolsas de materiales biodegradables, podrán descontar el costo de estas últimas del pago de la tasa.

La iniciativa prevé que lo recaudado deberà ser utilizado exclusivamente para mejorar el sistema de recolección y tratamiento de las bolsitas de plástico; incluyendo la realización de campañas de concientización tendientes al consumo responsable, reutilización, reciclado y adecuada disposición de las mismas, mediante difusión de mensajes y distribución gratuita de bolsas reutilizables.

Todos sabemos lo práctico, fácil y económico que nos resulta cargar nuestras compras del super en decenas de bolsitas de plástico, pero no todos estamos al tanto del irreversible impacto ambiental que ocasionan estas «aparentemente inofensivas» compañeras de nuestras compras.

Es que las bolsas de polietileno tardan entre 100 y 400 años en degradarse. Se reparten gratuitamente y en grandes cantidades, es mínima la proporción que se reutiliza, y no se reciclan. Su elaboración produce contaminantes que contribuyen al calentamiento global. Todas son desechadas, ya sea como contenedor de basura o como parte del contenido. Son livianas, y debido a la intervención de animales y las prácticas de deshecho, son fácilmente transportadas por el viento y el agua, sufriendo una amplia dispersión. Así terminan poblando las alcantarillas, los ríos, lagos, el océano, las riberas, los árboles y campos, además de las calles y caminos de la ciudad. Por su parte, el costo de aseo y recolección es enorme.

Para confrontar esta problemática y lograr la sustitución de las bolsitas de plástico por otras de material biodegradable, se han encarado dos tipos de soluciones a nivel mundial: prohibirlas o gravarlas, ambas de la mano de campañas de concientización. Algunos lugares como Francia, Italia y San Francisco (California) o Caleta Olivia, Calafate, Usuhaia, Comodoro Rivadavia y la provincia de Mendoza en nuestro país, ya existe legislación que tiende a prohibirlas. En otros como Irlanda, Alemania, Reino Unido, Suecia y Hong Kong cada bolsita de plástico tiene un impuesto que ronda los 0.22 euros.

Sería razonable, concluyó Boasso, que antes del dictado de cualquier norma, se invitara a los diversos representantes de todos los sectores involucrados a analizar las implicancias totales de un cambio de estas características, que no implica únicamente la sustitución de un material por otro, sino que trasunta tambien un cambio de comportamientos en quienes las utilizamos.