Sospechas de favoritismo en la construcción del megaestadio en la ex Rural

El gobierno socialista quiere terminar de posicionar a Rosario como la segunda ciudad del país –en la eterna rivalidad que mantiene con Córdoba-, con una iniciativa ambiciosa: Construir un megaespacio techado con capacidad para 14 mil personas, lo que en la jerga del espectáculo se conoce como “Arena”. Un estadio de esas características podría sumarse rápidamente al circuito que realizan en el país artistas internacionales como Madonna, que no casualmente eligió tocar en Buenos Aires y la capital mediterránea.

La iniciativa prevé la construcción del estadio en el ex predio de la Sociedad Rural de Rosario, ubicado en el Parque Independencia. Se trata de un viejo proyecto, que demandaría una inversión mínima de 90 millones de pesos.

El ambicioso emprendimiento es impulsado por reconocidos empresarios ligados al ámbito de la publicidad y el espectáculo que tienen negocios vinculados con la administración socialista.

La UTE está liderada por Claudio Joison, empresario rosarino propietario de la firma PROART.COM SRL, quien además con su empresa Metropolis es concesionario del lucrativo negocio del mobiliario urbano en Rosario, negocio que se disputa con los mendocinos hermanos Terranova de Publicidad Sarmiento.

Este empresario cultiva excelentes contactos con los socialistas y fue entre otras cosas, a quien encargaron la organización del Mundial de Jockey que se jugó en Rosario, así como distintos recitales y festivales internacionales.

El otro jugador de peso interesado en la construcción del estadio es Fernando Moya, que se sumó a la UTE a través de Ozono Producciones, su empresa “personal”. Moya es un polémico y multifacético empresario, que al mismo tiempo que se encarga de la producción de Jorge Lanata, suma suculentos contratos con el gobierno kirchnerista a tarvés de su amigo Javier Grossman.

Grossman es el verdadero “regisseur” del kirchnerismo, que en una alianza con los talentosos integrantes de Fuerza Bruta, El Choque Urbano y otras agrupaciones de teatro alternativo, han sabido ponerle vanguardia a eventos como los festejos del Bicentenario, los 29 años de la democracia, el día de la Soberanía, Tecnópolis y hasta el funeral de Néstor Kirchner.

En esa tarea, Moya fue el vehiculo elegido por Grossman para canalizar las millonarias contrataciones. Este empresario es además quien hizo cometer a Cristina un papelón internacional, cuando le aseguró que estaba garantizado el regreso d ela Fórmula Uno al país, hecho que la Presidenta anunció triunfante en la Casa Rosada y mereció una implacable desmentida del mítico, Bernie Ecclestone, quien afirmó sin anestesia: “Habrá Gran Prix en la Argentina cuando tratemos con gente seria”.

El dúctil Moya es además el CEO para Argentina del gigante del espectáculo brasileño, Time for Fun (T4F). Pero en la iniciativa de Rosario concurrió con su empresa “personal” Ozono Producciones, ya que los brasileños estaría desmontando sus operaciones en el país, agobiados por el corralito al dólar y la imposibilidad de girar divisas.

El tercer socio es el misterioso Luis Vila, un abogado que según afirmó el propio Joison a LPO, no tiene nada que ver con la familia Vila (Daniel y Alfredo Luis) que tienen en Rosario al poderoso diario La Capital. Lo curioso es que la soficinas de Joison están ubicadas en el mismo edificio de La Capital.

Las dudas del proyecto

El estadio propuesta, promete reunir “un diseño arquitectónico moderno e innovador equipado con tecnología de última generación para la realización de eventos deportivos, culturales y artísticos”. Detrás de la obviedad del enunciado, que incluye la promesa de sumar locales gastronómicos y cocheras, se esconde un mecanismo siempre polémico: la iniciativa privada.

Se trata de una vía administrativa mediante la cual, el grupo que acerca la propuesta a un gobierno, a la hora de licitarla cuanta con ventajas, por presumirse que incurrió en gastos previos para desarrollar el proyecto.

Lo curiosos es que se le de esa estructura administrativa a un proyecto que no es nuevo ni requería de elaboraciones privadas. Hace años que Rosario planea aprovechar ese predio para construir algún tipo de estadio o centro de exposiciones.

De hecho, la construcción de un espacio de tales características ya fue anhelada por la gestión socialista a propósito de la frustrada candidatura de Rosario para convertirse en sede de los Juegos Panamericanos 2019, finalmente ganada por la ciudad de La Punta (San Luis).

Pero la situación más escandalosa se produjo semanas atrás en el Concejo Deliberante, cuando se votó una “reforma” al Régimen de Iniciativa Privada que eliminó el tope de 20 años para el usufructo del espacio público para emprendimientos privados. La eliminación de este tope fue una exigencia de los empresarios para avanzar con el proyecto.

Curiosamente el expediente del proyecto todavía no peuede consultarse y ante los reiterados pedidos de LPO, en el Concejo se limitaron a explicar que el mismo todavía no podía darse a conocer por “problemas de foliado”. (La Política on line)

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