Once al hilo: Central volvió a ganar y se consolida arriba

El canalla fue muy superior a Banfield, al que práticamente borró de la cancha. Tardó en encontrar el primer gol, pero fue claro dominador durante todo el partido y terminó 2-0.

Hubo que esperar. Pero el Gigante de Arroyito vivió una verdadera fiesta este sábado a la noche, con el undécimo triunfo seguido de Rosario Central, que mostró un gran rendimiento, venció 2-0 a Banfield y parece encaminarse firme hacia el objetivo, ya que además de conservar la punta le sacó diez puntos al cuarto.

Tardaron en llegar los goles, que pudieron ser varios más. Ferrari abrió la cuenta a los 28 del segundo tiempo. A esa altura el equipo de Miguel Angel Russo merecía largamente el triunfo. Tuvo juego y también situaciones. Pero la impericia de los delanteros y la buena actuación del arquero del Taladro, equipo que en el segundo tiempo prácticamente no piso el campo canalla, demoraron lo que debió llegar bastante antes: el tanto auriazul.

El segundo gol, convertido por el pibe Carrizo, le puso al resultado números más acordes al trámite del partido. Que en realidad estaba para goleada.

Es que Central dominó a voluntad. Tuvo ímpetu en el inicio, buen manejo de la pelota todo el partido y además estuvo muy firme atrás, con lo cual Caranta prácticamente no pasó sobresaltos, salvo en alguna jugada aislada del primer tiempo. Además, fue paciente: no se desesperó a pesar de que el gol se hacía esperar.

Con la defensa bien plantada y el mediocampo canalla como claro dueño de la pelota -jugaron muy bien Méndez y Domínguez-, de a poco Central borró a Banfield de la cancha. El Taladro prácticamente renunció al ataque cuando le expulsaron a Galarza, en el inicio del segundo tiempo.

Pero faltó certeza en los delanteros para abrir la cuenta antes. En el primer tiempo Toledo tuvo un par claras. Pero en una le erró a la pelota cuando estaba sólo frente al arquero tras un centro de Medina y en la otra disparó desviado.

También Méndez, Encina y el propio Medina, que salió antes del entretiempo por lesión y le dejó su lugar a Bareiro, tuvieron sus chances en esa primera etapa. Pero faltaba justeza para plasmar en la red lo que era una clara superioridad en el juego.

Hasta que llegó el gol de Ferrari, que capitalizó una pelota muy cerca del área en la acaso única buena que hizo Toledo y entonces, ya con esa tranquilidad, llegó el floreo.

No extrañó entonces que viniera el segundo de Carrizo. Y pudieron ser más. Pero ya no importaba: el Gigante celebraba a lo grande un presente feliz, muy diferente al del inicio del torneo. El equipo de Russo igualó el récord de victorias de aquel de Pedro Marchetta, está primero y, aunque los jugadores repetían tras el partido que todavía falta, se encamina a paso firme hacia el objetivo de volver a primera.

(Rosario3)