La fiesta de la hinchada canalla

Después de tres temporadas en la B Nacional, Central obtuvo el esperado y merecido ascenso al círculo mayor del fútbol argentino. Javier Toledo, a los 2′, 4′ y 16′ del complemento, marcó los goles del partido. Las calles de la ciudad se llenaron de festejos de los simpatizantes de Central. La celebración estalló en el Monumento a la Bandera.

La carrera desenfrenada de Javier Toledo, tras marcar el primero y segundo gol de Central en Jujuy, marcaron el estado de ánimo de los canallas. Tanto de los jugadores como de los hinchas, que comenzaron a dar rienda suelta a un ascenso tan esperado y demorado, como merecido. Remeras al viento, revoleándoloas por encima de la cabeza, banderas que flameaban y los gritos inconfundibles de desahogo del pueblo canalla pintaron el termómetro de lo que significó esta conquista. El 3 a 0 ante los jujeños terminó de confirmar el ascenso de Central, al que sólo le faltaba sellar en las matemáticas lo que había conseguido a lo largo de la temporada. Y finalmente la espera terminó. Jujuy fue el lugar que le dio el pasaje y que terminó con un calvario de tres años en la B Nacional y desató el desahogo y la fiesta canalla.

El arranque demoledor del canalla, que concluyó con los dos goles de Toledo en el arranque del complemento, fue demasiado para un equipo jujeño que sólo le dio pelea en el primer tiempo, cuando el canalla asomaba como un equipo nervioso y sin claridad.
Pero bastó que Central acelerara para que le sacara una diferencia abismal en el resultado y que hiciera inalcanzable cualquier esfuerzo jujeño.

Después de eso, el equipo comenzó a ser el de siempre, todos los jugadores se amigaron con la pelota y el trámite le fue muy favorable.

Pero en realidad en Jujuy, ante Gimnasia, lo único que hizo Central fue ratificar todo lo bueno que había hecho a lo largo de la temporada, donde le sacó un campo en jerarquía a los demás equipos, que se demuestran en los 16 puntos que le sacó a Sarmiento, el cuarto que juega mañana.

Por regularidad, jerarquía, peso específico de sus individualides, por su gente y por un plantel que desde la humildad comenzó a edificar este logro, por un cuerpo técnico que supo manejar la situaciones, Central vuelve al círculo mayor del fútbol argentino, un lugar del que nunca debió haberse ido. Central es de primera Y está muy bien.