Newell’s eliminó a Boca y es favorito de la Copa Libertadores

Venció 10 a 9 a Boca en una interminable e infartante serie de penales, tras igualar 0 a 0 en los 90 reglamentarios. Maxi Rodríguez, que se vistió de héroe, le dio la victoria con el último disparo en el que se ejecutaron 13 remates cada uno. Guzmán fue decisivo
Maxi Rodríguez, una de las figuras de este Newell’s, se paró frente a la pelota. Era el penal número 13 para la Lepra, que estaba 9 a 9 en una serie infartante e interminable, pero en el que los rojiengros debían patear el suyo. Y Maxi, el hijo del club, ese Maxi que volvió al Parque para ganar algo grande con este notable plantel, llegó, le pegó al balón y la mandó arriba, casi al medio, pero a la derecha de Orión que voló hacia la izquierda para convertirse en el héroe y desatar la euforia contenida del pueblo leproso con un equipo que dio muestras de temple y de carácter y dejó en el camino a este Boca empobrecido, pero muy copero, para instalarse en la semifinal de la Copa Libertadores. Como en el ’88 con el Piojo Yúdica y como en el ’92 cpon Marcelo Bielsa en el banco. El lugar al que los jugadores, el cuerpo técnico y todos los hinchas leprosos querían llegar.

Tras ese remate, el estadio explotó de emoción. Newell’s llegaba a las semifinales de la Copa, ese sueño postergado de los rojinegros, que lloraron, rieron, gritaron, se abrazaron y gozaron una y otra vez con este equipo que le entregó una alegría enorme, más allá de que el resultado de esta noche no le asegura nada para el futuro.

Fue el premio merecido para Maxi, pero también para el Patón Guzmán, a veces discutido, pero que esta noche atajó dos penales claves en la consagración del rojinegro. El primero de toda la seria a Riquelme, que apareció comenzar a sentenciar la tanda de penales y el último al Burrito Martínez, que luego la Fiera aprovechó en la segunda tanda de remates que tenía.

Fue el premio merecido para un plantel que a lo largo de los 90 minutos fue claramente el mejor de los dos. El que presionó, buscó por todos lados; por arriba y por abajo; por adentro y por afuera, pero que no tuvo la lucidez suficiente como para liquiedar el pleito en los 90 minutos reglamentarios.

Al punto que Boca, que teniendo mucha menos posesión de pelota generó las situaciones más claras del partido en un cabezazo de Blandi, que Casco despejó en la línea, y en otro cabezazo de Blandi, que se estrelló en el travesaño, tras un notable centro de Riquelme.

De hecho en el mejor momento de Boca, Clemente Rodríguez se hizo expulsar por una tonta infracción y la posterior reacción, lo que hizo que Newell’s recuperara el dominio del juego y comenzará a presionar nuevamente sobre el arco de Orión, pero no encontró los caminos para vulnerar a Boca.

En ese marco, la Lepra fue el claro dominador ante un Boca que por momentos sólo pareció diagramado para defenderse. Tanto en el primer tiempo, como después de la expulsión de Clemente.(La Capital)