Newell’s no pasó del empate ante Racing en Avellaneda

La Lepra y la Academia no se sacaron ventajas pese a la gran cantidad de situaciones de gol generadas en ambos arcos. Pegó primero el rojinegro por Scocco, que se lesionó y preocupa a todos. Bou empardó a los 27 del primer tiempo. Ustari fue la gran figura del partido. Los de Raggio siguen invictos, pero su funcionamiento deja dudas.

Eléctrico. Intenso. Y con cantidad y variedad de situaciones gol, sobre todo sobre la meta ñubelista. Así fue el empate que Racing y Newell’s entregaron este lunes, en el cierre de la jornada 8 del torneo de primera. El saldo leproso es ambiguo porque por un lado mantuvo el invicto, pero por el otro fue superado en el juego y además se volvió a lesionar Ignacio Scocco.

Empezó ganando desde temprano, Newell’s, pero no lo supo administrar. Fue certero para golpear en la primera que tuvo, con un inspirado Nacho Scocco que a los 10 minutos recibió un pase genial de Maxi Rodríguez y fustigó a Saja tras un gran enganche hacia adentro.

Pero el gol, en vez de darle un escenario favorable, provocó que el local se adelantara, lo presionara bien alto y le sacara el balón. Y mientras el rojinegro no logró sacarle provecho a una contra, la Academia lo fue arrinconando y alcanzó la igualdad a los 27 a través de una buena media vuelta de Bou.

Hasta el término del primer tiempo, Racing dejó una mejor impresión. De hecho, pudo ponerse en ventaja pero a los 32 minutos el travesaño le dijo que no a Hauche. Lo mismo que a los 38, con el mismo intérprete que esta vez no pudo dominar en el área chica. El telón se bajó con la salida por una molestia de Milton Casco, un lesionado más en le interminable lista de la enfermería.

En el complemento, se mantuvo el predominio racinguista. Bou y Hauche casi consiguen el segundo, pero el primero no pudo con Ustari y el segundo le erró al arco por poco. A los 15, el Demonio quedó mano a mano pero Osky lo frustró, mientras que la Lepra no podía controlar el balón y encima a los 22 perdió a Scocco por lesión, presumiblemente una molestia física que a juzgar por la cara del delantero puede ser de gravedad.

Hasta el final, la tendencia fue clara: llegadas continuas de Racing, con muchos hombres en el área, y réplicas rojinegras que no pudieron acabar exitosamente. Si Racing no lo ganó fue por la falta de contundencia de los atacantes locales, como en esa jugada de Hauche a los 38, que tiró el centro y tres jugadores que entraban solos no pudieron conectar.

También lo pudo ganar la Lepra por Faravelli y Maxi, pero hubiera sido demasiado premio para la escuadra del Parque. Que no pudo hacer pesar su circuito futbolístico, no tuvo ni a Maxi ni Bernardi con las luces encendidas, ni logró sacarle el jugo a ese gol inicial con el que empezó a ganar a los 10 minutos. El punto se valorará, pero seguramente le quedarán a Raggio tantas cosas o más en el debe que en el haber.

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(Rosario3)