Volvió la calma a Central, que ante Deportivo Merlo podría contar con el Kily González

Luego de un lunes caliente y lleno de declaraciones que oscilaron entre la autocrítica y la ratificación del proceso de Merlo, este martes pareció volver la calma a Rosario Central. O, al menos, se bajaron un poco los decibeles en la búsqueda de explicaciones por el mal momento que atraviesa el equipo y ya se puso la cabeza en lo que vendrá.

En el predio de Arroyo Seco, el plantel auriazul volvió a entrenar a las órdenes de Mostaza, quien empezó a mostrar las cartas que tiene en la manga para el encuentro de la próxima fecha ante Deportivo Merlo, el sábado a las 19 en el Gigante de Arroyito y con arbitraje de Ariel Montero. Y para ese compromiso, estaría en condiciones de reaparecer Cristian González.

En el trabajo que comandó el DT, el plantel se dividió en dos grupos: por un lado se movieron los defensores y volantes de contención, por el otro los delanteros y volantes ofensivos. En este último no participó Luciano Figueroa, quien presenta una fatiga muscular y prefirió dosificar las cargas, aunque se descuenta que será de la partida frente al Charro.

El bloque defensivo estuvo compuesto por una línea de cuatro conformada por Danelón, Valentini, Braghieri y Shaffer, más Diego González y Paglialunga como doble cinco; en el bloque de ataque estuvieron Rivero por la derecha, Kily González por la izquierda más Medina y Toledo adelante. Todo esto puede llegar a ser un adelanto del once inicial que el entrenador pondrá desde el arranque.

En cuanto a la posibilidad de que regrese el capitán, el médico Hernán Giuria comentó que «está bastante bien, ahora habrá que evaluar cómo se va sintiendo. En la medida en que se sienta sin dolor y no se encuentre limitado en algunos movimientos, creo que no va a tener problemas en jugar». La lesión es una pequeña fractura en un cartílago de la región intercostal.

El plantel canalla volverá a practicar el miércoles por la mañana en el Country aledaño a la ciudad y allí Mostaza seguirá dándole forma al equipo que tiene en mente para el crucial encuentro del sábado, en el que el proceso que encabeza el DT podría tener un espaldarazo de confianza o, en caso de una derrota, quedar definitivamente en las sombras. (r.3)