Antonio Di Pietro: “Las mafias siempre gozan de protección política”

La deslegitimación de las fuerzas de seguridad y la Justicia producen en los argentinos una sensación de desprotección institucional y ello se percibe con más énfasis en ciudades que tienen en su seno altos índices de violencia, entre otras, las de la provincia de Buenos Aires, la capital de Santa Fe y nuestra Rosario, en la que proliferan individuos armados, quienes no se privan de ejercitar todo tipo de acciones delictivas.

Desde su Italia natal el ex fiscal antimafia Antonio Di Pietro, famoso por sus investigaciones anticorrupción admitió mantener una entrevista con quien esto escribe, de manera exclusiva.

La generación de ese diálogo y su resultante la ponemos a consideración de los lectores de Cuna de la Noticia.

R.M. ¿Las mafias internacionales están fuera de control y gozan de protección política?

A.D.P. Las mafias siempre gozan de protección política: Este es el motivo principal para explicarse como el Estado no logra derrotarlas. A esto se le suma, ineficiencia, bolsones de corrupción y falta de cooperación internacional.

La corrupción y la falta de transparencia es una de las principales causas de la inseguridad y de la difusión del crimen organizado.

Cuando un Estado, en sus principales estructuras esta perforado por prácticas corruptas, no sólo le resultará difícil combatir de manera eficiente la inseguridad, sino que se estimula la proliferación del delito, de la violencia y la actuación de las mafias.

R.M ¿Nota deslegitimación de las fuerzas de seguridad en Argentina?

A.D.P. No puedo abrir juicios de valor en relación a las fuerzas de seguridad en la Argentina.

Sí podría decirle que para combatir el crimen organizado es necesario contar con un plan estratégico global, apoyo internacional y el esfuerzo conjunto de todos los organismos con competencia en el tema.

R.M ¿Qué percepción tienen los argentinos de la desprotección institucional contra las mafias?

A.D.P. Todos mis interlocutores en Argentina y en Rosario me han expresado su profunda preocupación por la situación.

Espero que tomen cartas en el asunto y todos los actores sociales, partidos políticos, sociedad civil y medios de comunicación tomen conciencia de que al “cáncer no se lo puede curar con aspirinas”, y asuman la responsabilidad que a cada uno les corresponde.

R.M. ¿Considera que hay un antes y un después del manejo mafioso de la droga en nuestro país?

A.D.P. Esto no lo puedo evaluar. Creo sí, que es necesario que la sociedad civil se movilice de forma inensa y exija a la clase política soluciones concretas.

Hoy la criminalidad organizada no sólo trafica droga, sino que también provee bienes y servicios ilegales de distinta naturaleza -artículos falsos, trata de personas, prostitución y mano de obra al servicio de la actividad política- mercados que tienen miles de personas como clientes.

R.M ¿Hay una cultura antimafia en Argentina o sólo expresiones de deseos de que la misma se termine?

A.D.P. Esto no lo sé. Lo que sí puedo afirmarle sobre esta problemática es que todos mis interlocutores en Argentina me han detallado que requerirá para su solución la adopción de medidas extraordinarias que necesariamente deben ser acompañadas por la sociedad civil.

Muchas veces el poder político trata de ocultar o camuflar estos dramas sociales. Toca entonces, a los medios de comunicación y a la sociedad civil evidenciar este desgrado, que se propaga con extrema rapidez.

R.M. ¿Qué le puede sugerir a la Justicia de nuestro país como el primer paso de un camino para luchar contra las mafias de todo tipo?

A.D.P: En Argentina, como en otros países, la lucha contra la criminalidad organizada debe ser una política de Estado. Requiere no sólo de una estrategia, sino también de instrumentos jurídicos adecuados, junto a la activación de mecanismos de cooperación internacional.

Un capítulo importante es el aspecto vinculado a la economía ilegal de estos grupos que impunemente y con la complicidad o pasividad de muchos actúan en un circuito fraudulento. Este aspecto es esencial para combatir a dichas mafias.

Tienen que combatir el lavado y el auto lavado y a toda la cadena que interviene en tales operaciones.

R.M. ¿Tiene datos relevantes sobre la situación existente en Santa Fe y Rosario?

A.D.P. Sí, y son aterradores.

Espero que quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de esa Provincia y de Rosario -que tan bien me ha tratado-, dejen de lado las cuestiones políticas menores y juntos definan una estrategia para terminar con este flagelo.

Demorar las soluciones sería condenar a toda vuestra sociedad a vivir en el infierno.

R.M: ¿Está perdida la lucha contra el crimen organizado y los cárteles de la droga?

A.D.P. No, si se actúa con decisión y con mecanismos innovadores que ataquen el fenómeno en sus diversos aspectos y no sólo criminales, sino también económicos y sociales. No hay que perder tiempo.

R.M: ¿El tráfico de drogas sostiene el flujo de capitales de la especulación financiera?

A.D.P. Existe una estrecha interconexión entre la economía legal y la ilegal. Hay una criminalidad financiera, o mejor aún una actividad de fraude financiero, que la justicia global tiene dificultad para abordar. El control del dinero sucio es un aspecto determinante en la lucha contra el narcotráfico.

R.M. ¿Está de acuerdo con que fuerzas de seguridad federales ocupen la ciudad de Rosario, mientras actúa en paralelo la policía provincial, como ocurre en Santa Fe?

A.D.P. No puedo responder a esa pregunta porque no estoy en conocimiento del plan estratégico de la Provincia o de la Nación. Los que sí puedo decirle que los políticos no deberían hacer marketing sobre los cuerpos calientes de los muertos ni transferir responsabilidades por cuestiones jurisdiccionales.

Reitero que sin un plan estratégico global que involucre a todas las fuerzas con responsabilidad política y operativa y con el apoyo de la sociedad civil, no resultará posible combatir al crimen organizado.

R.M. ¿Está bien que un gendarme, especializado en custodiar fronteras, conduzca a la policía urbana?

A.D.P. No puedo hacer evaluaciones operativas. Espero sí de corazón que por el bien de Rosario y de su Provincia que quiénes tienen la responsabilidad institucional estén a la altura de la gravedad del momento.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com