Del Sel, el más votado. Lifschitz ganó la interna

El precandidato a gobernador de Unión PRO Federal, Miguel del Sel, se imponía por más de 10 puntos como el postulante más votado en las Paso santafesina. El socialismo –castigado por sectores medios que supieron apoyarlo– tiene ahora el difícil desafío de correr desde atrás. Perotti salió tercero, pero se mostró competitivo.

El precandidato a gobernador de Unión PRO Federal, Miguel del Sel, se imponía por más de 10 puntos como el postulante más votado en las Paso santafesina, incluso superando en votos a los dos precandidatos que confrontaron en la interna del Frente Progresista: el socialista Miguel Lifschitz y el radical Mario Barletta. Sin embargo, el oficialismo provincial confiaba en revertir esa tendencia, lo que deja un escenario abierto de cara a las elecciones generales del próximo 14 de junio. Tercero quedó el precandidato del Frente Justicialista para la Victoria, Omar Perotti, quien superó la barrera de los 20 puntos, lo que le permite mirar con cierto optimismo el segundo tiempo del partido.
  
Con el 72,73 de los votos escrutados, la victoria de Del Sel sobre el resto de los candidatos (le sacaba más de 100 mil votos de diferencia a Lifschitz) no sólo lo ubica en una posición inmejorable para suceder a Antonio Bonfatti, sino que acabó por ofrendarle al líder nacional del PRO, Mauricio Macri, el primer triunfo en una distrito electoralmente fuerte para su ambición presidencial.
  
Queda instalada como duda si el porcentaje de votos sacado por Del Sel constituyen su piso o es definitavamente su techo. Para ello va a resultar crucial el curso que tome la campaña como el candidato más votado y también el plus que le puede otorgar Macri si la figura del jefe de Gobierno porteño sigue en ascenso como posible sucesor de Cristina Fernández de Kirchner.

   
Tampoco es desdeñable lo que le pueda aportar el senador Carlos Reutemann, convertido ahora en aliado de Macri, pero que en estas primarias no hizo campaña a full por el ex Midachi. El Lole se subió anoche al escenario ganador de Puerto Norte. Antes, sólo había habido una módica foto juntos en la Expoagro a mediados de febrero.
  
La algarabía que se sudaba en el PRO contrastó con los gestos adustos de los popes del Frente Progresista. Lifschitz le ganó holgadamente la interna a Barletta, pero una redonda y fuerte luz de alarma se encendió en el oficialismo provincial. Los números no fueron lo esperado y mucho menos la distancia que le sacó en el cara a cara Del Sel al ex intendente de Rosario.
  
Fue precisamente en Rosario el lugar donde Lifschitz no pudo hacer la mayor diferencia, al menos con el porcentaje de votos escrutados al cierre de esta edición. Pero tal vez el dato que acrecienta el terror en el campamento socialista es la buena performance de Del Sel en la ciudad, un distrito que ni Reutemann, en sus mejores épocas, pudo pisar fuerte electoralmente. Aquí pudo haber influido la inclusión en la fórmula del radical Jorge Boasso, de buena performance en elecciones anteriores jugando en soledad por fuera del Frente Progresista.
  
Son horas de replanteo en la campaña de Lifschitz, quien deberá no sólo mantener los votos logrados por su candidatura, sino que necesitará imperiosamente contener en el mismo espacio las voluntades cosechadas por Barletta.
  
Las lecturas se cruzan y si bien puede no haber una transferencia automática entre las Paso y la general, lo sucedido ayer sirve para ver dónde está parado cada candidato y ver las fidelidades y comportamiento futuros. Lifschitz se ilusiona con que los votos que sacó Barletta se queden en el Frente Progresista. Pero aquí empieza a tallar también el contexto nacional y el acuerdo que selló la UCR con el PRO en la convención de Gualeguaychú. Varios de los dirigentes que militaron por la candidatura de Barletta no son refractarios a la unión con Macri.
  
Hay otro dato curioso. Si Lifschitz fue el depositario del voto castigo al gobierno del Frente Progresista, cómo se entiende que el responsable visible de esa gestión (Bonfatti) haya sacado una cantidad de votos que casi lo equipara a los logrado por Del Sel.
  
En el redil peronista, Perotti, quien lograba superar el 20 por ciento de los votos, se mostró satisfecho por lo que estima es su piso. El ex intendente de Rafaela fue el candidato que más tarde largó en la campaña y confía en que en estos dos meses que restan puede subir más su cotización electoral.
  
Pero un peligro se cierne en el horizonte del rafaelino: la posibilidad cierta de que en la general exista un escenario de extrema polarización entre Lifschitz y Del Sel.
  
De concretarse esta hipótesis, Perotti podría sufrir una sangría de votos por partida doble. Los votos del kirchnerismo puro que ayer optaron por él, ante el espanto que le producen Del Sel y Macri, podrían inclinarse por el candidato socialista. De igual forma, los votos del peronismo clásico buscarían refugio en el ex Midachi, que no deja de mostrar cierta pátina justicialista en su figura y discurso.
  
El mismo escenario podría caber para el Frente Renovador, donde se estaba consagrando el diputado Oscar Cachi Martínez por sobre Eduardo Buzzi. Entre ambos sacaban más del 7 por ciento de los votos totales.
  
Las elecciones de ayer marcan sin dudas una tendencia, pero nada esta dicho. Hay un panorama abierto para las generales que definirán al próximo gobernador de la provincia.

(La Capital)