Crisis en el Movimiento Sindical Rosarino

El armado de gremios local denominado Movimiento Sindical Rosarino, se encuentra en estado de crisis. Sin el gobierno kirchnerista como faro ideológico orientador y aglutinador de este colectivo obrero, sus bases parecen resquebrajarse.

El Movimiento Sindical Rosarino, nombre que engloba a un grupo de gremios rosarinos de raigambre kirchnerista, se ha visto conmovido en las últimas horas, con novedades que impactan directamente en su estructura constitutiva.

La Unión Obrera Metalúrgica, sindicato de histórica relevancia que abreva hasta el momento en el armado gremial mencionado, habría pegado el portazo y estaría a un paso de abandonarlo. De hecho para el día de mañana a las 13 hs en el camping de la UOM ubicado en la localidad de Soldini, está previsto un encuentro del movimiento obrero organizado de la ciudad cuna de la bandera, para el que están convocados más de 50 gremios. El encuentro se vende a los participantes e interesados como el intento más preclaro de alcanzar la unidad a través de la CGT Regional Rosario, entidad dirigida por autoridades que han visto vencerse sus respectivos mandatos, sin haberse llamado a elecciones.

Desde la conducción de la UOM, por intermedio de su Secretario General, Antonio Donnello, negaron a este periodista que el influyente sindicato metalúrgico haya abandonado el MSR. Sí, aclaró Donnello, «hay que definir si el MSR está con el socialismo, o contra el socialismo». El representante de Antonio Caló a nivel regional, dio en el punto: la excelente relación que la mayoría de los participantes del MSR, y principalmente sus conductores (Matías Layús, Antonio Ratner, Alberto Botto), mantienen con el partido de gobierno en la provincia de Santa Fe.

Por otra parte, Juan Nucci, referente del Sindicato de Trabajadores Judiciales de la provincia de Santa Fe, emitió un contundente comunicado en el que se manifiesta críticamente contra el kirchnerismo, fuerza que hasta ayer lo tenía como uno de sus integrantes más conspicuos en su variante rosarina, al punto de participar religiosamente de sus presentaciones públicas. En una gacetilla de prensa enviada a los medios de comunicación con el título «El Gremialismo local tildó al kirchnerismo de Sectario», Nucci, definiéndose como «militante peronista», expresó su postura sobre la situación del justicialismo: «lo primero que hay que hacer dentro del movimiento, es borrar los nombres. Es evidente que el peronismo se encuentra huérfano de conducción; hay voluntades y liderazgos, pero no una conducción orgánica y ella se construye desde la resistencia, no desde las roscas de la cúpula», apuntó el judicial, para referirse seguidamente al disminuido istmo encabezado por Cristina Fernández de Kirchner: «uno tiene la impresión de que Cristina y su entorno deben entender que al movimiento obrero hay que contenerlo y darle protagonismo”, dando a entender de que la figsra de la exmandataria ya no es intocable: «es evidente que el peronismo se encuentra huérfano de conducción; hay voluntades y liderazgos, pero no una conducción orgánica y ella se construye».

Nucci, al decir de muchos trabajadores judiciales y de algunos sindicalistas, se dedicó en el último tiempo a «hacer política partidaria, descuidando su propio gremio, y la realidad de sus defendidos». A decir verdad, la institución que conduce ya no se encuentra sola intentando representar a los empleados del sector. Hace meses surgió una nueva filial para la provincia de Santa Fe de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), liderada a nivel nacional por Julio Piumato. Este nuevo gremio «va por todo», y quiere disputarle palmo a palmo al ya existente agrupamiento judicial cada uno de sus afiliados. Por eso es que Nucci necesita «peronizar» sus discurso, mostrándose autónomo y con capacidad de decisión, alejándose de este modo de las filas del empobrecido kirchnerismo, donde tan a gusto militó los últimos años.

Otros gremios integrantes del MSR, han abandonado ese paraguas protector, o están en proceso de hacerlo. Ese es el caso del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal de la provincia de Santa Fe (SUTERyH), que participaba de las reuniones organizativas del colectivo obrero en cuestión, pero ya no es de la partida. La razón: la poca apertura de espacios de sus conductores a dirigentes que plantean diferencias con la línea bajada.

Esa es la realidad de una de las corrientes que conforman el variopinto conjunto sindical rosarino. Además del MSR, y dejando de la lado a las dos CTA, existe en Rosario otro grupo liderado por Edgardo Arrieta y su Sindicato de Dragado y Balizamiento; el sector del siempre vigente Oscar «Rabanito» Barrionuevo, Secretario General de Obras Sanitarias; la mesa gremial afín al referente de Cristaleros, Marcelo Ayimén; y el grupo que pese a ver cumplido su mandato, sigue ocupando la conducción de la CGT Regional Rosario, con Rubén López a la cabeza, dirigente del intervenido Sindicato de Camioneros. Cinco vertientes en total.

Un complejo mosaico, difícil de explicar, es el movimiento obrero organizado en la ciudad de Rosario, donde los intereses y los egos personales parecen imponerse a los objetivos de conjunto, esto es, la unidad tan necesaria de los trabajadores para los tiempos que corren en la República Argentina.

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Antonio Abbatemarco

Director de Cuna de la Noticia