Macri recibió a Guaidó y lanzó una fuerte advertencia a Maduro

En medio de una frenética gira regional para consolidar el apoyo a la transición democrática, el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó , se reunió ayer en Olivos con el presidente Mauricio Macri , que volvió a comprometer su apoyo al líder opositor.

Guaidó llegó desde Paraguay, en medio de una gira regional para ratificar el apoyo del Grupo de Lima a la oposición venezolana. El joven dirigente prepara su regreso a Caracas para la semana próxima, y el Gobierno, a través de la Cancillería, lanzó una fuerte advertencia a Nicolás Maduro para que respete su seguridad y no lo detenga, como ya advirtió el líder chavista.

Durante un encuentro breve pero muy cálido, Guaidó le agradeció a Macri las referencias a la situación crítica que golpea a Venezuela en el discurso de apertura en la Asamblea Legislativa. «Cuando se veía todo oscuro en Venezuela, se oyó la voz de muchos líderes, entre ellos, la de usted, señor presidente, lo que nos ayuda a seguir adelante», dijo Guaidó, que también destacó que el jefe del Estado argentino fue una de las primeras voces en la región en denunciar al régimen de Maduro.

Tras escuchar un análisis del escenario venezolano y del optimismo de Guaidó respecto de avanzar en la convocatoria de elecciones con el fuerte respaldo internacional, Macri volvió a atacar al líder chavista. «Pobre San Martín que lo usaron para condecorar a Maduro», dijo el Presidente.

Después de abandonar Olivos, Guaidó ofreció una conferencia de prensa en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería para luego dirigirse a centenares de venezolanos residentes en el país que apoyaron con cantos al presidente encargado e insultaron al líder chavista, Nicolás Maduro.

«El dilema hoy en Venezuela es entre pobreza y miseria, y progreso y prosperidad (…) Por acción u omisión el régimen de Nicolás Maduro es un régimen asesino», dijo Guaidó. «El 80 por ciento de las Fuerzas Armadas están a favor del cambio (…) Hay 600 militares en este momento en Cúcuta, que es el 20% de los que estaban acantonados (en el estado de) Táchira», agregó.

Afuera del Palacio San Martín sus connacionales gritaban: «Queremos volver, queremos volver».

Guaidó durmió ayer en Buenos Aires tras comer con funcionarios argentinos y volaba hacia Ecuador para ser recibido por el presidente Lenín Moreno.

En este contexto, las amenazas de la cúpula chavista contra Guaidó llevaron a la Cancillería a emitir una fuerte advertencia a Caracas para que respete la integridad y la seguridad del líder opositor.

«El gobierno argentino espera que el regreso a Venezuela del presidente encargado, Juan Guaidó, se produzca de forma pacífica, sin riesgos para su integridad física y la de su familia y colaboradores. El regreso seguro del presidente encargado es fundamental para llevar adelante la hoja de ruta que se fijó la Asamblea Nacional para el restablecimiento de la democracia, el respeto de los derechos humanos y la respuesta a la crisis humanitaria que afecta a Venezuela», advirtió la Casa Rosada en un comunicado de la Cancillería.

«A la luz de la violencia desplegada el pasado 23 de febrero, todo acto de intimidación o violencia en la persona del presidente encargado, su familia y su núcleo cercano será considerado de responsabilidad del régimen de Maduro, como una señal más de su persistencia en la usurpación del poder», concluyó el texto del gobierno argentino.

Reconocido como presidente encargado por unos 50 países, entre ellos casi toda la región, Guaidó viajó a la Argentina tras reunirse, desde el sábado, con los presidentes Iván Duque en Bogotá, Jair Bolsonaro en Brasilia y Mario Abdo en Asunción, que lo recibió con honores de jefe de Estado.

Horas antes, en Asunción, Guaidó dijo que los militares están desertando de la «dictadura» de Maduro, y aseguró que unos 600 uniformados abandonaron al régimen chavista «para ponerse del lado de la Constitución».

«Hemos hablado claramente a las Fuerzas Armadas de Venezuela (…) Hay un proceso muy claro de transición a la democracia», dijo en la sede del gobierno paraguayo frente a parlamentarios, embajadores y otras autoridades.

El respaldo que tiene de la mayoría de los gobiernos de la región «no tiene nada que ver con intereses, sino con valores fundamentales, y eso va a marcar un nuevo hito en la región», afirmó junto a Abdo. Ambos dirigentes ya se habían reunido el sábado en la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, donde Guaidó supervisó el fallido operativo de ingreso de la ayuda humanitaria. Guaidó había logrado cruzar de manera clandestina tras encabezar una caravana desde Caracas y luego burlar los controles, ya que la Justicia venezolana, controlada por el chavismo, le había prohibido salir.

«El proceso hacia la democracia (…) es indetenible» dado que «unos pocos no van a poder contenerlo», afirmó el también titular de la Asamblea Nacional venezolana durante su discurso en el Palacio de López, sede del gobierno paraguayo.

«El gobierno lo vamos a hacer desde Caracas (…), quiero volver ya con nuestra gente», dijo en una entrevista a la televisión paraguaya. En esa misma charla fue consultado sobre la posición del Vaticano frente a la crisis de su país.

Guaidó recordó la reciente correspondencia del papa Francisco dirigida al líder chavista. El Pontífice «lo llamó señor Maduro y mentiroso en una carta personal que le envió a Maduro, no lo trató de presidente», afirmó Guaidó. «Todos quisiéramos una mano mágica, una mano amiga, pero también entendemos que este es un proceso de años y que si bien el Vaticano tiene las mejores intenciones en el proceso de colaborar en el cese de la usurpación y en elecciones libres (es necesaria) una verdadera paz, no la paz de los cementerios».

Paraguay rompió relaciones diplomáticas con Venezuela en enero y cerró su embajada, luego de que Maduro asumió su segundo mandato como presidente en medio de cuestionamientos sobre la legitimidad de su reelección. (La Nación)