El peligroso arte de dividir para reinar

Desde Santa Fe Julio César y Napoleón en sus tiempos; y pareciera que los estrategas de Macri ahora, apelaron – y apelan – al milenario concepto Dīvide et īmpera (divide y reinarás) para sostenerse en el poder. . Son, al decir del sociólogo Eduardo Fidanza, “teorías sociales que por su valor pueden considerarse clásicas, pero mantienen imperturbable vigencia cuando las culturas políticas repiten los mismos comportamientos del pasado”. Creemos nosotros también que se sostienen porque, como agrega Fidanza: “vivimos en una época en que las divisiones ideológicas recrudecen bajo la forma de luchas irreconciliables”. El encuestador y analista Jorge Giacobbe (h) traduce en algoritmos aquellas definiciones filosóficas de Fidanza. Sostiene que hoy día existe un 35 % de la población que por nada del mundo votaría a Mauricio Macri (ergo el “cristinismo”) y otro 35 % de los habitantes que jamás votarían Cristina Fernández. Un 12 % adhiere a otras fuerzas políticas; por lo cual el 18 % de la población en un ballotage entre Macri y Cristina resolvería el pleito votando, según él, “por lo que no quieren que pase”. La pregunta sería, ¿qué es lo que ese porcentaje de argentinos no quisiera que pase?. Resulta ilógico entonces, analizar desde el punto de vista político ortodoxo el discurso del Presidente Mauricio Macri del pasado viernes en el Congreso. Seguramente guionado por Jaime Durán Barba, experto en dilucidar los comportamientos neuronales de las personas, Macri fue al Congreso a sacar lo peor del Kirchner-peronismo: las emociones más primitivas y agresivas; el famoso comportamiento reptiliano. Y lo consiguió. ¿De qué iba a hablar en un país sumido en la desesperanza como consecuencia del ajuste económico?.

“Es la economía, estúpido” (Bill Clinton). ¿Será?

El economista cordobés Carlos Seggiaro, quien en diciembre del año pasado predijo ante este periodista que en febrero y marzo de este año íbamos a estar peor (que en Diciembre del 2018), ahora nuevamente en contacto con nosotros aseguró que a mediados de año podría “detenerse la caída” de la economía (lo cual no significa empezar a crecer) y que quien gobierne en el 2020 se encontrará con un país similar al que encontró Néstor Kirchner en el 2003: con el ajuste ya hecho. Roberto Lavagna, a quien esta columna “descubrió” en Noviembre del año pasado como “el tercer candidato”, tras una charla de Eduardo Duhalde en esta capital, cuando nadie lo tenía en los radares (ahora uno de sus principales sponsor es el Gobernador Lifschitz) propone para un eventual gobierno suyo apostar a tres pilares básicos: consumo, inversiones y exportaciones. Y a coordinar precios relativos: inflación, tipo de cambio, salarios, productividad, tasa de interés y sistema tributario. ¿Nada de eso ven Dujovne y su brillante equipo?.

Cavallo y la “bimonetizacion”

Por su parte, Domingo Cavallo sigue insistiendo en sus newletter en algo que también adelantó en el año 2014 en la Asociación Dirigentes de Empresas -ADE – de esta capital: la bimonetización dólar- peso. Única manera de salir adelante. El analista económico rosarino Salvador Distéfano asiente señalando que “los argentinos en lugar de financiar al Estado (argentino) financian a Donald Trump comprando dólares (370 mil millones de dólares hay en el exterior y desde que Macri asumió, la gente compró 50 mil millones de dólares). Distéfano asegura que comprar dólares “está encarnado en el gen argentino; todos los argentinos tenemos un ahorrito en dólares, entonces tenemos que tener una economía bimonetaria, donde convivan el peso y el dólar”. Pablo Olivares, observador económico local advierte que “Cavallo dice lo que dijo siempre. No se gana competitividad devaluando el tipo de cambio y lo demuestra con datos: luego de las devaluaciones bruscas, en pocos meses la inflación eliminó la ganancia de competitividad que había permitido la devaluación. Dicho de otra forma más técnica, el tipo de cambio real (que es el concepto que refleja la competitividad) vuelve al mismo nivel que tenía antes de devaluación”. O sea que “lo que el gobierno quiere ganar devaluando no se logra; lo que vulgarmente podríamos decir «no sigas con eso que ya no embromás a nadie; porque no va a haber una mejora real, no va a lograrse reactivación y no se va a sanear la economía”. Suponemos nosotros que ante las contradicciones en los discursos electorales presidenciales, a medida que avance el año todos los agentes económicos van a querer cubrirse ante la incertidumbre y van dolarizar sus activos (desde la multinacional que saca los fondos al exterior, el millonario que los pondrá en títulos sin «riesgo Argentina» que coticen en mercados del exterior, el clase media acomodada que pondrá dólares en caja de seguridad, y hasta el clase media baja que guarda y guardará dólares en el colchón).

PASO al cielo o al infierno

Las Primarias Abiertas, simultáneas y Obligatorias – PASO – del 28 de abril sanearán los 17.666 candidatos anotados para competir por 1.843 cargos desde comisiones comunales hasta Gobernador. En las listas para cargos colegiados (concejales y diputados) los umbrales del 3 % del padrón electoral para los Partidos (frentes, alianzas o confederaciones) y el 1,5% de los votos válidos admitidos para las listas dentro de esos espacios, frustrarán desde el vamos un montón de aspiraciones. Luego, el D´Hont aplicado por el Tribunal Electoral será la Espada de Damocles para quienes no queden a la vanguardia en las listas definitivas. Un par de ejemplos sobresalientes: la mediática Amalia Granatta competirá a Diputada provincial con el Partido Unite; mientras que los actuales diputados Carlos Del Frade y Rubén Giustiniani lo harán por separado con Unidad Social y Popular e Igualdad y Participación. Todos ellos necesitarán casi 70 mil votos para seguir viaje desde las Paso hacia las generales del 16 de junio. Un voto menos los dejaría en el camino. Ahora, quien supere ese guarismo se estaría asegurando casi tres bancas. Volviendo a Fidanza y las divisiones ideológicas “irreconciliables”, de la misma manera que la denominada “crisis del campo” del 2008 marcó a fuego, hasta hoy día creemos, la grieta social argentina (término acuñado por el periodista Lanata); el año pasado el tratamiento parlamentario de la legalización del aborto hizo lo propio, quizás de manera más profunda toda vez que se abordaron valores morales, éticos y de dignidad humana, contrapuestos con las políticas públicas, sostenidas legalmente sobre lo que un sector considera “extinción de la vida humana” y otro “interrupción del embarazo”. Estereotipados socialmente como “Pro Vidas” y “Pro Derechos”. Dentro de ese esquema, Amalia Granata con Unite y el actual diputado peronista Julio Eggimann dentro del frente Juntos, confeccionaron listas de diputados por ellos encabezados “totalmente pro vidas”, dicen, en pos de captar aquel voto militante de esos valores. Granata necesita sacar en las Paso 70 mil votos para seguir en carrera; mientras que Eggimann dentro del frente justicialista con 30 mil sufragios avanzará hacia junio.

Los que pelearán por el título

De las ocho listas para llegar a la Casa Gris, solo tres (una con Paso) contienen al binomio que el 10 de diciembre sucederá a Miguel Lifschitz. Se trata del frente gobernante que va por la reelección de Antonio Bonfatti; Cambiemos con el dos veces intendente de Santa Fe José Corral. Y el peronismo que dirimirá la clasificación el 28 de abril entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa. Casi dos millones de santafesinos (entre los que se encuentran los afiliados, militantes y simpatizantes peronistas) deberán decidir -los que quieran- el futuro de Omar Perotti y María E. Bielsa. Uno de los dos quedará afuera ése día; lo cual torna en principio observadoramente atrayente esa interna, en la cual más Bielsa que Perotti, necesita que los “independientes” se inmiscuyan con su voto. Bonfatti y Corral tampoco podrán ser meros espectadores impávidos de aquella compulsa peronista porque ellos no la tengan. También necesitan que los electores los prefieran con su voto. Un lejano tercer lugar resultaría prácticamente condenatorio para las generales. La misma regla regirá para las tres fuerzas.

Así llegarán al 28 de abril

Tomando las últimas elecciones provinciales del año 2015 como último parámetro electoral para un incierto análisis prospectivo, Antonio Bonfatti llegará al 28 de abril con 765.078 votos obtenidos como candidato a diputado provincial; Omar Perotti con 558.571 votos a Gobernador; mientras que José Corral podría referenciarse en los 582.521 votos de Miguel del Sel, por entonces candidato a Gobernador de Unión Pro Federal, hoy Cambiemos. Para evaluar a María E. Bielsa nos debemos remontar a su elección como diputada provincial en el año 201, donde ganó la categoría con 581.363 votos. Dentro de ocho semanas, la historia democrática santafesina comenzará a escribir un nuevo capítulo. En tres meses habrá terminado; para comenzar otra versión el 10 de Diciembre.