Fuerte choque en la ruta 34 terminó con seis muertos

Ocurrió cerca de la medianoche del sábado en el kilómetro 258 de la traza, conocida como la «ruta de la muerte» por su sinestralidad.

La ruta nacional Nº 34, tristemente conocida como la «ruta de la muerte» por ser una de las más peligrosas del país, volvió a ser escenario de una tragedia que no reconoce precedentes, al menos cercanos. Seis personas, presumiblemente integrantes de una familia y entre las que había una niña de cuatro años, murieron al chocar la camioneta en la que viajaban contra un camión. El estado calamitoso en que quedó la pick up da cuenta de la violencia del impacto, que se cobró las vidas de todos sus tripulantes.

El trágico episodio ocurrió cerca de la medianoche del sábado sobre el kilómetro 258 de la ruta, a la altura de calle San Juan de Sunchales, ciudad del departamento Castellanos ubicada a 270 kilómetros al noroeste de Rosario. Allí, y por causas que son motivo de investigación, se estrellaron un camión Scania con semirremolque y una camioneta Chevrolet S-10.

El vehículo de gran porte circulaba en sentido norte a sur y la camioneta dirección contraria.

Las víctimas fatales fueron identificadas como Javier Alejandro Arró, de la localidad de Ataliva (departamento Castellanos); Manfred Heimann y Rita Francisca Toldo, ambos de Sunchales; Gabriela Noemí Heimann, también de Ataliva; Emilia Giletta Heimann, de Santa Rosa, La Pampa, y una niña de cuatro años, Amparo Herrera Heimann.

Si bien la relación filial entre las víctimas no fue informada oficialmente, se presume que eran miembros de una misma familia. De hecho, cuatro de ellas compartían el mismo apellido.

El conductor del camión, Mauricio Javier Escobedo, de 30 años, es oriundo de Montes de Oca, localidad del departamento Belgrano ubicada a 130 kilómetros de Rosario. Aunque resultó ileso, debió ser rescatado de la cabina y trasladado hasta el hospital de Sunchales, donde los médicos constataron que no presentaba lesiones pero que se encontraba bajo un estado de shock.

El impacto frontal provocó la destrucción casi total de la camioneta y la muerte de los seis ocupantes, que serían parte de una misma familia. Toda la cabina del vehículo quedó convertida en un bollo irreconocible de chapas retorcidas. De hecho, al llegar el Servicio de Emergencia 107 se pudo constatar el deceso de algunas de las personas, mientras que debieron intervenir los Bomberos Voluntario de Sunchales para abrir los hierros, debajo de los cuales estaba el resto de los ocupantes.

Las autoridades, que fueron alertadas de la colisión por automovilistas que pasaron por el lugar, montaron un operativo de tránsito para permitir el trabajo de los rescatistas. Participaron personal de la Comisaría 3ª de Sunchales, de la Policía de Seguridad Vial y de la Guardia Rural Los Pumas, además de efectivos de Gendarmería Nacional.

La investigación quedó a cargo de la fiscal en turno del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Lorena Korakis, quien ordenó una serie de medidas para determinar las causas de lo sucedido; entre ellas, pericias a cargo de la Policía de Investigaciones. Alrededor de las 6.20 de ayer, se procedió a hacer entrega de los cuerpos a los familiares para su posterior velatorio e inhumación.

Bomberos voluntarios, junto a personal policial y de servicios de emergencia trabajaron durante varias horas. Despejaron la ruta y normalizaron finalmente el tránsito.

Es difícil recorrer los archivos para reconocer una tragedia similar a la de este sábado sobre la ruta nacional 34. Una de las más conmocionantes se produjo el 7 de septiembre de 2017, cuando cinco fisicoculturistas rosarinos, entre ellos la campeona mundial de la disciplina Alejandra Rubio, murieron quemados luego de que el auto en que se desplazaban por esa ruta chocara frontalmente contra un camión y el automóvil se incendió. Los rosarinos se dirigían a Santiago del Estero para participar del Campeonato Iberoamericano de Fisicoculturismo y Fitness. Ocurrió en la localidad de Pinto, población rural del departamento Aguirre, situada a 250 kilómetros de la capital santiagueña.

Tiempo después, el domingo 18 de febrero de este año, tres jóvenes perdieron la vida al chocar también contra un camión, en el kilómetro 128 de la misma vía, entre las localidades de Cañada Rosquín y Pueblo Casas. Allí, los tres ocupantes de un Fiat Uno que circulaba en sentido sur-norte murieron en el acto a raíz del impacto. El siniestro se produjo apenas 9 días de que otro accidente se cobrara la vida también de tres personas sobre la 34, a la altura de San Genaro.

Años antes, la región se vio conmocionada por una seguidilla de accidentes sobre la misma vía de comunicación. La Rubia, una pequeña localidad santafesina ubicada a 236 kilómetros de la capital provincial, se convirtió el sábado 18 de febrero de 2012 en escenario de otro violento accidente vial, en el que perdieron la vida tres adultos y dos menores, todos ellos integrantes de una misma familia.

El episodio fue el último de una serie de tragedias ocurridas en esa época, cuando en un mes murieron 15 personas. El primero de los casos sucedió el 16 de enero de ese año en Ceres, y dejó dos víctimas fatales. El segundo ocurrió apenas algunas horas después en Tacural, donde murieron cuatro personas. Y el tercero fue en Salto Grande, el 19 de enero y dejó otros cuatro fallecidos.

Como ya se viene asegurando insistentemente y ha sido objeto de distintos informes, la ruta nacional Nº 34 posee una conformación obsoleta en cuanto a la relación de la estructura y el intenso flujo de tránsito que debe soportar. A eso se le suma la fuerte evolución del sector agroindustrial, el consecuente aumento de vehículos de carga y el explosivo incremento del parque automotor particular. El nivel de siniestralidad que ostenta, que este nuevo accidente volvió a poner en evidencia, le otorga el triste mote de «la ruta de la muerte».

Los vehículos impactaron de frente. El camionero salió ileso pero quedó en estado de shock. (La Capital)

Foto cortesía Sunchales Día por Día