Los fantasmas que acosan a Alberto Fernández

Años después de la crisis 2001/2002, con el lamentable saldo de 39 personas asesinadas en el país, el Dr Jorge Tartaglione estudió las consecuencias en la salud de la población y las posteriores muertes, principalmente por enfermedades cardíacas, relacionadas con el desastre económico producido. Tal vez, los decretos conocidos el domingo a última hora se encaminen hacia el salvataje de las dos vidas: las que el bicho mata y las que podrían morir producto de la crisis económica autoinducida. Hace falta un gigantesco programa de alivio para que las empresas salgan del coma inducido en el que cayeron por decisiones de un Estado que con eficacia, hasta hoy, cuida la salud de los argentinos. Dijo el presidente de la UIA, Miguel Acevedo: “Los anuncios están dentro de la línea que le pedimos al Gobierno. Tras prueba y error empieza a dar respuestas a una realidad productiva agónica. Valoramos que los instrumentos asistan a todas las empresas sin distinción de tamaño”. Se conoció la semana pasada que sobre un universo de 600 mil empresas, 420 mil solicitaron el pago del 50% del salario vía REPRO. Las ventas han caído en un 60%. El universo de cheques rechazados del aparato productivo está entre un 40/50%. Estos guarismos se contraponen con el promedio de rechazos que manifestó el presidente del BCRA, Miguel Pesce. Una vez más queda claro que el sistema bancario debió estar dentro del listado de las actividades esenciales. El cheque en los sectores pymes, especialmente, muchas veces actúa como un instrumento de crédito con los proveedores. Crédito que los bancos se niegan a otorgar. Según indicadores económicos, podría estar en riesgo el 50% del empleo formal. Un dato no menor: la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland dice que en marzo la caída fue del 46.5%, es el más bajo de los últimos 14 años. El sector de la construcción involucra 300 mil puestos de trabajos directos y 350 mil indirectos. Representantes del sector dicen: “El coronavirus es el golpe de gracia para una actividad que hace 23 meses viene en caída continua”.

El secretario general de la CGT, Carlos Acuña, cree en las buenas intenciones del Gobierno para proteger la mano de obra y la producción. Le preocupa que la actividad que él representa cayó aproximadamente un 80%. “Espero una recuperación en la semana en curso. También nos preocupan los $13 mil millones que el Estado nos adeuda en concepto de obras sociales y el inequitativo reparto de los $2300 millones anteriores. Soy optimista en que esto se corregirá”.

No cabe duda de que el Consejo Económico y Social debería estar actuando. Tal vez, con la conducción de quien demostró entender como pocos la producción en época de crisis, con alto desempleo, con quiebras masivas. El Dr. Eduardo Duhalde seguramente tiene mucho que aportar.

Carlos Leyba dice: “Ahora hay que emitir, después el Estado tiene herramientas para ir normalizando una economía que arrancará y tendrá el acompañamiento de la inflación promedio de Argentina: 25%”.

El presidente Fernández es consciente de que el fantasma de la hiperinflación, ante estas medidas, lo acosa. Sin embargo, algunos economistas sostienen que lo actuado hasta aquí no conduciría necesariamente a ese escenario. La decisión tomada por el Presidente, de implementarse en forma correcta y eficiente, actúa como un respirador que necesita la producción, para no quedar a tiro de muerte el tejido productivo.

Rafaela es la ciudad en la provincia de Santa Fe que por su condición exportadora siempre ha crecido por sobre la media nacional. Hoy a nivel comercial, el 60% de sus empresas pagó los sueldos de marzo, pero menos del 50% cumplió con la primera quincena de abril. En una ciudad donde el empleo nunca fue escaso, hoy asisten a sus comedores hijos de albañiles, remiseros, electricistas, plomeros. Ciudad donde se está acordando una reducción del 30% en los sueldos del sector metalúrgico.

El mundo ayer ha entrado en un proceso de normalización. Parecería ser una tendencia irreversible en Europa, aún en los países más golpeados como Italia y España, y en los Estados Unidos, donde el proceso de normalización abarca 29 de los 50 Estados. El Dr. Jorge Castro me decía: “China en siete semanas controló la pandemia, hoy el 60% de las empresas están en plena recuperación productiva y las trasnacionales lo hicieron en un 90%”. En la provincia de Buenos Aires 90 municipios de 135 han solicitado al gobernador Kicillof comenzar un proceso de normalización.

En el caso de la ciudad de Rosario, el intendente Javkin me dijo: “En un mes se triplicó la ayuda de alimentos. Estima que la caída de la facturación de las empresas, en su conjunto, representa más del 50%”. El secretario de Hacienda y Economía Diego Gómez precisa: “Abril proyectado con respecto a marzo da un 44% menos de recaudación. Proyectamos que el conjunto de recursos tributarios puede caer $500 millones en abril con respecto a marzo. Y las estimaciones para mayo son aún peores”.

Argentina vive al día. El Gobierno va paso a paso. Si de pymes hablamos, el oxígeno principal es no cortar la cadena de pagos. Carecen de capital de trabajo. Los bancos no prestan. El Estado deberá revertir esto cuando empiece a normalizase la situación. En Estados Unidos los préstamos son a siete años. Argentina tiene un sistema financiero mezquino, su crédito bancario sólo representa el 10% del PBI. También el Gobierno deberá pensar en diseñar otra forma de producción. La desocupación y la pobreza post pandemia así lo indican. De allí la importancia de poner en marcha el Consejo Económico Social. Por ejemplo, en algún momento la industria automotriz tenía el 90% de componente argentino, hoy apenas representa el 20%.

Los entendidos ven una estrecha relación entre economía, cambio climático y pandemia. Hablando de Estados Unidos, tanto Clinton como Obama fueron a fabricar a China por la mano de obra barata. Lo mismo hicieron muchos países de Europa. El Dr Pablo Canziani me dice: “La decisión de producir lo que el mundo consume en China (por ejemplo, allí se fabrican el 80% de los remedios que consumimos), produce una mayor destrucción del ambiente, lo desequilibra. Se detectó que uno los efectos es el aumento en el número de murciélagos”. Y advierte: “Si no tomamos conciencia, esta pandemia puede ser un caso moderado frente a casos más complejos, entre ellos la imposibilidad de producir alimentos”.

Un dato no menor a la hora de repensar el mundo. El papa Francisco esta semana conformará una comisión post-pandemia para discutir un modelo sustitutivo, cuyo fin es elaborar una economía más sana y fuerte, con vínculos estrechos en el cuidado de la naturaleza. Los tres ejes son lo social, económico y ambiental.

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María Herminia Grande

Periodista. Analista política