La forma fálica de un edificio, eje de burlas en China

La nueve sede del «Diario del Pueblo», publicación del Partido Comunista de China, tiene 150 metros de alto y un aspecto dudoso. Los últimos pisos sobresalen más que los de la parte inferior y en las redes sociales hay cientos de bromas: “Es un pene gigante», aseguran.

El Diario del Pueblo, principal medio de comunicación del Partido Comunista de China, tiene una nueva sede en Pekín, un rascacielos cuya forma fálica es objeto de multitud de bromas entre los vecinos.

El edificio, de 150 metros de altura y una treintena de pisos, va más allá de otras construcciones que han despertado comparaciones similares, como la Torre Agbar de Barcelona o el Edificio Swiss Re de Londres, ya que los últimos pisos sobresalen más que los de la parte inferior, por lo que la similitud resulta inconfundible.

«Hay muchos edificios fálicos, pero esto es un pene gigante», se burlaban algunos chinos en las redes sociales, donde las imágenes del edificio se convirtieron en las más comentadas de los últimos días.

El parecido, no obstante, sólo se puede apreciar desde un determinado ángulo del edificio, concretamente cuando uno se sitúa al pie de su entrada occidental, y es posible que cuando algunos andamios de su parte superior se retiren, perderá parte de ese aspecto que ha desatado tantas bromas.

El edificio donde se alojarán las oficinas del nuevo periódico, que con una tirada de cuatro millones de ejemplares diarios es uno de los de mayor distribución mundial, fue diseñado por Zhou Qi, profesor de arquitectura de la Universidad del Suroeste, y estará finalizado en mayo de 2014.

Según Zhou, su intención era la de que el edificio se parezca al caracter chino «ren», que significa «pueblo» y forma parte del nombre en mandarín del diario («Renmin Ribao»).

La construcción se encuentra además junto a la nueva sede de la televisión estatal china CCTV, diseñada por Rem Koolhaas y que según las malas lenguas se asemeja a un trasero gigante.

Las comparaciones no se hicieron esperar, tratándose de dos de los medios más denostados de la propaganda del régimen, y en las redes sociales chinas se han fabricado y distribuido rápidamente montajes de los dos edificios, en ocasiones con resultados que rozan lo pornográfico.

«Ambos se complementan a la perfección. Cinco años después, el edificio de CCTV ya nunca más se sentirá solo», bromeó un joven en las redes.

(Rosario3)