Alumnos de el Superior de Comercio tendrán que marcar una tarjeta magnética, para ingresar al establecimiento

Los alumnos del Superior de Comercio utilizarán un plástico similar al del transporte urbano cada vez que entren y salgan del establecimiento fuera del horario normal de ingreso y finalización de las clases. La medida se tomó por reiterados hechos de robo.
“Me duele en el alma cerrar las puertas, me duele. La imagen de la escuela siempre fue de puertas abiertas, es una cosa inédita pero forma parte de una realidad que nos toca a todos en todos los ámbitos”, se lamentó la contadora Gabriela Zamboni, directora de la escuela Superior de Comercio Libertador General San Martín, quien anunció que en breve se implementará una tarjeta de aproximación para ingreso y egreso de los alumnos del establecimiento. A esta medida se llegó después de registrarse no pocos hechos de inseguridad en el establecimiento educativo que los mismos alumnos denunciaron.

A raíz de los reiterados casos de inseguridad que se produjeron en lo que va del año se realizó una reunión del Consejo Directivo de la institución para buscar una salida. La solución que se encontró, por el momento, es que cada alumno posea una tarjeta magnética personal mediante la cual deberá dejar asentado cuando entre o salga del edificio. Los únicos momentos en que no se utilizará el plástico son en los horarios oficiales de ingreso y egreso a clases: el turno mañana, a las 7.45 y 12.50; el turno tarde, a las 13.30 y 18.30. Es que en esos momentos hay personal no docente en la puerta de la escuela que, aunque no sea su tarea expresa, puede controlar los movimientos.

EN PRIMERA PERSONA

Zamboni puede dar testimonio en primera persona de los robos que ocurren en el emblemático Superior de Comercio: “En diciembre pasado, en mi despacho agarré in fraganti a un muchacho queriendo robarme la cartera justo en el momento en que me había ausentado por un instante”. Y hay más: “Hace poco, los chicos estaban en laboratorio y cuando volvieron al salón comprobaron que les habían llevado billeteras y celulares. Sabemos que vienen chicos de otras escuelas y el personal no docente no puede estar controlando; entonces algo había que hacer”.

La escuela, casi centenaria, que depende de la Universidad Nacional de Rosario, se convertirá así en la primera institución en la que sus alumnos deberán identificarse a través de un sistema magnético para entrar y salir del edificio. “La tarjeta es como la de los colectivos: tendrá la foto con el nombre y apellido del alumno, si ésta se pierde deberá denunciarla y se le pedirá saber quién es su celador o tres números del documento para comprobar que asiste. Que el alumno pase la tarjeta no quiere decir que esté presente, se seguirá tomando lista en el salón. En el momento de ingreso y salida a clases no hará falta, pero sí cada vez que los chicos salgan porque van a sacar fotocopias o bien porque vengan a la escuela en contraturno, o porque tengan que ingresar más tarde de lo normal”.

MUCHO MOVIMIENTO

La dirección del establecimiento ya pidió a los padres de los alumnos un aporte de 20 pesos cada uno para pagar el costo del plástico. Justamente, operarios de la empresa que proveerá las tarjetas y el sistema de registro se encontraba ayer en las instalaciones de Balcarce 1240 ultimando detalles para poner, en breve, a funcionar el inédito método. Un caso así es llamativo tanto para la educación pública como privada ya que, consultado por este diario, el secretario de Sadop, Martín Lucero, aseguró no tener conocimiento de un modelo semejante en el sector privado.

Zamboni, en tanto, reconoció que alumnos de otras escuelas o ex alumnos del Superior de Comercio ingresan todo el tiempo al establecimiento. “No podemos conocer a todos, yo misma no sé quién es de la mañana y quién es de la tarde: son más de 1.500 alumnos que entran y salen, o a sacar fotocopias, o a comprar comida, o ingresan más tarde porque faltó un profesor; o tienen ajedrez o mecanografía los chicos de la tarde y vienen en contraturno por la mañana. Hay mucho movimiento. Por eso cuando deban hacer algo fuera de los horarios establecidos, tienen que pasar la tarjeta”, expresó la docente, quien en la reunión del Consejo Directivo había propuesto que los chicos del Superior se identificaran con remeras y buzos de la escuela. “Pero los chicos no quisieron”, aclaró. Y remató: “Por eso salió esta propuesta que fue aceptada por todos”.

VISITANTES NADA ILUSTRES

“Hubo varios casos de robos, entonces con la tarjeta sabremos si son de adentro o de afuera”, apuntó Sol Cantón, del Centro de Estudiantes del Superior de Comercio, quien dijo que la idea salió de los propios delegados. “A comienzos de año destrozaron baños, griferías, puertas y nunca supimos quién fue. Hace una semanas tuvimos clases en el laboratorio y cuando regresamos al salón faltaron cuatro billeteras y celulares; otras veces, chicos que no eran alumnos de aquí trajeron bombas y a una la hicieron explotar en el baño y un chico asmático terminó internado”, relató Cantón. Desde el establecimiento admiten que chicos de escuelas vecinas como el Normal Nº 2, Dante Alighieri o Sagrado Corazón ingresan “con total normalidad” al Superior de Comercio. Ahora, con la tarjeta, esperan tener más control sobre el movimiento de gente.

DESDE EL POLITÉCNICO APOYAN

Liliana Lagreca, directora del Instituto Politécnico Superior General San Martín, también dependiente de la Universidad Nacional de Rosario, no se sorprendió de la medida adoptada por el Superior de Comercio. Por el contrario, aseguró estar al tanto de lo que se hará en el establecimiento de calle Balcarce y aclaró que “por ahora” no lo tienen contemplado para adoptarlo en ese edificio. “Pero no digo que no lo hagamos en algún momento”, señaló.

Lagreca admitió que han tenido “algunas faltantes y algunos robos” en el Politécnico. “No somos una institución ajena. Uno no debe decir ‘en mi escuela, no’ porque estaríamos en una sociedad diferente. Si uno va por la calle mirando para todos los costados y en su casa tiene alarmas, con los bienes del Estado debemos proceder de la misma manera. La idea del Superior de Comercio es plausible”, subrayó. (El Ciudadano)