Primer frío de otoño con los refugios a pleno

Anoche se habilitó el municipal y ya venía operando el Sol de Noche. Discrepancias por la cantidad de gente que duerme en la calle.

Justo el día en que el frío se hizo sentir por primera vez este otoño (la sensación térmica arañó los 3º a la madrugada) abrió sus puertas el albergue municipal para personas en situación de calle de Abanderado Grandoli 3450. Sus 40 plazas se sumaron así a las 60 que ya venía ofreciendo desde mediados de abril el Refugio Sol de Noche (pasaje Marconi 2040, Ituzaingó al 5200), donde advierten que este año la demanda los «sobrepasará».

De hecho, mientras la Secretaría de Promoción Social tiene relevadas de 120 a 140 personas viviendo en la calle, el presidente de la ONG que maneja el refugio, Marcelo Giménez, aseguró que «no bajan de 300» y que muchas de ellas no se visualizan porque circulan por zonas «suburbanas, poco frecuentadas por los operadores municipales». Para cubrir las necesidades de esa población, además, desde mitad de esta semana los veteranos de Malvinas comenzarán a repartir unas 200 raciones de comida caliente por noche.

Según adelantó ayer la secretaria de Promoción Social, Cecilia González, anoche abrió por cuarto año consecutivo el albergue municipal de zona sur, cuyas 40 camas están disponibles para varones mayores de 18 años, con posibilidad de habilitar más plazas en caso de superarse esa demanda.

En red. La funcionaria recordó que el operativo invernal también este año contempla el trabajo «en red» con el refugio Sol de Noche, al que gracias a un convenio se le transfieren recursos económicos (unos 20 mil pesos mensuales), y con los ex combatientes de Malvinas, encargados de las cocinas móviles que reparten dos centenares de raciones de comida caliente y a las que también el municipio aporta alimentos y otros insumos.

En el caso de Sol de Noche, las plazas (para mayores de 35) llegan a 60, cinco de las cuales están destinadas a mujeres.

De ellas, antenoche 47 ya estaban ocupadas y se esperaba que esta semana, con las primeras temperaturas bajas, las instalaciones se colmaran.

Respecto de sus huéspedes, Giménez aseguró que unos 30 son «habitués», mientras que los otros 30 varían año a año. Y auguró, sin titubear, que este invierno se verán desbordados por la demanda.

«Es cierto que el municipio contabiliza 120 o 140 personas en situación de calle, pero nuestros voluntarios recorren toda la ciudad y ven otra cosa: los indigentes no están sólo en el centro, sino también en la periferia», aseguró. Por eso, dijo que «todos los rosarinos deben saber que hay al menos 300 personas en esa condición».

Más allá de la discrepancia numérica (que también traduce diferencias de concepto sobre qué es estar en situación de calle), lo cierto es que tanto los equipos de voluntarios como los de operadores de calle que dependen del municipio recorren la ciudad atentos a detectar necesidades extremas.

Al respecto, González aseguró que cada caso debe ser entendido en su singularidad porque no es lo mismo alguien que «cortó todos sus vínculos» y tomó la decisión de «armar una red en la calle» y vivir a la intemperie, que quienes están afuera porque cuidan o lavan autos, pero tienen adónde ir.

«Apuntamos a la población más vulnerable, cuyos vínculos primarios están totalmente rotos», explicó, por lo que los equipos de operadores apuestan a «elevar mínimamente su calidad de vida», lo que representa un proceso «muy lento y trabajoso», en que también intervienen Salud Mental y los centros de salud.

«El primer paso es intentar tramar un vínculo y si la persona lo respeta ver de avanzar sobre otras posibilidades», sostuvo. Y puso como ejemplo el caso de «Enrique, un hombre que pasó años en Sarmiento y Mendoza y después de tanto tiempo aceptó mudarse al Hogar de Adultos Mayores del municipio, con lo que efectivamente logró cambiar mucho su calidad de vida». Pero no es una situación fácil de replicar en otros casos.

Detección. Los operadores municipales salen todas las mañanas viendo a quién se puede asistir con qué (comida, frazadas) o quién puede necesitar ser trasladado. En ese último caso, otro equipo provisto de un móvil realiza sus recorridos de 19 a 22.

En Sol de Noche, por su parte, el grupo de sus actuales 50 voluntarios se divide entre quienes circulan por las calles, quienes cocinan, se encargan de la ropa y asisten a la gente. «Por eso siempre necesitamos más», afirmó Giménez, para recordar que quienes estén dispuestos a donar algo de tiempo pueden llamar al 152-827133 y 456-3511 (en ese caso, de 20 a 7).

Por ahora, lo que necesitan son cosas muy puntuales: sábanas y frazadas de una plaza, toallas, cepillos y pasta dentífrica, desodorante, talco, leche, condimentos y puré de tomate.

Y desde mañana o pasado, además, los ex combatientes saldrán a ofrecer unas 200 viandas a quienes estén en las calles necesitados de un plato caliente.

Un 0800 donde pedir ayuda

Quienes deseen alertar sobre personas que presumen en situación de calle pueden comunicarse con la Guardia Urbana Municipal (GUM) al 0800-444-0909. Según explicó ayer la secretaria de Promoción Social de la Municipalidad, Cecilia González, al realizar la comunicación los ciudadanos deberán aportar sus datos para recibir luego una “devolución” a su llamado, donde les explicarán cómo se actuó.

(La Capital)