Santa Fe: inaugura el complejo El Molino, Fábrica Cultural

En el ex complejo industrial harinero, que se incorporará al sistema de parque y espacios públicos de la capital, funcionará una escuela de artes y oficios. La inversión superó los 12 millones de pesos.
El gobierno de la provincia de Santa Fe inaugurará este domingo el proyecto denominado “El Molino, Fábrica Cultural”, ubicado en la manzana comprendida por las calles Castellanos, República de Siria, bulevar Gálvez y Pedro Víttori, de la ciudad capital.

El acto comenzará a las 20 y contará con la participación de más de cien artistas locales, entre actores, bailarines, músicos, videastas y vestuaristas. Además, se presentarán la Compañía de danza aérea de Brenda Angiel y el grupo percusionista La Bomba de Tiempo.

La primera etapa de la recuperación edilicia y arquitectónica del edificio donde funcionó un complejo industrial harinero demandó una inversión de más de 12 millones de pesos.

La obra convertirá al viejo molino en un lugar dedicado al desarrollo de actividades didácticas y expositivas vinculadas al diseño, especialmente industrial; un “multiespacio” destinado al funcionamiento de una escuela de artes y oficios, y a la exhibición tanto del producto terminado como de sus procesos de fabricación y diseño. De allí el concepto de “fábrica cultural”.

Además, la recuperación del edificio permitirá su incorporación al sistema de parques y espacios públicos de la ciudad de Santa Fe.

La obra
La primera etapa de la obra fue realizada por la firma Pecam SA y representó una inversión del gobierno provincial de 12.490.247,70 pesos.

Los trabajos consistieron en la adecuación del edificio emplazado en el sector comprendido entre la nave principal y la calle República de Siria, para el funcionamiento de talleres, aulas y dirección de la escuela.

Entre los cuerpos edilicios principales se construyó una calle interior de 25 metros de ancho, que atraviesa la manzana con dirección norte sur, apta para la realización de actividades masivas.

Esta calle interior se funde con los pisos exteriores y veredas, propiciando la continuidad de la experiencia peatonal alrededor y en el interior del complejo.

Para cubrir dicho espacio y generar un ambiente agradable y protegido se adaptó el proyecto de “bóvedas cáscara”, desarrollado en la década del 40 por el arquitecto Amancio Williams, poniendo en valor un objeto arquitectónico emblemático que significó uno de los puntos más altos de la cultura arquitectónica argentina.

En la planta baja del edificio se construyeron objetos de servicios, hall, patio, núcleo húmedo, taller y galería cubierta; mientras que en el entrepiso se ejecutó un office y depósito, núcleo húmedo y la administración.

En el primer piso se construyó un hall, un núcleo húmedo y el taller; en el segundo piso un hall, núcleo húmedo, taller y entrepiso. La superficie cubierta total del edificio talleres y servicios es de 1.935 metros cuadrados.

La segunda etapa de trabajos involucrará el desarrollo total de la nave principal y su expansión a modo de explanada, que se extiende hacia el oeste hasta la calle Pedro Víttori y se adecua para resolver la parada de un futuro tren urbano de baja velocidad.

El proyecto fue realizado por la Unidad de Proyectos Especiales del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda, y la planificación conceptual del espacio por el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia. (i.n)